Segunda Filípica

La Horizontalidad Traicionada:
Sistemas de Gobierno

Prefacio: La Herencia de la Indolencia

En nuestra primera Filípica, establecimos que la tiranía (Verticalidad) no opera solo por la fuerza, sino a través de la coerción intelectual. Diseccionamos los tres sofismas esenciales (Falso Dilema, Ad Hominem y Ad Populum) y demostramos cómo su uso constante induce la Pereza Existencial en el individuo. El resultado es que el ciudadano, al ser convencido de la inutilidad de la Crítica Racional, entrega su autonomía y se rinde al dogma impuesto.

La presente Filípica aborda la siguiente pregunta:

¿Qué sistemas de gobierno están diseñados para institucionalizar esa Pereza Intelectual?

I. Introducción: El Eje de la Fundación y la Voz de Demóstenes

Memoria cansada regresa a este tu paladín que en estos tiempos contemporáneos tiene la ardua tarea de colocar la luz de la sabiduría en el corazón de sus congéneres.

¿Sabes de donde vinieron las Filípicas? Pues si en Roma nos enseñaron Política, fue en Grecia donde nos enseñaron Libertad, concretamente el maestro Demóstenes, que fue el último libre de su tiempo. Fue él quien escribió de puño y letra cartas al tirano macedonio Filipo, cuyo nombre por siempre quedará ligado al sabio que pecó de imponer a los demás un pensamiento que solo su hijo pudo ejecutar.

De ahí, nos desplazaremos al tiempo donde el mito de Roma encontró su génesis y te pido mi buen acompañante que hagas el ejercicio conmigo. Había un Augur y dos muchachos [Rómulo y Remo] que se encontraban en medio de la nada, afanados en resolver quién estaba destinado para fundar la ciudad.

¿Sabes lo primero que hicieron esos dos muchachos? Trazar un eje de coordenadas. Un eje que les diría cuál sería el designio divino. Ese eje, ese principio ordenador, esa búsqueda de la Verticalidad divina para legitimar la fundación, es la misma pulsión que te rige hoy.

El problema no es buscar un eje, sino cómo se traza. La Horizontalidad (la Razón de Demóstenes) nos permite trazar un eje de crítica; la Verticalidad (la coerción de Filipo) nos impone un eje de dogma. La Horizontalidad es traicionada cuando los sistemas de gobierno se confunden, y es hora de desmantelar esa confusión.

II. El Eje Fundacional: Platón, Aristóteles y la Búsqueda de la Voluntad

No pretendo venir a contar algo nuevo, sino a devolverte el recuerdo de algo que olvidamos.

Los maestros Platón y Aristóteles en sus obras República y Política respectivamente, nos enseñaron grandes cosas. Platón nos dibuja un camino cíclico como la vida misma, que contempla puntos de virtud de gobierno y puntos de auténtica catástrofe.

Aristóteles, entendiendo el camino trazado por su maestro, intenta equilibrar esa balanza con unos contrapesos que mantengan los ejes en estabilidad.

La cuestión aquí no es parar la manija y vivir en un éxtasis virtuoso, sino hacer que la sociedad tenga la misma vida y voluntad que cada uno de sus individuos por separado.

A. El Peligro Antiguo: La Demagogia como Precursora de la Tiranía

Antes de avanzar en el tiempo, permíteme retenerte un momento más. Y es que en la Grecia Clásica, la Demagogia era peligrosa y catalogada como una forma de gobierno que precedía a la tiranía.

Los griegos entendían que sólo cuando una persona es capaz de crear una influencia lo suficientemente grande como para desenfocar la Razón de los demás aparecen grietas en el puente de la libertad.

III. El Eje del Presente: El Puente a la Soberanía Moderna

El puente entre milenios, que estamos recorriendo en estas Filípicas, tiene un sentido pesadamente inevitable y es hacia ese amanecer que tan solo tú y yo podremos contemplar pleno, si acaso atendemos al deber histórico y generacional que nuestros antepasados nos ponen sobre nuestros hombros.

Pero debo decir que todo esto no es bello ni sencillo y que nuevamente debo afilar mi pluma, a los artífices del sistema que a día de hoy rige el mundo.

El primero y más vilipendiado de los que me refiero tiene gran parte de culpa por su falta de fe en la dignidad de sus coetáneos. Por crear las entretelas del teatro en el que ahora todos bailan. No es otro que Maquiavelo con su obra El Príncipe. Él creó las estrategias y mecanismos más claros a la hora de contraponer el poder y la decisión de uno frente a la libertad de los demás.

He de decir que no veo a Maquiavelo como el villano que a priori se pueda pensar, sino como el pobre hombre que nunca pensó que la dignidad humana estuviera por encima de un buen gobierno. Y a él le preguntaría: ¿De qué sirve gobernar con puño de hierro sobre un yermo sin vida?

Los otros dos artífices son Locke y Rousseau.

Locke, con su Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, y Rousseau, con El Contrato Social, ambos adelantados a su época, y por qué no decirlo, a la nuestra, nos enseñan el valor de la dignidad humana, y nos regalan la formalización y racionalización de los mayores dones que jamás hayamos podido encontrar: Libertad e Igualdad.

Pero lo cierto es que los siguientes pensadores intentaron modular y achicar sus ideas, poniendo puertas al campo o directamente, como la Escuela de Frankfurt, quemar sus bases hasta que solo pudieran tener cáscaras vacías a las que llamar ciudadanos, y que trágicamente sean estos los que con paso gris pusieran el telón de acero de la pereza sobre sus conciencias.

La crítica fundamental, y la verdad que me urge exponer no es otra que ¿por qué hemos llegado a esto?, y es que a Locke y Rousseau les preguntaría: ¿Por qué no bajaron sus ideas a la plumbea realidad? Porque, si bien creo que son una referencia, siento que quedaron cojos y faltos de crítica a la hora de llevar a la práctica la forma de llevar a cabo sus principios.

IV. El Barro y la Tragedia: La Demagogia como Democracia Representativa

Y es que aquí es donde está el barro y la refriega, el conflicto y la tragedia. Os prometí hablar de los sistemas de gobierno y lo prometido es deuda hoy voy a ir a los grises, a esa diferencia mortal entre Demagogia y Democracia.

Y antes, tengo que pedir que pactemos, que pactemos como haría el maestro Aristóteles. Que de aquí en adelante, en confianza, Demagogia para nosotros sea Democracia Representativa, y Democracia sea Democracia Real y Participativa.

En este punto, Locke y Rousseau pecaron en exceso al confiar la salvaguarda de la libertad y la igualdad de todos, a los hombros estrechos de representantes, que, abrumados o corrompidos, no estaban a la altura de las circunstancias.

Pondré ante la luz y el taquígrafo la subversiva monstruosidad de la Demagogia. Porque cuando alguien lanza sus discursos en los que habla de emoción, quita la profundidad intelectual y asegura al resto que todo lo que hace es por su bien. Incluso cuando presenta, a sabiendas, su cargo a disposición de los demás que, ya empequeñecidos, prefieren seguir entre la multitud.

Cuando la Responsabilidad Radical se transmite y se reduce a una papeleta hasta la próxima elección, es ahí cuando la libertad muere.

V. La Ingeniería de la Pseudo-Horizontalidad: El Engaño de la Asamblea

La Demagogia no solo fomenta la Pereza Existencial en la urna, sino que produce contraejemplos aún más insidiosos. El peligro más grande es cuando la Verticalidad se viste con la toga de la Horizontalidad. Es el acto de ingeniería social que explota el deseo genuino de participación para imponer una nueva tiranía.

A. La Tiranía del Consenso y la Paradoja de la Minoría

El defecto fatal de la Pseudo-Horizontalidad es que confunde la voz de la mayoría con la voz de todos. El resultado es una tiranía del consenso tan destructiva para la libertad como la tiranía monárquica.

Una democracia real debe siempre dar voz, cauce y contrapesos a la minoría. Paradójicamente, el mecanismo donde la minoría encuentra a menudo mayores contrapesos para influir en el rumbo de la sociedad es en las sociedades mercantiles. En el derecho de sociedades, existen estructuras de poder que garantizan a la minoría derechos de veto, de información y la capacidad de impugnar acuerdos. Este rigor jurídico es un estándar de protección que la mayoría de los sistemas políticos ha fallado en replicar para proteger el valor de la Razón.

