Filocafé: Humanos y Máquinas.

El futuro del Arte y la Educación ante la emergencia de la IA


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https://www.youtube.com/watch?v=Q3kadwcFP30


En un mundo donde el progreso tecnológico está avanzando a pasos agigantados, la Inteligencia Artificial está transformando la educación y el arte de maneras que apenas comenzamos a comprender.

Poco a poco las herramientas digitales se están integrando en los procesos de enseñanza y aprendizaje, haciendo que surjan nuevas metodologías que desafían las formas tradicionales de entender la educación. Lo mismo sucede con el arte, donde las innovaciones tecnológicas ofrecen a los artistas nuevas maneras de expresarse y conectar con su público, transformando no solo la creación de obras, sino también la forma en que se consumen y se comparten. ¿Cómo afecta esto nuestra creatividad, nuestra forma de aprender y enseñar? ¿Cómo afecta a la manera en la que vemos el arte?

Nos enfrentamos a un panorama en el que la interacción humana se complementa con algoritmos inteligentes. La necesidad de adaptarse se vuelve vital, ya que la inteligencia artificial no solo está reconfigurando el contenido, sino que también invita a una revalorización de las habilidades creativas innatas. ¿Estamos ante una nueva era de colaboración entre humanos y máquinas o frente a la posible pérdida de la esencia artística y educativa?

Después de un tiempo, retomamos el diálogo sobre Inteligencia Artificial. En esta segunda parte, profundizaremos sobre el futuro del Arte y de la Educación ante la emergencia de la IA, para ello contaremos con miembros del Instituto Peruano de Inteligencia Artificial y Ciudadanía Digital.

No es necesario ser un experto en filosofía para participar; solo se necesita el deseo de aprender, debatir y, por supuesto, dejarse llevar por el viento del logos


Directorio del Instituto Peruano de Inteligencia Artificial y Ciudadanía Digital junto con el grupo de Arte e Inteligencia Artificial.

Canal de Youtube: Instituto Peruano de Inteligencia Artificial y CD

Facebook: Instituto Peruano de Inteligencia Artificial y Ciudadanía Digital 


Filocafé: Filocafé: Inteligencia artificial. Pensar el presente

Rompiendo barreras: la revolución tecnológica de la Inteligencia Artificial

Verdad y realidad: ¿estamos preparados para el laberinto tecnológico?

Filosofía con la IA desde Diálogos Filosóficos con Álex Fabián Mejía

FilosofíaTB: Sobre Inteligencia Artificial

La muerte del arte ante nuestros ojos

Sócrates contra ChatGPT: recuperar el diálogo para salvar la democracia

A la luz del pensar: Inteligencia artificial y tecnología de Carlos Javier González Serrano

Filosofía de la Inteligencia Artificial. Wikipedia

Bibliografía:

GÉISER. Inteligencias artificiales 2025. ¿Qué tiene que decir el ser humano?

Educación o producción

“Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida”

Pitágoras

Desde hace unos meses, estoy cursando un Ciclo Formativo en Técnico en Educación Infantil para aprender sobre la primera infancia, motivada por mi experiencia como madre y especialista en Filosofía para niños.

Después de varios temas revisados, tareas entregadas (y las que faltan) y lecturas complementarias, he comenzado a reflexionar profundamente sobre la formación de futuros educadores y formadores.

El artículo que sigue es una reflexión final de una tarea con el tema «empleabilidad en los sectores productivos» para la asignatura «Itinerario para la empleabilidad». Esta, junto con «Digitalización aplicada a los sectores productivos» y «Sostenibilidad aplicada al sector productivo», me ha llevado a un firme “¡basta ya!”. Se trata de asignaturas enfocadas casi exclusivamente en «cómo alcanzar el éxito en la empresa», dejando a un lado «cómo alcanzar el éxito en la educación«. ¿Realmente es necesario dedicar tres asignaturas sobre empresa y producción en una formación para «Técnico en Educación Infantil»?

