La Horizontalidad Traicionada:
Sistemas de Gobierno
Prefacio: La Herencia de la Indolencia
En nuestra primera Filípica, establecimos que la tiranía (Verticalidad) no opera solo por la fuerza, sino a través de la coerción intelectual. Diseccionamos los tres sofismas esenciales (Falso Dilema, Ad Hominem y Ad Populum) y demostramos cómo su uso constante induce la Pereza Existencial en el individuo. El resultado es que el ciudadano, al ser convencido de la inutilidad de la Crítica Racional, entrega su autonomía y se rinde al dogma impuesto.
La presente Filípica aborda la siguiente pregunta:
¿Qué sistemas de gobierno están diseñados para institucionalizar esa Pereza Intelectual?
I. Introducción: El Eje de la Fundación y la Voz de Demóstenes
Memoria cansada regresa a este tu paladín que en estos tiempos contemporáneos tiene la ardua tarea de colocar la luz de la sabiduría en el corazón de sus congéneres.
¿Sabes de donde vinieron las Filípicas? Pues si en Roma nos enseñaron Política, fue en Grecia donde nos enseñaron Libertad, concretamente el maestro Demóstenes, que fue el último libre de su tiempo. Fue él quien escribió de puño y letra cartas al tirano macedonio Filipo, cuyo nombre por siempre quedará ligado al sabio que pecó de imponer a los demás un pensamiento que solo su hijo pudo ejecutar.

De ahí, nos desplazaremos al tiempo donde el mito de Roma encontró su génesis y te pido mi buen acompañante que hagas el ejercicio conmigo. Había un Augur y dos muchachos [Rómulo y Remo] que se encontraban en medio de la nada, afanados en resolver quién estaba destinado para fundar la ciudad.
¿Sabes lo primero que hicieron esos dos muchachos? Trazar un eje de coordenadas. Un eje que les diría cuál sería el designio divino. Ese eje, ese principio ordenador, esa búsqueda de la Verticalidad divina para legitimar la fundación, es la misma pulsión que te rige hoy.
El problema no es buscar un eje, sino cómo se traza. La Horizontalidad (la Razón de Demóstenes) nos permite trazar un eje de crítica; la Verticalidad (la coerción de Filipo) nos impone un eje de dogma. La Horizontalidad es traicionada cuando los sistemas de gobierno se confunden, y es hora de desmantelar esa confusión.
II. El Eje Fundacional: Platón, Aristóteles y la Búsqueda de la Voluntad
No pretendo venir a contar algo nuevo, sino a devolverte el recuerdo de algo que olvidamos.
Los maestros Platón y Aristóteles en sus obras República y Política respectivamente, nos enseñaron grandes cosas. Platón nos dibuja un camino cíclico como la vida misma, que contempla puntos de virtud de gobierno y puntos de auténtica catástrofe.
Aristóteles, entendiendo el camino trazado por su maestro, intenta equilibrar esa balanza con unos contrapesos que mantengan los ejes en estabilidad.
La cuestión aquí no es parar la manija y vivir en un éxtasis virtuoso, sino hacer que la sociedad tenga la misma vida y voluntad que cada uno de sus individuos por separado.
A. El Peligro Antiguo: La Demagogia como Precursora de la Tiranía
Antes de avanzar en el tiempo, permíteme retenerte un momento más. Y es que en la Grecia Clásica, la Demagogia era peligrosa y catalogada como una forma de gobierno que precedía a la tiranía.
Los griegos entendían que sólo cuando una persona es capaz de crear una influencia lo suficientemente grande como para desenfocar la Razón de los demás aparecen grietas en el puente de la libertad.
III. El Eje del Presente: El Puente a la Soberanía Moderna
El puente entre milenios, que estamos recorriendo en estas Filípicas, tiene un sentido pesadamente inevitable y es hacia ese amanecer que tan solo tú y yo podremos contemplar pleno, si acaso atendemos al deber histórico y generacional que nuestros antepasados nos ponen sobre nuestros hombros.
Pero debo decir que todo esto no es bello ni sencillo y que nuevamente debo afilar mi pluma, a los artífices del sistema que a día de hoy rige el mundo.
El primero y más vilipendiado de los que me refiero tiene gran parte de culpa por su falta de fe en la dignidad de sus coetáneos. Por crear las entretelas del teatro en el que ahora todos bailan. No es otro que Maquiavelo con su obra El Príncipe. Él creó las estrategias y mecanismos más claros a la hora de contraponer el poder y la decisión de uno frente a la libertad de los demás.
He de decir que no veo a Maquiavelo como el villano que a priori se pueda pensar, sino como el pobre hombre que nunca pensó que la dignidad humana estuviera por encima de un buen gobierno. Y a él le preguntaría: ¿De qué sirve gobernar con puño de hierro sobre un yermo sin vida?
Los otros dos artífices son Locke y Rousseau.