B. El Patrón del Siglo XX/XXI: La Verticalidad Vestida de Pueblo

Desde el Jacobinismo hasta el presente, la historia nos muestra que los movimientos que más prometen participación son los que terminan imponiendo la mayor Verticalidad. Esto no es una crítica a la asamblea, que como institución debe estar presente en todas nuestras reflexiones y buscar siempre que sea necesario su implementación, el problema es cómo se compone esa asamblea, y esto nuevamente es otro aviso mayúsculo jamás pienses que el candidato perfecto de un órgano asambleario tiene que tener nada más determinante que dos herramientas ética y filosofía, cuando hay un demagogo y el resto de los presentes no tienen esa acidez mental, entonces y solo entonces la asamblea o el círculo se convierte en un Politburó de facto.

  • La Herencia Clásica (Robespierre): El Terror de Robespierre demostró el peligro más puro.
  • El Soviet Coercitivo: En la Unión Soviética, el Soviet (Asamblea) y el Politburó eran la cúspide de esta Pseudo-Horizontalidad.
  • El Caudillismo Asambleario (Bolivariano): En las Asambleas Bolivarianas, la exaltación del sentimiento convierte el debate en un acto de fe.
  • El Círculo Reciente: En estructuras como los Círculos de Podemos, la promesa de Horizontalidad se encontró con la dura realidad de la Ingeniería Social.

VI. Conclusión: La Arquitectura de la Responsabilidad y el Amanecer

La solución ciertamente la desconozco, pues no soy un iluminado ni un visionario. Sin embargo, sí que creo tener cierto ojo en el futuro, y creo genuinamente —y esto es más un deseo racional que una certeza emotiva— que el camino hacia el amanecer que merecemos se construye sobre la ética y la filosofía.

El puente hacia el futuro se puede tender si a nuestras generaciones venideras les damos un papel y un boli y les decimos aquello de «Sapere Aude« (Atrévete a saber).

Y le añadimos, esta sí, de mi cosecha personal, un «Veritas Et Audatia» (Verdad y Audacia).

Pues solo con esas herramientas —la Crítica Racional y la Valentía Existencial— el puente será robusto y duradero. La Horizontalidad Virtuosa es el individuo éticamente armado.

En la próxima entrega (Filípica 4), escalaremos esta crítica a la Verticalidad Supranacional, analizando la Política Europea Contemporánea y la burocracia, para ver si el Leviatán continental también ha renunciado a la Razón.

Apéndice: Referencias Bibliográficas e Históricas

Autor/FuenteObra RelevanteConcepto Vinculado
AristótelesPolíticaEquilibrio de poderes, búsqueda de la politeia.
DemóstenesFilípicasOrigen del género retórico, lucha por la libertad contra la coerción.
Locke, JohnSegundo Tratado sobre el Gobierno CivilSoberanía de la Ley, consentimiento de los gobernados, libertad e igualdad.
Maquiavelo, NicolásEl PríncipeRazón Instrumental, Verticalidad cruda, eficacia sobre dignidad.
PlatónLa RepúblicaCiclo de regímenes, desconfianza de la democracia, Verticalidad de la Razón Pura.
Popper, KarlLa Sociedad Abierta y sus EnemigosCrítica Racional y Falsación (base de la Horizontalidad).
Rousseau, Jean-JacquesEl Contrato SocialVoluntad General, soberanía popular, Horizontalidad pervertible.
Historia ClásicaMito de Rómulo y RemoBúsqueda del Eje y el principio ordenador.
Historia ModernaEl Terror Jacobino (Robespierre)Tiranía del consenso, anulación de la minoría.
Historia ContemporáneaEscuela de Frankfurt, Soviet, Populismos Bolivarianos, Círculos de PodemosIngeniería social, pseudo-Horizontalidad y el telón de acero de la pereza.

Primera Filípica: Lo que Siega el Pensamiento

La Verticalidad del Sofisma

I. Introducción: El Faro de Cicerón y el Arma de la Coerción

Recupero la memoria de mis valientes lectores sobre la causa de estas epístolas: la lucha contra la tiranía intelectual.

Debemos evocar al maestro que nos enseñó cómo debía cualquier ser humano libre mirar y posicionarse ante la tiranía, fuera cual fuese su forma: Marco Tulio Cicerón.

Un hombre que fue Cónsul de Roma y aclamado como Pater Patriae, pero que para el estándar marcial de sus congéneres, pudo parecer cobarde, pusilánime y escurridizo. No obstante, Cicerón se alzó como el faro de ética —que no moral— en unos tiempos en los que escribir y dejar constancia de tu rebeldía contra el poder eran sinónimo de condena a muerte.

Fue él quien escribió las Filípicas como testimonio de resistencia y legado, intentando mantener viva la Res Publica de Roma. Su ejemplo nos demuestra que la Horizontalidad de la Razón, plasmada en la palabra escrita, es el arma más formidable contra la Verticalidad del poder. Hoy, desmantelaremos esa Verticalidad.

II. El Sofisma: De Ejercicio Mental a Ingeniería Social

La herramienta de la Verticalidad para anular el pensamiento es el sofisma.

La definición de sofisma es un recurso retórico consistente en enmascarar de verdad una mentira para conseguir un propósito específico, o dicho en Román paladino, repetir mil y una veces una falsedad hasta que se considera cierta.

En el concepto clásico de filosofía, el sofisma en particular y la retórica en general servían al pensador como vías para iniciar el camino del pensamiento. Este ejemplo pedagógico lo vemos en el propio desarrollador de la escuela sofista, Protágoras, y su dilema con su díscolo alumno Evatlo. Allí, la argumentación engañosa era una gimnasia, una prueba de destreza intelectual.

El problema no es la gimnasia, sino el gimnasio. El problema surge cuando esta herramienta se saca del aula y se usa en el foro político con un fin coercitivo.

III. El Error Moderno: La Toga de Marx y la Traición de la Simplificación

El sofisma moderno encuentra su punto de apoyo en un error de cálculo de la filosofía moderna y contemporánea.

Los filósofos cometieron el error de simplificar sus tesis a meros ejemplos ilustrativos. Y digo esto no porque no fuese sano, sino porque nadie vio venir a Karl Marx.

El filósofo que nunca quiso ser señaló a sus colegas como meros observadores y decidió dar al mundo el regalo envenenado de la dialéctica y el materialismo histórico como método de confrontación. Esto fue un acto de Verticalidad disfrazado: le regaló a la política una toga muy blanca que todo el mundo confundió con la del saber filosófico.

Marx y sus herederos entregaron a los operadores políticos una justificación total (el Determinismo Estructural) envuelta en el prestigio de la academia. Este fue el momento en que el sofisma abandonó la retórica para convertirse en un método de confrontación política disfrazado de ciencia, buscando desarmar la capacidad de debate del ciudadano.

IV. Anatomía del Sofisma Moderno: El Uso Político de la Falacia

El sofisma moderno ya no busca entrenar la mente, sino destruirla. Analizaremos las tres falacias clave que la Verticalidad usa para reemplazar la Razón con la manipulación.

A. El Falso Dilema: La Eliminación de la Razón y la Conciencia

El Falso Dilema es la falacia más potente para desmovilizar el intelecto. Consiste en la simplificación extrema de la realidad en solo dos opciones opuestas, negando el esfuerzo de la complejidad. El dilema binario requiere una respuesta inmediata, anulando el Reposo (la disciplina del análisis) y empujando al individuo a la Pereza Existencial.

  • Refuerzo Autoral: Esta falacia es el motor del Totalitarismo, donde, como analizó Hannah Arendt (Los Orígenes del Totalitarismo), el régimen elimina la realidad y obliga al individuo a elegir entre el dogma de hierro y el enemigo.
  • Caso Comparado (Alemania): Tras la I Guerra Mundial, el nazismo instauró el falso dilema de «O la nación se somete a la disciplina total del partido O cae en la humillación y el caos económico». Este marco simplista fue crucial para que la sociedad renunciara a la Razón.

