Educación, ¿fin del populismo?

Tras varias semanas desde el asalto al Capitolio por una minoría que no ha querido aceptar el resultado electoral, por el cual han votado millones de personas, hay varios aspectos que nos han contrariado.

Como ciudadanos todos tenemos el derecho de manifestarnos e incluso de comenzar una revolución si disponemos de la fuerza necesaria. Pero, ¿es legítimo un asalto que humilla a la mayoría del voto americano? ¿Cuándo se deberían censurar ciertos discursos? ¿Reside la responsabilidad en la población o en aquellos que los formulan? Cabe preguntarnos cómo nos sentiríamos si fuésemos un votante conservador estadounidense y nuestra imagen fuese diezmada a los que acudieron al Capitolio. Quizás sentiríamos impotencia por cómo nuestras ideas son representadas irrespetuosamente por una minoría; cómo estos las machacan y reducen a un común denominador para protegerse a sí mismos de una realidad inminente; y creo que nos sentiríamos desolados al ver todo aquello en lo que hemos creído y con lo que hemos crecido reducido a un burdo asalto.

Obviamente, como participantes de un sistema democrático en el que existe cierta libertad de expresión no debemos censurar ciertos discursos, pero sí debemos juzgar aquellos actos que insultan a la mayoría e intentan coartar su libertad de expresión. La polarización que cada vez sufren más países democráticos como EEUU o incluso España, es fruto del populismo y la generalizada falta de interés por el compromiso político-social. Y estos solo pueden ser frenados si cambiamos la base de la cual partimos todos los ciudadanos: la educación.

Si forjásemos nuestra sociedad en una educación que nos enseñase cómo funciona el sistema y cómo podemos protegernos de él mediante un espíritu crítico, el populismo y el constante miedo de los ciudadanos a ser engañados por una ideología demasiado avariciosa con sus propios intereses caería por su propio peso; ya que esto crearía cierta defensa crítica que no nos llevaría a respaldarnos en teorías conspirativas, ni a dejarnos arrastrar por las masas, sino que confiaríamos plenamente en nuestra razón. Por consecuente, no solo hablaríamos de acabar con el populismo, sino de crear ciudadanos lo suficientemente capacitados para interesarse (e incluso participar) en crear un compromiso social que hasta pueda llevarlos a participar en actividades políticas. De forma que todos estarían interesados en llegar a acuerdos sociales que les beneficiasen, no solo a ellos, sino también a sus vecinos.

Definitivamente, una base educativa sólida acabaría con las técnicas populistas. Ya que una población que cuente con el suficiente compromiso social, no se dejaría manipular por un líder al que algún día creyeron inconscientemente, arrastrados por las masas y palabras vacías, porque nunca creerían ciegamente en nadie. Nunca se revelaría contra la elección mayoritaria de sus vecinos a pesar de su desacuerdo con estos; simplemente aceptaría la decisión de la mayoría, se apartaría para analizar el transcurso de los años con cierto espíritu crítico… y quizás aprovecharía las próximas elecciones para velar por el bienestar social a su manera.

¿Podría una educación sólida en valores cívicos acabar con el populismo, o más bien se trataría de una utopía más?

Caos en el mundo de la Utopía

En relación a la carta recibida por parte de  Filippa hace unas semanas, empezamos a trabajar el gran tema de EL MUNDO.

Antes de embarcarnos en el gran proyecto de «Creadores de mundos» se intentó dar respuesta a la siguiente cuestión:

– ¿Qué entendemos por mundo?
1. El mundo es un lugar donde viven muchas personas, y tienen cerebro y pueden pensar. (Aram 5 años)
2.El mundo es algo muy grande que tiene muchas bacterias y virus, a parte de medios de transporte, animales, personas,… También es la luna, los planetas, los agujeros de gusano,… (Pablo 5 años)
3. El mundo es todo, la familia, el colegio,… también puede ser diferente para cada persona. (Nuria 7 años)
4. El mundo son las normas que ponen los adultos (Antia 6 años)
5. El mundo es el miedo, las banderas, los países (Mariella 5 años)

Esta pregunta dio paso a: «¿Cómo sería tu mundo perfecto?»

Para crear ese mundo perfecto a sus ojos, individualmente crearon su mundo, en respuesta a la carta de Filippa. A partir de esas ideas indivuales, se hicieron dos grupos, en el que debían crear cada uno otro mundo. Para ellos debían ponerse de acuerdo en las ideas, discutir y dar razones.

Se crearon dos mundos, dos mundos un tanto caóticos, pero perfecto para ellos/as -o al menos semi perfectos.