Desde hace aproximadamente 10 años me dedico al mundo de la docencia. Aunque esta experiencia no es extremadamente extensa, me ha permitido desarrollar una perspectiva amplia y reflexiva sobre la educación y su relación con el sector productivo no solo en relación a la asignatura de «Itinerancia para la empleabilidad», sino también en digitalización y sostenibilidad. Tres asignaturas que se centran en el concepto de empresa y deja de lado el concepto de educación -al menos en este primer tema-. Gracias a este recorrido, puedo ofrecer una crítica constructiva que subraya que el sistema educativo no debe centrarse exclusivamente en las necesidades de la empresa y el mercado, sino que debe fomentar una educación integral que promueva el desarrollo crítico, ético y humano de los estudiantes, preparándolos para ser individuos libres y pensantes, capaces de cuestionar y transformar su realidad. Pero si al formar profesionales de la educación nos guiamos únicamente por el “éxito” de la empresa, como parece ser el enfoque prioritario de algunas asignaturas, ¿qué tipo de educación estamos fomentando?

Ilustración de Frato “La máquina de la escuela”.

El sector de la educación desempeña un papel crucial en la formación de las futuras generaciones, no solo en términos de conocimientos académicos, sino también en el desarrollo de habilidades críticas, éticas y sociales que permiten a los individuos pensar de manera autónoma y cuestionar el mundo que los rodea. Sin embargo, en el contexto de un sistema capitalista de producción, la educación ha sido progresivamente transformada en una mera herramienta funcional al servicio de la reproducción del orden económico y social vigente. Este proceso se evidencia, por ejemplo, en los libros de Filosofía de 1º de Bachillerato, donde se incluyen temas centrados en la empresa y el mercado, como si las dinámicas empresariales fueran los únicos espacios significativos de desarrollo humano. Pero, ¿qué sucede con lo humano en todo esto?

En este sistema, los estudiantes son tratados no como “sujetos libres, individuales y críticos”, sino como productos de una especie de “fábrica” cuyo objetivo es generar «mercancías humanas» que se ajusten a las necesidades del mercado laboral. Esta visión instrumental de la educación reduce la capacidad de los individuos para cuestionar, reflexionar o actuar de manera autónoma, y promueve un aprendizaje que no va más allá de la adquisición de competencias técnicas que se alinean con los intereses capitalistas. De esta manera, el sector educativo se convierte en un reflejo de las dinámicas de poder, control y explotación propias del sistema capitalista, donde el verdadero objetivo de la educación se desvía de la emancipación y el empoderamiento de los individuos hacia la conformidad y la adaptación al status quo.

Entonces, si la formación docente se centra en servir los intereses de la empresa, moldeando a los futuros educadores para satisfacer las demandas del mercado, ¿qué tipo de educación estamos realmente preparando? ¿Una que libere el pensamiento o una que, irónicamente, enseñe a no pensar?

“Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él”

I. Kant

Filocafé: ¿Cuál es el fin de la educación?


¿Te perdiste el filocafé?

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La educación es realmente uno de los pilares fundamentales de la sociedad, ya que a través de ella se transmiten conocimientos, se fomenta el desarrollo intelectual y se prepara a las generaciones futuras para enfrentar los desafíos de la vida.

En el mundo actual, marcado por la rápida difusión de la información y la ubicuidad de las redes sociales, así como por el avance vertiginoso de la inteligencia artificial, nos enfrentamos a desafíos sin precedentes en el ámbito educativo. Este panorama, sumado a la inclusión de enfoques pedagógicos más humanistas y holísticos, exige una constante reevaluación de la forma en que abordamos la educación.

¿Cuál debería ser el fin último de la educación en un mundo en constante cambio y evolución? ¿Cómo podemos asegurar que la educación cumpla su cometido de manera efectiva en este contexto dinámico? ¿Deberíamos redefinir el concepto mismo de educación en función de las necesidades y desafíos del siglo XXI?

Nelson Mandela mencionó que «La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo», ¿es esta su única meta?

En este espacio que Arjephilo brinda para la reflexión y el diálogo, se busca un entendimiento más profundo sobre el fin de la educación. No es necesario ser un experto en filosofía para participar; solo se necesita el deseo de aprender, debatir y, por supuesto, dejarse llevar por el viento del logos


Recursos recomendados: (se aceptan otras sugerencias/recomendaciones)

Mesa redonda: Filosofía y educación con Félix Garcia Moriyón, Ángel Vallejo y Victor Bermúdez.