B. El Argumentum ad Hominem: La Sustitución de la Razón por el Odio

El Argumentum ad Hominem (el ataque a la persona) es la herramienta maestra para sustituir la Razón por el Sentimiento de Repudio. La Verticalidad no quiere que se debata la Ley, sino que el enemigo sea demonizado.

  • Refuerzo Autoral: Como el existencialista Jean-Paul Sartre nos enseñó sobre la libertad ineludible, el Ad Hominem busca anular precisamente esa libertad al reducir al oponente a una esencia inmutable y malvada.
  • Caso Comparado (Movimientos de Independencia Hispanoamericanos): El proceso de independencia fue constantemente corrompido por el Ad Hominem. La demonización de figuras políticas y la guerra de facciones entre caudillos impidió la consolidación de la Ley Racional después de la independencia, llevando a ciclos de Verticalidad caudillista.

C. El Argumentum ad Populum: La Explotación del Sentimiento

El Argumentum ad Populum es la pieza final de la Ingeniería Social. Consiste en apelar a las emociones, a la identidad de grupo o al consenso popular para validar una tesis, sin recurrir a la evidencia objetiva.

  • Refuerzo Autoral: Esta falacia es la clave de la Razón Instrumental que criticó Max Weber (en su concepto de la «jaula de hierro») y la propia Escuela de Frankfurt: la razón se enfoca en la eficiencia para manipular el sentimiento colectivo. El discurso se diseña para reforzar los prejuicios, sustituyendo la Ley Racional por el consenso emocional.
  • Caso Comparado (China): Mediante la propaganda masiva y la celebración de narrativas nacionales que apelan al orgullo colectivo (el «sentimiento de pertenencia»), se anula la Crítica Racional y se justifica el control total. La adhesión emocional al proyecto estatal se convierte en el estándar de la verdad.

V. Conclusión: El Desarme de la Horizontalidad (Epílogo)

El Sofisma, en sus tres formas fundamentales, es la prueba de que la Verticalidad ha triunfado en el debate. Su objetivo no es ganar, sino desarmar la capacidad de pensamiento. Al caer en estas trampas, el individuo se rinde a la Pereza Intelectual y se vuelve incapaz de discernir entre la Demagogia y la Democracia.

La pregunta que urge ahora es: si el sistema está diseñado para fomentar esta Indolencia, ¿cómo podemos recuperar la Horizontalidad y la Responsabilidad Radical?

En la próxima entrega, analizaremos los sistemas de gobierno (representativo vs. participativo) a la luz de esta crítica, para encontrar la arquitectura que mejor se adapta a la Horizontalidad Virtuosa y a la Responsabilidad del ciudadano.

Apéndice: Referencias Bibliográficas e Históricas

Autor/FuenteObra RelevanteConcepto Vinculado
Arendt, HannahLos Orígenes del TotalitarismoFalso Dilema, anulación de la realidad.
Cicerón, Marco TulioFilípicasResistencia ética, origen del género.
Horkheimer, Max y Adorno, Theodor W.Dialéctica de la IlustraciónCrítica a la Razón Instrumental.
Marx, KarlManifiesto del Partido ComunistaMaterialismo histórico y Determinismo.
Sartre, Jean-PaulEl ser y la nadaLibertad ineludible (Responsabilidad Radical).
Weber, MaxLa Ética Protestante y el Espíritu del CapitalismoLa «jaula de hierro» y Razón Instrumental.
Historia ClásicaDilema de Protágoras y EvatloUso clásico y pedagógico del sofisma.
Historia ComparadaNazismo, Caudillismo Hispanoamericano, Propaganda chinaCasos de aplicación política de las falacias.

La inteligencia artificial somos nosotros

En los últimos tres años no se habla de otra cosa. En el metro, en los desayunos, en la oficina, siempre hay alguien mencionando a ChatGPT, a Midjourney o a esa nueva aplicación capaz de escribir informes, hacer podcasts o componer canciones en segundos. Desde que apareció ChatGPT en 2022, la inteligencia artificial se ha colado en todas partes: en el trabajo, en la educación, en el arte y hasta en las sobremesas familiares. Se ha convertido en el tema estrella a debatir en las siguientes navidades.

Entre entusiasmo y miedo, se repiten las mismas preguntas: ¿cuándo llegará la llamada inteligencia artificial general? ¿En qué momento llegará la “singularidad tecnológica”, ese punto en que la inteligencia de las máquinas superará definitivamente la nuestra? Algunos lo dicen con admiración, otros con inquietud, pero todos –de una forma u otra– parecen convencidos de que algo trascendental está ocurriendo. Y sin embargo, antes de dejarnos arrastrar por el vértigo de las profecías tecnológicas, convendría mirar con calma qué es exactamente esta inteligencia que tanto nos deslumbra. 

¿Cómo “piensan” realmente las máquinas?

El auge actual de la IA se sustenta en los llamados Large Language Models o modelos de lenguaje a gran escala. Estos sistemas analizan cantidades inmensas de información sobre todo lo que hemos escrito durante décadas, y a partir de esos datos aprenden los patrones estadísticos con los que solemos construir nuestras frases. Cuando nos responden lo que hacen es predecir la palabra más probable que seguiría a otra, imitando la coherencia del lenguaje humano. Por ejemplo, si uno escribe “el sol sale por…”, el modelo completará “el este”, no porque sepa qué es el sol, sino porque esa combinación de palabras aparece con mayor frecuencia en los textos que ha revisado. Dicho de otro modo: la IA no sabe nada del mundo; solo conoce la forma en que el mundo ha sido descrito. Su estructura es relacional y probabilística, reproduce lo que ya fue pensado. Su inteligencia es una «inteligencia de la acumulación».

Y, aun así, escuchamos cada vez más voces que la describen como una “nueva forma de vida”. Yuval Noah Harari la ha descrito como una tecnología capaz de transmitir ideas humanas, generarlas e imponerlas, y Ray Kurzweil insiste desde hace años en que la singularidad está cerca. Esta visión, tan difundida como seductora, parte de una fe profunda en el progreso técnico: la idea de que la evolución no se detiene, de que lo artificial inevitablemente acabará reemplazando lo humano.

Sin embargo, esa fe no nace con la inteligencia artificial. Tiene raíces mucho más antiguas. Para entender de dónde viene y por qué seguimos confiando tanto en que las máquinas serán nuestras sucesoras naturales hay que retroceder un par de siglos, hasta la época en que comenzamos a medirlo todo con el ritmo de las fábricas: la Revolución Industrial.

La fábrica del pensamiento moderno

La Revolución Industrial empezó en la segunda mitad del siglo XVIII en Gran Bretaña, cuando la artesanía dio paso a la producción mecanizada y en masa. La introducción de innovaciones como la máquina de vapor, la hiladora mecánica, los telares automáticos y el uso intensivo del carbón permitieron acelerar los procesos productivos y reorganizar el trabajo humano dentro de las fábricas. Al mismo tiempo, el sistema de fábricas trajo consigo la división del trabajo, la estandarización de tareas, los turnos por horarios. El resultado fue extraordinario, se multiplicó la producción de bienes y la estructura social se transformó notablemente. Es en estas fábricas donde el cuerpo humano se empezó a ajustar a la máquina, y la jornada laboral se transformó en una coreografía de repeticiones.

Adicionalmente, esta nueva forma de producción también influyó en la manera en que hablamos y pensamos. El lenguaje se adaptó a las necesidades del trabajo industrial. En los talleres, en las oficinas, en los despachos, se empezó a hablar para coordinar tareas, emitir órdenes, registrar tiempos, controlar procesos. Las palabras se convirtieron en herramientas de gestión. Durante las más de diez horas de trabajo diarias, el ser humano aprendió a expresarse en términos funcionales: planificar, ejecutar, evaluar, optimizar, resolver. El habla se hizo técnica. La fábrica produjo una nueva gramática, una gramática de la eficiencia.