Mundo de Nuria, Mariella, Marc y Antia: (algunos aspectos) Mundo de Aram, Pablo y Matilda:
(algunos aspectos)
– La bandera debe tener los colores favoritos de cada uno de los componentes del grupo

– Todos los medios de transporte pueden volar

– Los adultos, son inmunes al fuego, y pueden vivir en el interior de volcanes

– Las casas pueden estar por encima del suelo, y están sujetas por grandes barcos, así cuando quieres viajar no hace falta hacer la maleta, ni reservar hoteles porque llevas tu casa.

– Se necesita un mundo con normas, sino todos podemos robar, matar,…

– Normas:

  1. No matar animales y respetar el medio ambiente
  2. Prohibido ser mala persona y hacer daño (de cualquier tipo) a otros animales, inclusive personas
  3. Todos somos iguales.
-Todo está hecho de zepelines, y los zepelines lo controlan todo.

– Las personas conviven con robots y monstruos buenos.

– Las personas solo existen para vivir, no necesitan trabajar, ni mantener a los zepelines, los zepelines se crean ellos mismos.

-La bandera tiene 3 colores, y son los colores favoritos de cada uno de ellos

– Hay mucha vegetación y todos los animales son libres y buenos.

– Los coches pueden volar

-Normas:

  1. Solo pueden conducir los chicos, si una chica quiere conducir se transforma en chico (el otro grupo discrepó ante esta norma, al final se cambió esta norma por «Todas las personas de todos los sexos pueden conducir»)
  2. Hay señales de tráfico y hay que respetarlas
  3. Los niños y los adultos son iguales, las normas son iguales para todos, y tanto los unos como los otros pueden crear nuevas normas o eliminar normas sin sentido.

Los temas que se han tratado para trabajar en este trabajo cooperativo han sido varios, aunque sin profundizar: Medio ambiente, normas, cultura,…

Una vez finalizado, cada grupo expuso su trabajo, el cual podía estar sometido a crítica; y así fue, sometiendo a crítica ambos mundos, finalizó la clase con un único mundo perfecto, el mundo del ¡¡¡CAOS EN EL MUNDO DE LA UTOPÍA!!!

"Para que un mundo sea perfecto debe estar a gusto de todos, ¿no?" Nuria 7 años

 

 

El mundo de Mariella (5 años)

En contra del Mundo real de Antia (lo puedes leer aquí) y respondiendo a la carta de Calista (la puedes leer aquí), Mariella de casi 5 años, ha querido contestarle a Calista con un dibujo sobre su mundo, pero no el mundo real, si no el mundo de su imaginación, su mundo ideal, su mundo utópico.

«Hola Calista,
En mi mundo no existen las personas, en mi mundo existen las hadas y podemos andar y volar. Está muy chulo volar, puedes verlo todo desde arriba, y desde arriba todo parece un poquito más pequeño, es como un pajarito que puede andar y volar a la vez.
En mi mundo, el único medio de transporte que existe son las bicicletas, no existen los patinetes ni los coches, solo las bicicletas, porque ayudan al medioambiente.
También, en mi mundo nieva mucho, pero lo mejor, es que aunque nieve siempre hay sol, nunca está el cielo gris. Por eso hay mucho árboles y bosques. Me gusta mucho mi mundo»

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El mundo de Calista

¡Hola!

Me llamo Calista, tengo 5 años, pero estoy a punto de cumplir 6. Celebraré mi cumpleaños dentro de mucho tiempo, tal vez dentro de 10 años. Espero que esta carta haya llegado a vuestro mundo y que la estéis leyendo. ¿Os gustaría saber cómo es mi mundo?

En mi mundo, todo es diferente al vuestro; es como si viviéramos en un universo al revés, donde muchas cosas que ocurren aquí no tendrían sentido para vosotros.

En primer lugar, las personas no habitamos en casas, sino en el campo, rodeados de naturaleza, construyendo cabañas con madera. Curiosamente, son los animales los que viven en casas, ¡todos los animales de mi mundo! Es inusual ver a un animal fuera de su hogar, e incluso algunos de ellos visten con atuendos. En cuanto a la vestimenta humana, los chicos llevan faldas, vestidos y, a menudo, zapatos de tacón, mientras que las chicas visten pantalones y calzado deportivo. Además, los chicos llevan el pelo largo y las chicas lo llevan corto.

En mi mundo, la naturaleza es omnipresente, con bosques en todas direcciones, pero no hay playas; el agua simplemente no existe, y tanto personas como animales no necesitan beber. Sorprendentemente, la comida es abundante en todo mi mundo, nadie pasa hambre. ¿Es así en vuestro mundo también?