Situación y Retos de la Educación en el siglo XXI

El fin de la educación como la conocemos

Filosofía para niños: Cultivando Mentes Críticas y Creativas.

En un mundo cada vez más complejo y digitalizado, la educación de los niños se ha convertido en un desafío constante para padres y educadores. En este contexto, la filosofía para niños ha emergido como una poderosa herramienta para cultivar mentes críticas, creativas y éticas.

¿Qué es y por qué es relevante la Filosofía para Niños?

La filosofía para niños es un enfoque educativo que busca estimular el pensamiento crítico y el diálogo filosófico en los niños desde una edad temprana. A través de preguntas profundas y reflexiones, los niños son alentados a explorar cuestiones fundamentales sobre la vida, el conocimiento, la moralidad y la existencia. Este enfoque no solo impulsa la curiosidad intelectual, sino que también promueve habilidades esenciales para la vida, como la comunicación efectiva, la empatía y la toma de decisiones éticas.

Uno de los aspectos más destacados de la filosofía para niños es su capacidad para fomentar el pensamiento crítico desde una edad temprana. Los niños que participan en discusiones filosóficas aprenden a cuestionar, analizar y evaluar ideas de manera profunda y reflexiva. Esto les permite desarrollar habilidades de resolución de problemas y toma de decisiones que son esenciales en la vida cotidiana y en un mundo cada vez más complejo.

También tiene un impacto significativo en el desarrollo de la empatía. A través de la exploración de preguntas éticas y morales, los niños aprenden a comprender y apreciar diferentes perspectivas. Esta habilidad de ver el mundo desde los ojos de los demás es fundamental para construir relaciones sólidas y promover la comprensión intercultural en una sociedad diversa.

El pensamiento filosófico fomenta la creatividad al alentar a los niños a explorar nuevas ideas y soluciones. A medida que se enfrentan a preguntas sin respuestas definitivas, los niños son desafiados a pensar fuera de la caja y a desarrollar su imaginación. Esto no solo es beneficioso para su desarrollo personal, sino que también prepara a los jóvenes para abordar los desafíos del siglo XXI, que a menudo requieren soluciones innovadoras.

El silencio. Clara (4 años), Marlon (5 años)

Participar en discusiones filosóficas ayuda a los niños a mejorar sus habilidades de comunicación. Aprenden a expresar sus ideas de manera clara y persuasiva, así como a escuchar y comprender las opiniones de los demás. Estas habilidades son esenciales para el éxito en la escuela y en la vida profesional.

La filosofía para niños alimenta la curiosidad intelectual innata de los niños. Los niños son naturalmente curiosos y tienen una sed de conocimiento. La filosofía les brinda una plataforma para explorar preguntas profundas y estimulantes, lo que les ayuda a mantener viva su pasión por el aprendizaje a lo largo de su vida.

En un mundo lleno de dilemas éticos y morales, es crucial que los niños desarrollen la capacidad de tomar decisiones éticas. La filosofía para niños les proporciona las herramientas para enfrentar estas situaciones con una base sólida. A través del análisis de situaciones éticas y la reflexión sobre valores fundamentales, los niños pueden tomar decisiones informadas y éticas en su vida diaria.

En un mundo caracterizado por la polarización y la falta de comprensión entre personas con diferentes puntos de vista, la filosofía para niños se convierte en un antídoto valioso. Al enseñar a los niños a escuchar, cuestionar y comprender las perspectivas de los demás, estamos construyendo las bases para una sociedad más comprensiva y reflexiva.

La Filosofía para Niños es una Herramienta Educativa Esencial

No solo enriquece la educación de los niños, sino que también les proporciona habilidades y perspectivas que les servirán a lo largo de toda su vida. En un momento en que la educación se enfrenta a una serie de desafíos, la filosofía para niños brinda un enfoque sólido y efectivo para cultivar mentes críticas y creativas.

Los niños son naturalmente filósofos, y al nutrir esta inclinación innata, les estamos proporcionando las herramientas para ser ciudadanos informados y pensadores comprometidos en el futuro. Es hora de reconocer la importancia de la filosofía para niños en la actualidad y hacerla parte integral de la educación de nuestros jóvenes.