Para acelerar esa maquinaria en movimiento, los procesos se estandarizaron mediante la proliferación de manuales industriales y administrativos, diseñados para que cualquier trabajador pudiera replicar una tarea sin desviarse del método. El lenguaje debía ser claro, inequívoco, replicable: sin ambigüedades ni metáforas. De hecho, este modelo persiste hoy en entornos que podrían considerarse más sofisticados. Pensemos, por ejemplo, en el mundo financiero donde muchos analistas formulan informes que se consideran rigurosos dentro del sector y que con la precisión de un ingeniero, se escribe palabra a palabra en su respectivo marco corporativo: riesgo, exposición, rendimiento, eficiencia, probabilidad de incumplimiento. Se trata de un lenguaje que traduce el mundo en métricas.

Y esa forma de expresarnos, nacida en el trabajo, ha terminado infiltrándose en todos los ámbitos de nuestra vida. A día de hoy medimos todo. Los pasos que damos al correr por la mañana, las horas de sueño, las calorías consumidas, los likes que recibimos en una foto, utilizamos aplicaciones que monitorizan nuestro ritmo cardíaco con la misma lógica con la que, hace dos siglos, se medía la eficiencia de una máquina. Decimos “optimizar mi tiempo”, “gestionar mis emociones”, “evaluar mis resultados”, “cumplir mis objetivos” como si nuestras vidas fueran una extensión de los informes de rendimiento empresariales. Incluso el ocio se ha vuelto cuantificable: vemos series por su posición en un ranking, e incluso puntuamos los restaurantes donde comemos.

El resultado de esta doble transformación, la del trabajo y la del lenguaje, tiene su origen en una forma de pensamiento que Max Horkheimer y Theodor W. Adorno denominaron con el nombre de razón instrumental, una razón centrada en calcular los medios más eficientes para alcanzar un fin, sin detenerse a reflexionar sobre el valor de esos fines. En Dialéctica de la Ilustración (1944), ambos filósofos sostuvieron que la razón moderna, en su intento por dominar la naturaleza, había terminado dominando también al propio ser humano. El constante perfeccionamiento del aparato instrumental intensificó el control sobre el mundo natural, y terminó por extenderse al ámbito humano, reduciendo lo social a parámetros cuantificables.

A través de la industrialización se desarrolló un sistema de producción que transformó las relaciones humanas en engranajes de una maquinaria orientada al dominio, donde lo “racional” se definió por aquello que contribuyese a servir a un propósito productivo. Mientras que actividades como vivir por placer, tomarse un café con los amigos, jugar con tus hijos, hacer el amor o simplemente existir para uno mismo, han llegado a considerarse absurdas dentro de un mundo gobernado por la utilidad económica y la autorreproducción del sistema productivo.

Podemos decir, por tanto, que la inteligencia artificial no es una creación radical sino la consecuencia natural de la “industrialización del pensamiento”. Es el resultado de dos siglos de lenguaje mecanizado, de una razón que aprendió a reducir el mundo a procedimientos y fórmulas. Lo que hoy llamamos inteligencia artificial no es más que el espejo donde se refleja el lenguaje utilitario que hemos construido durante doscientos años. En resumen, hemos permitido que el pensamiento racional lidere el mundo y, al convertirlo en algoritmo, creemos haber creado inteligencia. Pero lo que realmente hemos hecho es automatizar nuestras propias limitaciones.

Las limitaciones y paradojas de la IA

Llegados a este punto, conviene preguntarse: ¿será capaz la IA de captar todas las dimensiones del pensamiento humano? Los defensores de la IA suelen responder que sí: los humanos también pensamos combinando ideas preexistentes, y por tanto, si una máquina puede hacerlo, también puede crear. Pero esta analogía es falsa. El ser humano no solo relaciona ideas: las pone en crisis. Puede imaginar lo que aún no existe, puede contradecir el marco de lo sabido y cuestionar la autoridad del conocimiento previo. Una IA, en cambio, está condenada a operar dentro de los límites de su base de datos. No puede cuestionarse lo que sabe, y lo que es peor aún, si todo el contenido escrito de una época defendiera una idea falsa, la IA la perpetuaría. Galileo habría sido refutado por una IA, y la teoría de la relatividad general de Einstein habría sido descartada. La IA no sabría reconocer una anomalía, porque su estructura no permite el salto que Thomas Kuhn (1962) llamó cambio de paradigma: ese momento en que una idea rompe el molde de su tiempo y transforma la manera en que comprendemos el mundo.

Los grandes momentos del pensamiento humano, tal y como algunos nos han hecho creer, no nacen solamente de la razón y la lógica. Nacen también de la imaginación, de la intuición, del salto hacia lo desconocido. Y eso es precisamente lo que la IA no puede hacer. Su lógica interna –por muy sofisticada que parezca– no permite la disrupción creativa, la metáfora imprevista, la irrupción de lo no programado. Por eso podemos afirmar sin ambigüedad que la IA jamás desarrollará un pensamiento propio, nunca veremos un Spinoza IA, ni un Bach IA. Puede industrializar el razonamiento consecutivo que el poeta inglés John Keats menciona en una carta de 1817, pero otras facultades de la inteligencia como la imaginación poseen una fuerza creativa que trasciende cualquier proceso mecánico. De hecho, resulta irónico que quienes más promueven la idea de una “superinteligencia” lo hagan con un discurso lleno de imaginación y de especulación. Es decir, utilizando justo lo que la IA no posee.

Y, sin embargo, la IA seguirá extendiéndose en nuestras vidas. A medida que los sistemas automáticos ocupen más espacios laborales, tendremos la impresión de que la IA es nuestro sustituto natural. Esa sensación crecerá a medida que la máquina asuma los trabajos que hoy desempeñamos: tareas rutinarias y mecánicas. En casi todos los sectores, desde la oficina hasta la fábrica, realizamos actividades que consisten en ejecutar procesos predefinidos. Cuando veamos que la IA ejecuta esas mismas tareas de forma más rápida y precisa, creeremos que ha alcanzado un nivel de inteligencia semejante al nuestro. Pero lo que en realidad ocurrirá es que habrá perfeccionado nuestra parte más mecanizable, esa franja del alma donde la lógica reemplazó al asombro. Y será entonces cuando lo comprendamos: no habrá un tiempo en que las máquinas piensen como nosotros o nos superen, porque hace ya mucho tiempo que nosotros aprendimos a pensar como ellas.

Reflexiones finales

La IA no representa el futuro de la inteligencia, sino el resultado de su empobrecimiento. Representa el desenlace de un largo proceso en el que la inteligencia humana fue moldeada por la lógica del rendimiento económico. Durante siglos fuimos educando a la mente en la obediencia del método racional, y al hacerlo, la inteligencia perdió su pulso imaginativo y su capacidad de intuir nuevos caminos. Lo que llamamos inteligencia artificial no es, por tanto, un salto evolutivo, sino la forma definitiva de nuestra racionalidad domesticada: la mecanización del lenguaje, la automatización del pensamiento, y la clausura del espíritu crítico bajo la apariencia del cálculo. La inteligencia artificial es el reflejo de una humanidad que aprendió a pensar como máquina y terminó por fabricar su propio retrato.

Referencias

Horkheimer, M., & Adorno, T. W. (1998). Dialéctica de la Ilustración (Trad. J.J. Sánchez). Trotta. (Trabajo original publicado en 1944).

Keats, J. (1817, 22 de noviembre). Carta a Benjamin Bailey [Carta manuscrita]. Keats Letters Project. https://keatslettersproject.com/letters/letter-35-to-benjamin-bailey-22-november-1817/

Kuhn, T. (2019). La estructura de las revoluciones científicas. Fondo de Cultura Económica. (Trabajo original publicado en 1962).

Otros:

Filo-Café: Humanos y Maquinas. El futuro del Arte y la Educación ante la emergencia de la IA con el Instituto Peruano de Inteligencia Artificial y Ciudadanía Digital

Filo-café: Inteligencia artificial. Pensar el presente

El despotismo de la indolencia

Proclama y juramento

Exordio: El Retorno al Combate

Llevo treinta y un años de vida, y siempre me rebelé contra el despotismo. Tuve presente la frase que me repetían mil veces: «Necesitamos más personas así», y yo me lo creí y lo intenté. Intenté mover esa piedra, intenté romper esa columna, y me rendí.

Hoy, veo los ojos de mis hijos y recuperé la fuerza para volver a combatir. No quiero que malinterpretes estas líneas: no quiero derramamientos de sangre. Llevamos miles de años matándonos entre nosotros por mil motivos que nada de relevancia tienen más allá que ser cortinas de humo para que los tiranos se lucren a costa de su gente.