Lo que más me gusta de mi mundo es que todos, absolutamente todos, somos iguales, niños y adultos. Los niños pueden hacer cosas de adultos, y viceversa. Si alguien no sabe hacer algo, rápidamente un adulto o un niño le enseña, ¡y aprende en cuestión de segundos! Sin embargo, hay cosas que no me gustan; en mi mundo, el miedo es desconocido. De hecho, la palabra «miedo» la conocen solo unos pocos, pero su significado es un misterio. Tampoco existe la tristeza, el enojo o el llanto. ¿Podríais explicarme qué significa tener miedo?.
Pero ¿sabéis qué existe? ¡La felicidad! Todos somos felices, nos encanta ser felices, tal vez porque no podemos conocer otra cosa. Pasamos el día sonriendo y nos reímos de todo, ¡absolutamente de todo!

Me encanta mi mundo, donde no falta nada y todo es perfecto. ¿Puedes contarme cómo es tu mundo? ¿Es perfecto? ¿Cambiarías algo de él?

Firmado: Calista

¿Cómo debería ser un mundo de niños? (1º primaría)

En clase de Filosofía para Niños, haciendo referencia al Día Internacional de la Infancia, se me ha ocurrido una actividad, la cual les ha encantado a los alumnos y alumnas de 1º de Primaria. Debían inventar un mundo, ¿Fácil?, para ellos lo ha sido, sobre todo, porque su mundo debía ser solo para niños. ¿Cómo sería un mundo de niños?

Una clase de lo más divertida, ideas totalmente extravagantes, que supera la realidad. Todas las ideas algo en común «Un mundo de chucherías».

Así, es como los niños y niñas de 1º de Primaria quieren su mundo, un mundo de chucherías, sin normas, donde reine la felicidad. Y con todo esto empieza lo bueno, el momento de la reflexión.

Debían explicarlo en primer lugar individualmente, después de forma colectiva poniendo en común y plasmándolo en dibujo cómo sería ese mundo

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Dibujo realizado por uno de los niños de la clase de 1º de Primaria.

Pero chicos y chicas, escuchadme un momento, vuestras ideas son increíbles, pero… como todo mundo debe tener unas reglas, ¿no? o acaso está permitido robar, mentir, matar, y demás. – Dice la profesora para dirigir el tema mientras trabajaban entre ellos.

Queremos un mundo sin reglas, además si es un mundo de niños, no hay adultos para poner esas normas. Por lo tanto, no pueden haber normas– Dice M

Pero si que deben haber, a veces nos portamos mal, y hacemos cosas mal y nos pueden castigar por hacer esas cosas mal. Tiene que haber policía en nuestro mundo. – Dice O

No, no puede, porque la policía es mayor, y solo hay niños, no puede haber policía. -Dice Y

-Si, pero los niños crecen y pueden convertirse en policías, y la policía puede poner las normas. Necesitamos de normas, sino todos nos comportaremos mal.– Dice M

– Pues, cuando los niños crezcan podemos crear otro mundo para adultos, y una vez hayan crecido, se van de nuestro mundo para irse al mundo de los adultos, que es más aburrido, porque no hay chucherías ni ajedrez.– dice T

– En el mundo de la chuchería y del ajedrez, todos son felices, porque llueve chucherías y podremos jugar siempre al ajedrez, y siempre seremos felices. – Dice Y

– Muy bien, y… ¿colegio? ¿habría un colegio en vuestro mundo?- Dice la profesora

-No, no puede haber colegio.– Dice R

-Ah, ¿no? entonces si no hay colegio, ¿cómo conocerías a tus amigos? Si tú no fueras al colegio, ¿podrías haber conocido a tus amigos y amigas de clase? -Dice la profesora

– Pues,… puede haber colegio, pero sin clases, un colegio donde podemos aprender pero sin exámenes y sin deberes, puede ser un colegio, donde aprendemos mucho y tenemos muchos amigos, donde todos somos felices, y tenemos muchos profesores, y todos de filosofía. – Dice R

Entonces,… Si que hay adultos en vuestro mundo, los profesores de Filosofía. -Dice la profesora.

– Claro, pero solo de Filosofía, porque nunca nos enseñarían nada malo, y siempre seríamos felices con ellos. -Dice M

Una clase increíble, con una sinceridad y una inocencia increíble. Conceptos como la no existencia de la guerra, de la pobreza, de la violencia,… han sido tocados. Y esos conceptos, no los quieren en su mundo, en su mundo feliz de la chuchería. Básicamente, porque esos conceptos solo existen porque son creados por adultos. Mucho para reflexionar.