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¿Para qué sirve la escuela? (Grupo 7-9 años)

Damos por iniciado el taller: ¿Inventamos la realidad? con el grupo de 7 a 9 años. Para iniciarlo nos preguntamos por el colegio, aprovechando el inicio de curso.

Fue una sesión de lo más divertida, nos reímos muchísimo y aprendimos sobre la importancia de la escuela como una herramienta de aprendizaje para nuestro futuro

(Se redactará el resumen de la cuestión)

En primer lugar nos preguntamos sobre para qué sirve el colegio. La idea estaba clara, EL COLEGIO SIRVE PARA APRENDER, pero empieza el problema, solo sirve para eso si lo que quieres es aprender, pero también sirve para muchas otras cosas, como para jugar, hacer amigos, y a veces hasta para pelearte con otro niños. Hay niños que van al colegio y no quieren aprender, por lo tanto, para esos niños, el colegio sería un castigo. El colegio, por lo tanto, no solo sirve para aprender, sino también para ser castigado.

¿Qué hay en la escuela para que se quiera aprender o que una persona se sienta castigada por ir? Pues hay profesores, otros niños y niñas, pistas de fútbol,… Y los profesores a veces no son buenos, y los niños tampoco. En todos los colegios debería haber un volcán en funcionamiento para que cuando un niño o una niña haga algo que no está bien, tirarlo. O mejor, tirar a todos los niños y niñas al volcán y así no habría colegio. Si yo fuera profesor/a, lo haría, los que no se porten mal y no dejen dar la clase, a lanzarlo por el volcán.
Pero, ¿Y si fueses tú ese niño/a que no se porta bien? ¿te gustaría que te lanzase? En ese caso, se llega a la conclusión que, lo mejor es enseñar el respeto, para que en la escuela haya armonía, y todos y todas estén a gusto con todos y todas. Profesores y alumnos.

Ese enseñar, viene por parte del profesorado, pero imaginaros que no hay profesores en el colegio, que no existen los profesores. ¿Cómo sería entonces ese colegio? Todos se matarían, unos con otros, siempre pelearían. Aunque también está la solución de hablar, pero cuando se está en una pelea, no se piensa en hablar, se piensa en ser más fuerte. No puede haber colegio sin profesor, sería divertido, por supuesto, porque se podría hacer de todo, lo que cada uno quiera, sin normas, sin castigos,… entonces no serviría de nada ir, te quedarías todo el día jugando a la nintendo en casa. Aunque no se podría jugar, porque no sabes leer, ¿Cómo vas a jugar?

Se abre un subdebate sobre la importancia de la lectura y videojuegos. Llegando a la conclusión que sin profesores no podrías aprender. Y el pilar más importante es aprender para ser una persona con conocimientos, saber leer y jugar a la consola, sobre todo a los juegos que necesitan ser leídos.

Estuvimos hablando sobre cómo sería una escuela en el que si los profesores fuesen gatos, qué aprenderíamos, y la idea quedó clara. Aprenderíamos a cazar, trepar, dormir en sitios peligrosos y a vivir sin preocupación, aunque siendo muy selectivo a la hora de comer pues cazaríamos los mejores ratones.

¿Y si nuestros profesores fuesen robots? ¿Qué aprenderíamos? Esta pregunta parece sencilla, pero fue la más difícil, no sabían si los robots podían enseñar respeto, si podían enseñar libertad, amor, amistad… solo enseñarían cosas prácticas para el día a día, como leer, sumar, restar,… pero no hablar correctamente (sino a hablar como un robot) no a pensar correctamente, y posiblemente, para los robots, todo está bien, por lo tanto no aprenderíamos de los errores.

Así finaliza la sesión, quedándonos con la idea que la escuela es necesaria, es real y la necesitamos para crear individuos libres, respetuosos e inteligentes, porque:

La escuela es como la tierra donde se planta la semilla, si no se riega bien, no germinará y no nacerán buenos frutos, si se riega con agua de calidad, nacerán los frutos que hacen que las cosas sean mejores. 

Educación, ¿fin del populismo?

Tras varias semanas desde el asalto al Capitolio por una minoría que no ha querido aceptar el resultado electoral, por el cual han votado millones de personas, hay varios aspectos que nos han contrariado.