No voy a defender el pasado ni a quemarlo, voy a aprender de él.

El Gran Sofisma y la Trampa de la Dialéctica

La humanidad siempre se batió en duelo ante términos tan importantes como libertad y tiranía. ¿Por qué si no iban los trescientos espartanos plantar cara en las Termopilas a los Persas si no fue por mantener su libertad?

No obstante, el primer gran asalto de la batalla moderna se perdió en el terreno de la filosofía y la cultura, y no en el campo económico.

Aquí es donde se establece el gran sofisma que alimenta la tiranía intelectual.

La Trascendencia de Marx y el Sofisma del Determinismo

El asalto comienza con Karl Marx y su manifiesto comunista. Si bien el postulado central del materialismo dialéctico —que la historia avanza por la lucha de opuestos— es fundamental para el análisis económico, el revisionismo histórico posterior lo llevó a una conclusión peligrosa:

El sofisma reside en el Determinismo Estructural.  Se postula que la sociedad se erige sobre una desigualdad intrínseca determinada por el sistema económico, lo cual garantiza siempre una muerte (un conflicto perpetuo e ineludible).

Este fatalismo estructural, al anular la agencia individual, es el ataque directo a la libertad ineludible que postula Jean-Paul Sartre. Nos despoja de la Responsabilidad Radical (el legado de Camus), eliminando la tercera vía constructiva. Si la historia ya está escrita en la estructura, ¿para qué pensar? Es la excusa perfecta para la Verticalidad.

El Ataque a la Razón Instrumental: Desarme y Verticalidad

La batalla de la Verticalidad no solo se libra con el Determinismo, sino con el desarme intencional de nuestras herramientas. Adorno y Horkheimer, de la Escuela de Frankfurt, hicieron un diagnóstico brillante de la alienación. Su crítica a la Razón Instrumental es legítima, pues su uso abusivo lleva a la «jaula de hierro» descrita por Max Weber. Pero la Razón Instrumental, en esencia, es la herramienta de la Provisión y la Estructura que empodera al individuo (la Horizontalidad).

El problema no es la herramienta, sino la falta de Humanismo en su aplicación. La solución debería ser alimentar la ética de forma voluntaria, mediante el esfuerzo y la disciplina. Sin embargo, la EF y sus herederos buscan desarmar esta herramienta esencial, cayendo en la trampa dialéctica de la Ingeniería Social. El objetivo es imponer una nueva Verticalidad al desmantelar lo objetivo (la Razón) y reemplazarlo por lo subjetivo (el sentimiento de clase/identidad). Esto convierte los debates de la Horizontalidad (búsqueda de soluciones comunes) en una división y una búsqueda de victoria impuesta por encima de la construcción.

El Triunfo del Sofisma y la Indolencia

Es en este vacío de objetividad y disciplina—en esta falta de pensamiento crítico que Hannah Arendt identificó como precursora de la Tiranía—donde se instala la Verticalidad. Y el arma de esa tiranía son los sofismas.

Y es que toda esa banda de cainitas—y no los defino así por animadversión personal sino por repudio intelectual frente a hipócritas que venderían sus principios por tener relevancia— decidió transformar la retórica en un arma de conversión mediática.

Se busca segar el pensamiento crítico (la simplificación que anula el juicio) y machacar el intelecto humano (la pobreza de criterio y de opciones).

Estoy hablando de la retórica y los sofismas. Variantes filosóficas que, como vimos en el primer artículo (Racionalismo crítico, un puente entre milenios), aunque de forma negativa, pueden ser interesantes como ejercicio de calentamiento para cualquiera que se inicie en esto de la filosofía o del pensamiento en general.

Peroratio: La Demarcación y el Juramento Final

Yo no soy nadie, yo no sé nada, pero sí sé una cosa: esta batalla por el alma de la humanidad no está planteada correctamente.

La libertad solo es libertad cuando se defiende al individuo y se le entrega sin condiciones. Es la Horizontalidad de la Razón y el Diálogo.

La tiranía es esa Verticalidad que te obliga a renunciar a tus principios por comer. 

Olvídate de sofismas: lo único que prevalece es si al final del día eres libre o si, al contrario, abrazas la bola que tienes al cuello.

Próximo Artículo: La Verticalidad del Sofisma

En el próximo análisis detallado, abordaremos cómo las técnicas retóricas se han convertido en la herramienta de la Verticalidad política para fomentar la Pereza Existencial en la ciudadanía, desgranando cómo el falso dilema y el Argumentum ad Hominem empobrecen la conciencia y el intelecto.


Apéndice Bibliográfico 

Ikigai: ¿Filosofía o autoayuda?



¿Vivimos con propósito o solo buscamos fórmulas para “ser felices”? ¿De qué hablamos cuando nos referimos a la «Filosofía Ikigai»?

Ikigai, se trata de un concepto japonés, tradicionalmente entendido como la razón de ser o el sentido que da forma a la vida. Hoy, sin embargo, se ha convertido en un fenómeno popular vinculado al bienestar y la autoayuda, atrayendo la atención de personas que buscan respuestas a preguntas profundas sobre su existencia. A través de distintas plataformas, se ha difundido la idea de que encontrar nuestro ikigai no solo mejora nuestra calidad de vida, sino que también nos ayuda a enfrentar los desafíos diarios con mayor resiliencia y optimismo. En este sentido, el ikigai se presenta no únicamente como un fin, sino como un camino hacia la realización personal, permitiendo que cada individuo descubra sus pasiones, habilidades y valores en un contexto más amplio que trasciende lo material y superficial. En este sentido, ¿Es posible vivir la filosofía de ikigai sin caer en la simplificación de los manuales de “desarrollo personal”?

Para dar respuesta a la cuestión, ¿es una genuina filosofía oriental o una reinterpretación moderna adaptada al mundo del desarrollo personal? Contaremos con la participación de Nieves Soriano Nieto, experta en filosofía oriental.

En este espacio que Arjephilo brinda para la reflexión y el diálogo. No es necesario ser un experto en filosofía para participar; solo se necesita el deseo de escuchar, cuestionar, aprender y , por supuesto, dejarse llevar por el viento del logos.


Para conversar y debatir sobre todas esta cuestión contaremos con la siguiente invitada:

Nieves Soriano Nieto: Doctora en Filosofía por la Universidad de Murcia-Université Paris IV-La Sorbonne, con una tesis sobre: «Viajeros románticos a Oriente«. Más recientemente, ha investigado sobre la filosofía no tratada por el canon tradicional, como las mujeres filósofas, la filosofía oriental y la filosofía latinoamericana, siendo la coordinadora del libro «Filosofas. Del olvido a la memoria«, «Filosofía oriental. El saber desconocido» y habiendo creado la Sociedad de Filosofía en Abierto a nivel nacional, de la que es presidenta y encargada de la vertiente Filósofas y Filosofía oriental. Secretaria de la Sociedad de Filosofía de la Región de Murcia. Ejerce la docencia como profesora de secundaria en IES Floridablanca (Murcia).


Sociedad de Filosofía en Abierto es una asociación sin ánimo de lucro que surge con el objetivo de investigar, profundizar sobre y dar a conocer esas partes de la filosofía que no han estado tratadas por el canon académico tradicional de la filosofía


Llegar a ser quien eres

PARA TIEMPOS DIFÍCILES “LLEGAR A SER QUIEN ERES” DE FRIEDRICH NIETZSCHE 
por: Alfredo Rivera Roggero, Lima (Perú).