Como ciudadanos todos tenemos el derecho de manifestarnos e incluso de comenzar una revolución si disponemos de la fuerza necesaria. Pero, ¿es legítimo un asalto que humilla a la mayoría del voto americano? ¿Cuándo se deberían censurar ciertos discursos? ¿Reside la responsabilidad en la población o en aquellos que los formulan? Cabe preguntarnos cómo nos sentiríamos si fuésemos un votante conservador estadounidense y nuestra imagen fuese diezmada a los que acudieron al Capitolio. Quizás sentiríamos impotencia por cómo nuestras ideas son representadas irrespetuosamente por una minoría; cómo estos las machacan y reducen a un común denominador para protegerse a sí mismos de una realidad inminente; y creo que nos sentiríamos desolados al ver todo aquello en lo que hemos creído y con lo que hemos crecido reducido a un burdo asalto.

Obviamente, como participantes de un sistema democrático en el que existe cierta libertad de expresión no debemos censurar ciertos discursos, pero sí debemos juzgar aquellos actos que insultan a la mayoría e intentan coartar su libertad de expresión. La polarización que cada vez sufren más países democráticos como EEUU o incluso España, es fruto del populismo y la generalizada falta de interés por el compromiso político-social. Y estos solo pueden ser frenados si cambiamos la base de la cual partimos todos los ciudadanos: la educación.

Si forjásemos nuestra sociedad en una educación que nos enseñase cómo funciona el sistema y cómo podemos protegernos de él mediante un espíritu crítico, el populismo y el constante miedo de los ciudadanos a ser engañados por una ideología demasiado avariciosa con sus propios intereses caería por su propio peso; ya que esto crearía cierta defensa crítica que no nos llevaría a respaldarnos en teorías conspirativas, ni a dejarnos arrastrar por las masas, sino que confiaríamos plenamente en nuestra razón. Por consecuente, no solo hablaríamos de acabar con el populismo, sino de crear ciudadanos lo suficientemente capacitados para interesarse (e incluso participar) en crear un compromiso social que hasta pueda llevarlos a participar en actividades políticas. De forma que todos estarían interesados en llegar a acuerdos sociales que les beneficiasen, no solo a ellos, sino también a sus vecinos.

Definitivamente, una base educativa sólida acabaría con las técnicas populistas. Ya que una población que cuente con el suficiente compromiso social, no se dejaría manipular por un líder al que algún día creyeron inconscientemente, arrastrados por las masas y palabras vacías, porque nunca creerían ciegamente en nadie. Nunca se revelaría contra la elección mayoritaria de sus vecinos a pesar de su desacuerdo con estos; simplemente aceptaría la decisión de la mayoría, se apartaría para analizar el transcurso de los años con cierto espíritu crítico… y quizás aprovecharía las próximas elecciones para velar por el bienestar social a su manera.

¿Podría una educación sólida en valores cívicos acabar con el populismo, o más bien se trataría de una utopía más?

Mesa redonda: Filosofía y educación

ESPECIAL DÍA MUNDIAL DE LA FILOSOFÍA


AUDIO/VIDEO

La filosofía genera un crecimiento en diversos aspectos del desarrollo personal. Lo cognitivo, lo moral y la actitud por la admiración de la realidad ayudan a los ciudadanos a convertirse en sujetos morales, responsables y mejores preparados para la vida democrática.

Sirve para pensar lo que pensamos, para no formar parte de la minoría de edad. Para luchar con las emociones irracionales, supersticiones o creencias dogmáticas.

Las humanidades y la filosofía sufren desde los últimos años un gran desmantelamiento por parte del sistema educativo.

¿Qué tiene la filosofía para que se encuentre en continuo conflicto con los planes educativos actuales?

¿Qué otras asignaturas del plan educativo potencian el pensar crítico y racional?

¿Importa la filosofía en la educación desde edades tempranas?

¿Qué papel le cabe a la filosofía en la formación de ciudadanos?


Invitados mesa redonda:

Félix Garcia Moriyón: Doctor en filosofía por la UCM. En estos momentos es profesor honorario del Dpto. de Didácticas Específicas de la UAM. Colabora en diversas publicaciones nacionales y extranjeras centradas en la filosofía y la educación, con especial énfasis en filosofía práctica (moral y política) y en enseñanza de la filosofía. Autor de más de treinta libros y de numerosos artículos. Coordina un grupo de trabajo centrado en la resolución de problemas morales www.niaia.es

Ángel Vallejo: Profesor de Filosofía en secundaria. Miembro de la Comisión de secundaria de la REF. Miembro de la Societat de Filosofia del País Valencià y representante de la Asamblea del Profesorado de Filosofía del País Valencià. Redactor en la revista de cine encadenados.

Victor Bermúdez: Profesor de filosofía en el IES “Santa Eulalia” de Mérida. Ha publicado artículos y algún libro de didáctica de la filosofía. Es también miembro de la comisión de educación de la REF, vicepresidente de la Asociación de Filosofía para Niños de Extremadura, así como miembro electo del Consejo Escolar y portavoz de la Asociación de Filósofos de Extremadura. Ha impartido clases en el Master del profesorado en la UAM y coordina las Jornadas anuales de Didáctica de la Filosofía en Extremadura. Es colaborador habitual en prensa y radio, en donde dirigió el programa de RNE “Diálogos en la caverna” y coordina el proyecto de filosofía para niños en Canal Extremadura Radio. Es autor de varios blogs de divulgación de la filosofía, entre ellos http://filosofiacavernicolas.blogspot.com.es

Francesc Llorens: Filósofo y profesor de filosofía en secundaria. Doctor en Educación y Tecnologías de la Información. He impartido docencia en multimedia y pedagogía digital en la Universidad de Alicante y la UOC (Universitat Oberta de Catalunya). Autor del libro ‘Postecnología: el final del sueño’ y ultimando uno nuevo sobre las relaciones entre filosofia, capitalismo, tecnología y educación

La función de la dialéctica en el proyecto político de Platón

Platón expone en la «Carta VII» las convulsiones políticas de la Atenas de su época: la guerra contra Esparta, el cruel gobierno de los 30 Tiranos, la restauración democrática, la injusta condena de su maestro Sócrates, etc. Estos acontecimientos le llevaron a replantearse de que todos los Estados estaban mal gobernados y de que los males de la humanidad no tendrían remedio hasta que los gobiernos estuviesen en manos de los filósofos. Por ello mismo, el tema de la siguiente redacción nos obliga a preguntarnos sobre el papel que juega la dialéctica en este proyecto político. Pero antes de nada, habría que hacerse cuestiones como: ¿Qué papel juega la educación en el proyecto político? ¿Qué función cumple la dialéctica en el programa educativo de Platón? Responder a estas cuestiones llevará a exponer los presupuestos ontológicos y epistemológicos sobre los que se sustentan tanto la educación como la política de Platón.

Platón, considera que solo la filosofía puede ofrecer una visión adecuada de lo justo y lo bueno, siendo esto imprescindible para que los gobernantes se conduzcan recta y sabiamente, pues de esta manera encaminan el Estado hacia la justicia, la felicidad y la armonía. Por ello mismo, Platón rechaza la democracia, pues al basarse de que cualquiera está capacitado para dirigir el destino político del Estado, se trata de un sistema nefasto. Por lo que pone como gobierno ideal una especie de aristocracia o gobierno de los mejores, pero lo mejores en saber y virtud; solo un gobierno así puede ponernos a salvo de la incompetencia, de los abusos y de la ambición de los gobernantes corrientes.

Para conseguir este sistema de filósofos-gobernantes, es de suma importancia el papel que juega la educación en esta propuesto. Es el Estado el que debe educar en la filosofía y en otras disciplinas a los futuros gobernantes. Para ello deben elegirse las mejores naturalezas, aquellas que poseen dotes naturales para el estudio y destaquen de forma natural en virtud.  La educación consistirá en lograr que estas naturalezas se encaminen hacia el conocimiento de lo verdadero, de lo bueno y de lo justo, apartándose de lo sensible. Para entender esta última parte, es necesario hacer referencia a la Teoría de las Ideas, la cual constituye el núcleo fundamental de la filosofía platónica.