Ante las diversas dificultades el ser humano pasa por momentos en dónde no ve solución próxima para los mismos. ¿porque no puede ver la solución a las dificultades que experimenta? Una respuesta está en culpar a su entorno y no mirarse así mismo, este detalle lo señala Jaime Ancajima: “El principal impedimento para no emprender, avanzar o vencer las adversidades somos nosotros mismos. Los obstáculos que ponemos en nuestra mente son fundamentales para no dar el siguiente paso.”1 Entonces, al darse cuenta que genera en su mente obstáculos, se pregunta: ¿cómo superar ese obstáculo? Una respuesta la encontramos en la frase de Nietzsche: llega a ser quien eres« la misma dentro de estos tiempos está orientada de una forma general a qué el individuo se reconozca, se acepte, y desarrolle una auténtica individualidad. Por eso para superar las dificultades que la vida le presenta, debe primero ser sincero consigo mismo de una forma original, y no porque otros lo digan. Ahora bien, ¿De dónde toma Nietzsche está frase? Diversos estudios nos indican que la toma de Pindaro: y según Manzano Arzate señala que: “la traduce Alfonso Ortega como “¡Hazte el que eres!”. La frase, que corresponde a la Pítica II, 72, sugiere que en el hombre subyace un destino natural oscurecido por las perspectivas interpretativas.”2 Entonces el pensamiento de Pindaro nos indica que para superar las dificultades de la vida hay que darse cuenta que tenemos un destino natural que permite responder satisfactoriamente a esa situación difícil, ¿como se puede construir ese proceso?, dos ideas importantes: 

  • Primero se reconoce que somos algo en potencia: Cada ser humano tiene una naturaleza, un carácter, o un destino propio que lo define desde el origen. Debe buscarlo desde su experiencia..
  • Ese “ser” no está completo todavía: Aunque ya existe una esencia o un “núcleo” propio, este no está plenamente desarrollado.
Búsqueda de identidad desde una perspectiva existencial.
Evocación de profundidad y quietud reflexiva.

Para Pindaro esto significa un trabajo interior de conocimiento y formación para descubrir lo que uno realmente es. Es una función esencial del ser humano y Perez Ruiz nos indica que: “las  palabras  de  Píndaro,  (…), sólo pueden tener como objeto al hombre. (…) porque además es el único que está expuesto al peligro de no obrar según las exigencias de su propio ser.3 De está forma, mencionamos que es importante para el ser humano el poder darse cuenta que en su interior tiene una esencia que debe ser construida y con ella enfrenta las dificultades de la vida. Por otra parte, Nietzsche toma de Pindaro la frase “llegar a ser lo que eres” y la debemos entender según Maden Jack así: “Una forma de enmarcar esto es ver nuestra vida como un proyecto artístico. Empezamos como un lienzo único, a medio formar, que recibe pinceladas de color de las normas culturales que heredamos. La tarea de la vida es, entonces, transformar este lienzo en algo hermoso, (…) Cada pincelada contribuye a la obra terminada; cada decisión que tomamos moldea quienes somos.”4 Este detalle nos evidencia que “llegar a ser lo que eres” se va logrando a lo largo de la vida de acuerdo a las decisiones que cada persona va tomando, esto es un proceso de cambio constante y que busca lograr un conocimiento de sí mismo. ¿Cómo se entiende esto desde el pensamiento de Nietzsche?, aquí un par de respuestas: 

  1. Autenticidad y creación personal:  No se trata de descubrir una esencia fija y predeterminada (como si hubiera un “yo verdadero” escondido), sino de crear activamente tu propio modo de ser.
  2. Superación de las máscaras sociales: Implica liberarse de los valores impuestos (morales, religiosos, culturales) que encadenan y uniformizan a los individuos, y dando lugar a una vida propia, más fiel a lo vital de cada uno.

Finalmente, el ser humano se encuentra a lo largo de su vida con dificultades que debe superar y para eso debe tener claro que las debe enfrentar desde su forma de ser y no siguiendo expectativas ajenas o modelos sociales preestablecidos. Está seguridad en sí mismo le permitirá  tomar la mejor decisión. Nietzsche toma la  frase de Pindaro, la aplica a la naturaleza humana y señala que esa búsqueda de “llegar a ser lo que es” se construye a lo largo de la vida y dentro un proceso continuo que tiene cambios por la diversas decisiones que se va tomando. Esto lo puede llevar a no lograr ser lo que es, y por eso siempre lucha consigo mismo y con el mundo. Queda la pregunta: ¿se puede en estos tiempos “llegar a ser lo que se es” a pesar de las diversas dificultades del mundo exterior?

El lector tiene la palabra y puede contestar al correo vocess_hc@hotmail.com 

Sobre el autor:

Alfredo Rivera Roggero
Filósofo, investigador social y escritor.
Especialista en temas vinculados a conflicto social, violencia familiar y comunicación efectiva.
Publica artículos sobre seguridad ciudadana en dos revistas peruanas.


  1.  Ancajima, Jaime: “Superando los obstáculos de la vida” en https://www.udep.edu.pe/hoy/2024/05/superando-los-obstaculos-de-la-vida
  2.  Manzano Arzate, Josue; “Nietzsche como recuperador de los olvidados” en file:///C:/Users/voces/Downloads/Dialnet-Nietzsche-5492947%20(1).pdf
  3.  Francisco Perez Ruiz S.J. “SÉ LO QUE ERES La existencia humana misión personal” en https://revistas.comillas.edu/index.php/estudioseclesiasticos/article/view/11260/10607
  4.  Maden Jack; “Nietzsche sobre lo que realmente significa «encontrar a sí mismo” https://philosophybreak-com.translate.goog/articles/nietzsche-on-what-finding-yourself-actually-means/?

El racionalismo crítico: Un puente entre milenios

I. Introducción: La Tiranía de las Premisas y el Deber de la Crítica

La historia de la filosofía, desde sus inicios en la polis griega, ha sido una lucha constante contra la pereza intelectual y el dogmatismo. Sin embargo, las amenazas más insidiosas a la autonomía del individuo no residen en las falacias obvias, sino en los sofismas: estructuras argumentales meticulosamente construidas que, partiendo de premisas aparentemente verdaderas, conducen a conclusiones paralizantes o, peor aún, peligrosas.

Este análisis se propone examinar dos sofismas paradigmáticos separados por dos milenios –la Paradoja de Protágoras (el sofisma lógico) y la Paradoja de la Tolerancia de Karl Popper (el sofisma político)— para demostrar que la clave para desmantelarlos no reside en refutar sus conclusiones, sino en exponer la estructura fallida de sus premisas. Al hacer esto, defendemos la vigencia del Racionalismo Crítico como la única vía para sostener una Sociedad Abierta y garantizar la responsabilidad ética del individuo.

II. El Sofisma Lógico: Protágoras y la Desaparición de la Ley

El famoso dilema entre Protágoras y su alumno Evatlo se presenta como un acertijo irresoluble: el maestro exige el pago de la enseñanza con la condición de que Evatlo gane su primer pleito. El dilema se activa cuando Protágoras demanda al alumno, generando una paradoja lógica pura:

El sistema se cierra sobre sí mismo, creando un bucle infinito (una verticalidad lógica) donde la sentencia es simultáneamente la causa y el efecto de la deuda, paralizando el juicio. El sofisma asume que la única fuente de verdad es la lógica abstracta del contrato y la sentencia inmediata del tribunal.

La Solución: El Rescate de la Razón Pragmática

La trampa colapsa al aplicar la racionalidad procesal y el derecho contractual. Al mover el problema del plano abstracto de la lógica al plano pragmático del derecho ateniense, la paradoja desaparece. La demanda era prematura. El derecho al cobro de Protágoras aún no había «nacido» porque la condición suspensiva (que Evatlo ganara un pleito) no se había cumplido.

La respuesta filosófica es el rescate de la razón pragmática: la verdad se encuentra en la estructura legal y temporal que el sofista intentó evadir.

Lección: Los sofismas lógicos nos exigen reintroducir el contexto, la ley y el tiempo allí donde la lógica abstracta busca aislar y paralizar el juicio.

III. El Sofisma Político: Popper y la Paradoja de la Causalidad

La Paradoja de la Tolerancia de Popper advierte que la sociedad debe ser intolerante con la intolerancia para sobrevivir.

  • La Premisa Viciosa: El dilema presupone una causalidad simple: la tolerancia es la debilidad que el intolerante explota para destruir el sistema. Esto desliza la responsabilidad desde la estructura hacia el ciudadano, legitimando una verticalidad de protección impuesta por el Estado.