Dicha Teoría afirma que, aparte de las realidades sensibles, cambiantes, materiales y sometidas al nacimiento y la muerte, existen ciertas realidades superiores, ingénitas e imperecederas, inmutables, inmateriales, abstractas, indivisibles, accesibles solo a la inteligencia, y que constituyen las esencias de las cosas sensibles y los paradigmas ideales que las cosas sensibles copian, esto recibe el nombre de «Ideas». Solo de ellas puede haber conocimiento  verdadero (Epsiteme), mientras que de la otra realidad sensible, tan solo puede haber simples opiniones (doxa). Las Ideas se encuentran dentro de un sistema gradual en cuya cima está la «Idea de Bien en sí». De esta manera, defenderá la existencia de ciertos valores éticos y estéticos objetivos, inmutables y eternos cuyo conocimiento es indispensable para que sirva al gobernante de guía en el gobierno de la ciudad.

En este punto es donde entra en juego la dialéctica. La dialéctica es el saber acerca de las Ideas y sus relaciones, el conocimiento de las esencias eternas e inmutables de las cosas, cuyo término final es la visión del Bien en sí , siendo esta el fundamento de todo lo real y la expresión suprema del orden racional que gobierna el mundo. Sin embargo, la dialéctica requiere una preparación previa en el cultivo de las matemáticas, las cuales constituyen el preludio. Así mismo, Platón distingue entre dialéctica ascendente y dialéctica descendiente. La primea representa el camino que lleva al alma desde las cosas más simples de los objetos matemáticos hasta la más perfecta Idea de Bien, valiéndose del poder dialéctico de la razón, de argumentos y refutaciones. Por otra parte, la dialéctica descendente  consistirá en la aplicación del conocimiento alcanzado acerca de lo inteligible y eterno, al mundo de lo sensible, y en particular al ámbito político. Una vez contempladas la Idea de Bien y las restantes Ideas, e filósofo debe ocuparse de los asuntos humanos y asumir la dirección política de la polis. Este proceso se ve muy bien reflejado en el «Mito de la caverna», en el camino que recorre un prisionero liberado del interior de la caverna hasta que sale al exterior de la misma, y culmina con la visión del sol (representación metafórica de la Idea de Bien); y la vuelta de dicho prisionero liberado, una vez visto el mismo sol, al mundo de las sombras en el que viven sus antiguos compañeros de prisión.

En conclusión, Platón rechaza la democracia y otras formas de gobierno y propone le gobierno de los mejores en virtud y en saber. Esta propuesta política se completa con un ambicioso programa educativo que persigue como objetivo final formar a ciertos individuos capaces de gobernar sabia y rectamente. Y este conocimiento es el que nos proporciona la ciencia dialéctica, la ciencia suprema.

La matemática y el proyecto político de Platón

Antes de meternos de lleno al tema de la matemática y su relación con el proyecto político platónico, cabe cuestionarse previamente las siguientes cuestiones: ¿Cuál es el papel que juega la educación en general en este proyecto? ¿Qué relación hay entre política y educación?

En la «Carta VII» Platón expone su filosofía política, que debido a las circunstancias de la la época, considera que solo los males de la humanidad no tendrían remedio hasta que los gobernantes fueran filósofos, pues estos conocedores de la verdadera filosofía, tienen conocimiento adecuado de lo que es justo y bueno.

Platón considera que existen realidades o ideas objetivas, y entre esas realidades se encuentran los valores éticos y morales, como la Justicia en sí, el Bien en sí,… y es el gobernante el que debe conocerlo, pues estas ideas deben servirle de guía para el buen gobierno del Estado. Por ello, la educación de los futuros filósofos-gobernantes juega un papel esencial en este proyecto político, cuyo objetivo no sera otra que, alcanzar el conocimiento de las Ideas, sobre todo, la Idea suprema de Bien. Pero, ¿cómo conseguir el objetivo que plantea la educación? Las matemáticas. Estas al menos cumplen dos funciones:

  1. Obliga al alma a hacer uso de la inteligencia para alcanzar la verdad en sí, es decir, el conocimiento de las Ideas, las cuales son indispensables para el buen gobierno de la polis. Esto es así, porque las distintas disciplinas de las matemáticas (aritmética, geometría bidimensional y tridimensional, astronomía y armonía) estimulan la inteligencia y el pensamiento, de esta manera, hacen que el alma se despegue de lo sensible y se eleve hacia lo conceptual y abstracto.
  2. Refleja el mito de la caverna y el símil de la línea. En el primero, las matemáticas suponen un tránsito de la oscuridad a la luz, de la opinión al conocimiento y de lo sensible a lo inteligible, este paso no puede realizarse bruscamente, pues la luz acabaría cegándonos. Por ello mismo, la función que cumplen las matemáticas en la educación del filósofo-gobernante, es hacer que su alma se adapte progresivamente a la verdad y a la luz.
    Por otro lado, en el símil de la línea, al igual que las Ideas, los entes matemáticos pertenecen al género de lo inteligible, aunque estas se sitúan en un nivel inferior al de las Ideas, resultando ser un «preludio» de la dialéctica, el saber último que interesa al filósofo y al político.  Pero las matemáticas tiene importantes limitaciones, como es su método, que parte de hipótesis de las que el matemático no da cuenta, considerándolas así como solo pensamiento y no como conocimiento.

En conclusión, para Platón para que el Estado pueda ser salvado, se necesita de una Educación adecuada de los que en el futuro han de gobernarlo. Siendo esta orientada al conocimiento de los valores morales eternos y objetivos que han de servir de guía para el buen gobierno del Estado. Así pues, las matemáticas cumplen una función propedéutica, donde orientan, preparan y entrenan el alma antes de dedicarse a la ciencia más elevada, la Dialéctica, y será esta la que permitirá la contemplación de las Ideas innatas mismas y, finalmente, de la Idea de Bien, cuyo conocimiento resulta imprescindible para el buen gobierno del Estado.

La necesidad de la Filosofía

La filosofía no es un lujo intelectual ni un pasatiempo reservado a unos pocos. Es la raíz de nuestra manera de pensar, de cuestionar y de vivir. Sin ella, corremos el riesgo de reducir la existencia a lo inmediato, a lo útil, a lo que produce beneficios rápidos, olvidando lo esencial: el sentido.

Hoy, más que nunca, necesitamos volver a la filosofía. No porque tengamos que repetir lo que dijeron Platón, Aristóteles o Kant, sino porque debemos recuperar el hábito de preguntar. Preguntar por la verdad, por la justicia, por el bien, por la belleza. Preguntar por lo que significa ser humano en un mundo que parece olvidar lo humano.

Imagen vista por la red. Utilizada como fondo de pantalla.

Volver a la filosofía es volver a la reflexión, al diálogo, a la crítica. Es resistir la tentación de vivir en la superficie, en la comodidad de las respuestas fáciles. Es atrevernos a pensar más allá de lo inmediato, a mirar más hondo, a no conformarnos con las sombras. La filosofía nos invita a detenernos, a contemplar, a escuchar, a abrirnos a la posibilidad de que las cosas sean distintas de lo que parecen.

En la vida cotidiana, la filosofía nos recuerda que no todo lo importante es útil y que lo útil sin sentido es vacío. Nos enseña que la vida no se mide solo en resultados, sino en preguntas que nos transforman. Nos ayuda a enfrentar la incertidumbre, a convivir con la duda, a aceptar que el conocimiento es siempre un camino y nunca una meta definitiva.

En la educación, la filosofía debería ocupar un lugar central. No para memorizar autores, sino para aprender a pensar. En un aula filosófica se cultiva la duda, la escucha, la argumentación. Se aprende a convivir con la complejidad y a resistir el dogmatismo. Una sociedad que olvida la filosofía es una sociedad que olvida cómo dialogar, cómo cuestionar, cómo imaginar alternativas.

Volver a la filosofía es también volver a nosotros mismos. En un mundo saturado de información y estímulos, la filosofía nos ofrece la pausa necesaria para distinguir lo esencial de lo accesorio. Nos recuerda que la libertad no consiste en elegir entre opciones prefabricadas, sino en atrevernos a pensar por cuenta propia.

Por eso, volvamos a la filosofía. Volvamos a la raíz, al origen, al ejercicio de pensar. Porque sin filosofía, la vida se convierte en rutina; con ella, la vida se convierte en búsqueda. Y en esa búsqueda, aunque nunca encontremos respuestas definitivas, descubrimos lo más valioso: la posibilidad de seguir preguntando.