El Desarme: La Inversión de la Responsabilidad Estructural

El análisis histórico (la República de Weimar, las crisis en la Transición Española) demuestra que la premisa de Popper es tardía y de causalidad invertida:

  1. Causalidad Fallida: La intolerancia solo triunfa cuando el sistema ya ha sido gravemente debilitado.
  2. El Verdadero Motor del Colapso: La caída es causada por la traición interna de las élites; la arbitrariedad legal, el abuso de poder y la negación del diálogo racional. La intolerancia externa es el síntoma y el catalizador, no la causa raíz.

Al invertir la causalidad, se revela que la solución de Popper es peligrosa: justificar la supresión de la intolerancia en un sistema ya polarizado puede usarse fácilmente como excusa para reprimir la disidencia legítima y consolidar el poder de las élites corruptas. El remedio para la intolerancia no es la censura, sino la fortaleza institucional y el Racionalismo Crítico inquebrantable de la base.

Lección: Los sofismas políticos nos exigen cuestionar quién se beneficia de la polarización y reorientar la crítica hacia la estructura (vertical) que promueve la Pereza intelectual y la Soberbia de los dogmas.

IV. Conclusión: El Centro Radical y la Autonomía Ética

La lucha contra los sofismas no es un juego intelectual; es una defensa de la dignidad humana y la libertad. El camino hacia la autonomía ética —la Horizontalidad de las ideas y la libertad de crecimiento del individuo— se logra solo al rechazar el dogmatismo simplista que ambos sofismas buscan imponer:

  1. Rechazar la Pereza Intelectual: Negarse a aceptar soluciones binarias y cómodas. Exigir la complejidad y el contexto.
  2. Abrazar la Responsabilidad Radical: Reconocer que si no hay un «bien mayor o un propósito más elevado» que nos marque el camino (Camus), somos plenamente responsables de la ética de nuestros pensamientos y acciones.

El verdadero acto revolucionario en un mundo polarizado no es unirse a un extremo, sino situarse en el Centro Radical de la Crítica Racional, desde donde se defiende el debate amplio y la autonomía de la conciencia. La Filosofía es la única disciplina diseñada para desmantelar estas trampas y garantizar que la búsqueda de la verdad continúe.

Introducción a la filosofía para principiantes y jóvenes

Filosofix: El mito de la caverna y otras historias filosóficas (Novela gráfica) Étienne Garcin y A. Dan, Lunwerg Editores.
Es una novela gráfica que introduce temas fundamentales de la filosofía clásica y contemporánea por medio de ilustraciones. Presenta conceptos como el mito de la caverna, la teoría de las ideas y cuestiones sobre verdad, libertad y realidad de forma clara y cercana, resultando ideal para jóvenes lectores o personas interesadas en iniciarse en la filosofía sin perder profundidad.


Filosofía en viñetas Micahel F. Patton, Ed. Debolsillo
Es una novela gráfica que introduce de forma divertida y rigurosa los grandes temas de la filosofía occidental. A través del personaje Heráclito y encuentros con figuras como Platón, Descartes o Kant, el libro presenta más de 2,500 años de pensamiento en seis capítulos: Lógica, Percepción, Mente, Libre Albedrío, Dios y Ética. Con diálogos y situaciones visuales ingeniosas, logra que la filosofía sea accesible para principiantes y atractiva para quienes buscan una perspectiva fresca.


Gran historia visual de la filosofía, Masato Tanaka, Ed. Blackie Book
Ofrece más de 200 conceptos clave del pensamiento filosófico occidental en un formato visual e innovador. El libro utiliza imágenes claras, explicaciones accesibles, infografías y biografías organizadas cronológicamente para facilitar el aprendizaje y servir como recurso útil.


Filósofos desde cero, Mara Sterling, Publicación independiente
Es un libro que busca democratizar la filosofía para jóvenes y personas que se acercan por primera vez al pensamiento filosófico. De forma clara, amena y profundamente humana, esta obra ofrece una guía completa para entender los conceptos filosóficos fundamentales sin necesidad de formación previa. Su lenguaje sencillo y su enfoque accesible permiten que el lector se familiarice con temas complejos de manera gradual y sin abrumarse.


Historia de la Filosofía para Jóvenes Jeremy Weate Ed. Naturart
Es un libro dirigido a lectores jóvenes que desean comprender el desarrollo del pensamiento filosófico de manera clara y atractiva. A través de su título «Pienso, luego existo», invita a reflexionar sobre las preguntas fundamentales que han guiado a grandes filósofos a lo largo de la historia. Con ilustraciones que acompañan el texto, el libro presenta un recorrido didáctico desde los orígenes de la filosofía hasta los tiempos modernos, facilitando la comprensión de conceptos complejos para un público principiante


El mundo de Sofía, Joseph Gaarder, Ed. Siruela
Es una novela que introduce al lector en la historia de la filosofía a través de la experiencia de Sofía, una niña noruega de 14 años que comienza a recibir misteriosas cartas con preguntas profundas como «¿Quién eres?» que la llevan a un curso de filosofía impartido por un enigmático profesor, Alberto Knox. El libro presenta conceptos filosóficos desde los mitos antiguos, pasando por Sócrates, Platón y Aristóteles, hasta la filosofía contemporánea. Además de explicar las ideas filosóficas, la obra aborda temas como el autoconocimiento, el destino y la libertad, entrelazando una trama intrigante en la que Sofía descubre que ella y su entorno forman parte de un libro escrito por otro personaje.


Una pequeña historia de la Filosofía, Nigel Warburton
Es un libro que ofrece un viaje apasionante y accesible por más de dos mil años de filosofía occidental. Desde Sócrates, quien eligió la muerte antes que vivir sin pensar libremente, hasta pensadores contemporáneos como Peter Singer, Warburton presenta no solo las ideas clave, sino también curiosas historias de vida que humanizan a estos grandes filósofos. Este libro no solo explica conceptos complejos con un lenguaje claro y cercano, sino que también invita a reflexionar sobre preguntas universales como la realidad, la ética y cómo vivir mejor.


Invitación a la Filosofía, André Comte-Sponville, Ed. Paidós
Una excelente puerta de entrada a la filosofía, presentado de forma breve y accesible sin perder rigor. Comte-Sponville promueve la filosofía como un ejercicio de pensamiento propio y cuestionamiento constante frente a la realidad, haciendo que la filosofía deje de ser algo abstracto o complicado para convertirse en una dimensión esencial de la existencia humana. Aborda temas fundamentales como la muerte, la libertad, la moral y el amor, presentándolos con claridad y usando ejemplos de grandes filósofos, lo que invita a reflexionar y pensar mejor para vivir mejor. Por su estilo pedagógico y su brevedad, es ideal para quienes se inician en esta disciplina y busca despertar la curiosidad filosófica, convirtiéndose en un guía y compañero para futuros aprendizajes profundos. Incluye referencias para ampliar conocimientos, lo que facilita el seguimiento del propio camino filosófico.


Literatura Filosófica para adolescentes

(Re-)descubriendo la Historia de la Filosofía

Filosofía para el verano

Filocafé: ¿Qué significa estar sano? – II

También puedes leer la Síntesis:


En el anterior Filocafé: ¿Qué significa estar sano? (Parte 1), lo que comenzó como un diálogo sobre definiciones médicas se transformó en una exploración profunda sobre cómo la cultura, la política, la sociedad e incluso nuestras propias expectativas moldean lo que entendemos por salud. Descubrimos que la salud no es solo ausencia de enfermedad, sino un equilibrio dinámico entre el cuerpo, la mente, el entorno y la capacidad de adaptarnos a un mundo en constante cambio.

Pero el debate no terminó ahí. Quedaron preguntas en el aire, matices por explorar y voces por escuchar. ¿Cómo influyen las nuevas tecnologías en nuestra percepción del bienestar? ¿Es posible construir un sistema que no nos enferme, sino que nos permita florecer? ¿Qué papel juega la resiliencia, la conexión humana y la autonomía en este camino?

Por eso, volvemos a la carga. En este segundo Filocafé, queremos profundizar en lo que quedó pendiente y abrir nuevas perspectivas:

  • La salud como acto político: ¿Cómo las ideologías y las políticas públicas definen qué es «normal» y qué es «patológico»?
  • Tecnología y bienestar: ¿Son las pantallas, las redes sociales y la hiperconectividad una amenaza o una herramienta para la salud mental?
  • Salud y diversidad: ¿Cómo podemos repensar la salud para que incluya a todas las personas, sin dejar a nadie en los márgenes?
  • La paradoja del autocuidado: ¿Se ha convertido el bienestar en otra exigencia más del sistema, o sigue siendo un acto de rebeldía y amor propio?

En este espacio que Arjephilo brinda para la reflexión y el diálogo, se busca un entendimiento más profundo sobre Filosofía y Medicina con una invitada especial. No es necesario ser un experto en filosofía para participar; solo se necesita el deseo de escuchar, cuestionar, aprender y , por supuesto, dejarse llevar por el viento del logos


Laura Juliana Gamboa, estudiante tesista de Filosofía y estudiante de sexto semestre de Licenciatura en Educación Básica Primaria en la Universidad Industrial de Santander.
También, ha sido asistente de médico hospitalario en oncología, por lo que ha trabajado constantemente en unir estas dos ramas del saber: filosofía y medicina.
Además, aborda temas a fines con la pedagogía médica y las políticas de salud.
Autora y moderadora de la Revista Horizonte Independiente. Colaboradora para la Revista chilena en geopolítica Tarpán y Coordinadora del grupo de investigación en filosofía práctica de la plataforma Filosofía en la Red.


(Se aceptan sugerencias para ampliar)

Fernández Jiménez, Lucía Carolina Cuando la vida duele. Ed. Eikasia 2025

Moscoso, Javier Historia cultural del dolor Ed. Taurus

Canguilhem, George Lo normal y lo patológico Ed. Siglo XXI

Foucault, Michael Historia de la locura I Ed. F.c.econom

Foucault, Michael Historia de la locura II Ed. F.c.econom

Han, Byung-Chul La sociedad del cansancio Ed. Herder

Russell, Bertrand La conquista de la felicidad Ed. Debolsillo

Campillo Álvarez, José Enrique El mono obeso Ed. Crítica 2025

Saborido, Cristian Filosofía de la medicina Ed. Tecnos. 2020

Sontag, Susan La enfermedad y sus metáforas Ed. Delbolsillo. 2008

Filosofía y medicina, condenadas a entenderse en Filco.es

Los sustentos de la medicina desde la filosofía. Consideraciones y reflexiones en Revista Ilce

Síntesis: ¿Qué significa estar sano?

Síntesis del pasado FILOCAFÉ: ¿Qué significa estar sano?

El debate tuvo lugar en un Filocafé, un espacio abierto para reflexionar y dialogar en torno a una pregunta que parece sencilla, pero encierra una gran complejidad: ¿Qué significa estar sano? Lo que comenzó como una charla informal sobre filosofía y salud, se convirtió en un diálogo rico y multidisciplinar, donde varios interlocutores aportaron sus perspectivas desde la filosofía, la sociología, la psicología y la experiencia personal para cuestionar nuestras ideas preconcebidas sobre el bienestar.

Sin más preámbulos, nos dejamos llevar por el viento del logos para explorar, entre todos, las múltiples capas de este concepto.

Debate completo en: YOUTUBE

Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

Más allá del modelo biomédico: ¿salud = ausencia de enfermedad?

Tradicionalmente, la medicina ha definido la salud como la ausencia de síntomas o disfunciones físicas. Según este enfoque, estar sano sería simplemente no estar enfermo. Pero, ¿es suficiente? La Organización Mundial de la Salud (OMS) propone una definición más amplia: «un estado completo de bienestar físico, mental y social». Sin embargo, esta idea, aunque inspiradora, también ha sido criticada por ser demasiado idealista. ¿Acaso alguien puede alcanzar un «completo bienestar» en todas las áreas de su vida? ¿O, bajo este criterio, casi todos seríamos, en algún momento, «no sanos»?

En el debate, surgió una pregunta clave: ¿Puede alguien estar físicamente sano, pero no mental o emocionalmente? La respuesta fue unánime: la salud no es solo un asunto del cuerpo, sino de la persona en su totalidad. Factores como la cultura, la sociedad, el entorno e incluso la política juegan un papel fundamental.


La salud como equilibrio dinámico: adaptación y resiliencia

Uno de los momentos más interesantes del diálogo fue cuando mencionamos a George Canguilhem, filósofo francés que define la salud como la capacidad de adaptarse a las condiciones de la vida y recuperarse de las crisis. Esta idea resonó con fuerza: estar sano no sería un estado fijo de perfección, sino la habilidad de encontrar equilibrio en medio del caos.

Ejemplos concretos que ilustran esto:

  • La accesibilidad como «cura»: Una persona con movilidad reducida puede ser considerada «enferma» en un entorno con barreras arquitectónicas, pero «sana» en una ciudad accesible. ¿No es la sociedad, entonces, la que a veces nos enferma?
  • Neurodiversidad y autismo: En un entorno que no atiende a las necesidades de las personas neurodivergentes, rasgos como los del espectro autista pueden ser vistos como «problemas». Pero, ¿no es el entorno el que debe adaptarse, en lugar de patologizar la diversidad?
  • Enfermedades culturales modernas: El estrés, la adicción a las pantallas o el síndrome del pensamiento acelerado (que Augusto Cury describe como una hiperactividad funcional, no genética) son ejemplos de cómo la cultura y la tecnología redefinen lo que consideramos patológico.

La política y la ideología: ¿Quién decide qué es una enfermedad?

Aquí el debate se volvió especialmente intenso. ¿Cómo influyen el sistema político, la economía y las ideologías en nuestra percepción de la salud?

  • Medicalización de la vida: Vivimos en una sociedad que, por un lado, nos exige ser productivos y, por otro, medicaliza cualquier desvío de la «normalidad». ¿Es casualidad que el estrés, la ansiedad o incluso la menstruación dolorosa sean a veces minimizados o, por el contrario, hipermedicalizados según el contexto?
  • El caso de los tratamientos hormonales en menores transgénero: Algunos participantes cuestionaron si la creciente demanda de estos tratamientos responde a una genuina necesidad médica o a presiones sociales y culturales que empujan a los jóvenes a buscar soluciones rápidas en un mundo que les exige encajar.
  • Lo cultural vs. lo formal: Erica compartió cómo, en Suecia, la gripe se normaliza («es parte de la vida»), mientras que en otros países se trata con antibióticos al primer síntoma. Esto refleja que lo que consideramos «salud» o «enfermedad» depende, en gran medida, de nuestra cultura y nuestro sistema de valores.

¿Podemos curarnos a través de la accesibilidad y la conexión?

Una de las ideas más esperanzadoras que surgió fue que la accesibilidad —física, social, emocional— puede ser una forma de «curación». Cuando el entorno se adapta a las necesidades de las personas (ya sea con rampas, políticas inclusivas o espacios seguros), muchas «enfermedades» dejan de ser un obstáculo.

Además, se habló de cómo la desconexión de uno mismo y de los demás (especialmente en los jóvenes, inmersos en redes sociales y pantallas) está generando nuevas formas de malestar. Como señalaba Jazmín, citando a Augusto Cury: «El exceso de pensamientos, la paranoia del consumismo y la falta de interiorización nos están robando el placer por las pequeñas cosas».


Conclusión: la salud como un viaje, no como un destino

Al final del Filocafé, quedamos con más preguntas que respuestas, pero con una certeza: la salud no es un estado estático, sino un proceso dinámico de adaptación y resiliencia. Como dijo uno de los participantes, citando a Canguilhem: «Estar sano es poder caer enfermo y recuperarse».

En un mundo que nos bombardea con ideales de productividad, perfección y bienestar absoluto, quizá la verdadera salud consista en aceptar nuestra vulnerabilidad, cuidar nuestros entornos y encontrar, cada uno a su manera, el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el mundo que nos rodea.

La filosofía de la medicina es un campo rico para cuestionar qué nos hace humanos y cómo construimos colectivamente el bienestar.

Imagen cedida por uno de los participantes creada por IA según su propia síntesis

«La salud como adaptación»

Descripción: Una persona caminando por un puente de madera roto o irregular, pero manteniendo el equilibrio. Al fondo, un paisaje que mezcla ciudad (sistema) y naturaleza (resiliencia).
Mensaje: La salud como capacidad de adaptarse a un entorno cambiante.