Locke, con su Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil, y Rousseau, con El Contrato Social, ambos adelantados a su época, y por qué no decirlo, a la nuestra, nos enseñan el valor de la dignidad humana, y nos regalan la formalización y racionalización de los mayores dones que jamás hayamos podido encontrar: Libertad e Igualdad.
Pero lo cierto es que los siguientes pensadores intentaron modular y achicar sus ideas, poniendo puertas al campo o directamente, como la Escuela de Frankfurt, quemar sus bases hasta que solo pudieran tener cáscaras vacías a las que llamar ciudadanos, y que trágicamente sean estos los que con paso gris pusieran el telón de acero de la pereza sobre sus conciencias.
La crítica fundamental, y la verdad que me urge exponer no es otra que ¿por qué hemos llegado a esto?, y es que a Locke y Rousseau les preguntaría: ¿Por qué no bajaron sus ideas a la plumbea realidad? Porque, si bien creo que son una referencia, siento que quedaron cojos y faltos de crítica a la hora de llevar a la práctica la forma de llevar a cabo sus principios.
IV. El Barro y la Tragedia: La Demagogia como Democracia Representativa
Y es que aquí es donde está el barro y la refriega, el conflicto y la tragedia. Os prometí hablar de los sistemas de gobierno y lo prometido es deuda hoy voy a ir a los grises, a esa diferencia mortal entre Demagogia y Democracia.
Y antes, tengo que pedir que pactemos, que pactemos como haría el maestro Aristóteles. Que de aquí en adelante, en confianza, Demagogia para nosotros sea Democracia Representativa, y Democracia sea Democracia Real y Participativa.
En este punto, Locke y Rousseau pecaron en exceso al confiar la salvaguarda de la libertad y la igualdad de todos, a los hombros estrechos de representantes, que, abrumados o corrompidos, no estaban a la altura de las circunstancias.
Pondré ante la luz y el taquígrafo la subversiva monstruosidad de la Demagogia. Porque cuando alguien lanza sus discursos en los que habla de emoción, quita la profundidad intelectual y asegura al resto que todo lo que hace es por su bien. Incluso cuando presenta, a sabiendas, su cargo a disposición de los demás que, ya empequeñecidos, prefieren seguir entre la multitud.
Cuando la Responsabilidad Radical se transmite y se reduce a una papeleta hasta la próxima elección, es ahí cuando la libertad muere.
V. La Ingeniería de la Pseudo-Horizontalidad: El Engaño de la Asamblea
La Demagogia no solo fomenta la Pereza Existencial en la urna, sino que produce contraejemplos aún más insidiosos. El peligro más grande es cuando la Verticalidad se viste con la toga de la Horizontalidad. Es el acto de ingeniería social que explota el deseo genuino de participación para imponer una nueva tiranía.
A. La Tiranía del Consenso y la Paradoja de la Minoría
El defecto fatal de la Pseudo-Horizontalidad es que confunde la voz de la mayoría con la voz de todos. El resultado es una tiranía del consenso tan destructiva para la libertad como la tiranía monárquica.
Una democracia real debe siempre dar voz, cauce y contrapesos a la minoría. Paradójicamente, el mecanismo donde la minoría encuentra a menudo mayores contrapesos para influir en el rumbo de la sociedad es en las sociedades mercantiles. En el derecho de sociedades, existen estructuras de poder que garantizan a la minoría derechos de veto, de información y la capacidad de impugnar acuerdos. Este rigor jurídico es un estándar de protección que la mayoría de los sistemas políticos ha fallado en replicar para proteger el valor de la Razón.
B. El Patrón del Siglo XX/XXI: La Verticalidad Vestida de Pueblo
Desde el Jacobinismo hasta el presente, la historia nos muestra que los movimientos que más prometen participación son los que terminan imponiendo la mayor Verticalidad. Esto no es una crítica a la asamblea, que como institución debe estar presente en todas nuestras reflexiones y buscar siempre que sea necesario su implementación, el problema es cómo se compone esa asamblea, y esto nuevamente es otro aviso mayúsculo jamás pienses que el candidato perfecto de un órgano asambleario tiene que tener nada más determinante que dos herramientas ética y filosofía, cuando hay un demagogo y el resto de los presentes no tienen esa acidez mental, entonces y solo entonces la asamblea o el círculo se convierte en un Politburó de facto.
- La Herencia Clásica (Robespierre): El Terror de Robespierre demostró el peligro más puro.
- El Soviet Coercitivo: En la Unión Soviética, el Soviet (Asamblea) y el Politburó eran la cúspide de esta Pseudo-Horizontalidad.
- El Caudillismo Asambleario (Bolivariano): En las Asambleas Bolivarianas, la exaltación del sentimiento convierte el debate en un acto de fe.
- El Círculo Reciente: En estructuras como los Círculos de Podemos, la promesa de Horizontalidad se encontró con la dura realidad de la Ingeniería Social.
VI. Conclusión: La Arquitectura de la Responsabilidad y el Amanecer
La solución ciertamente la desconozco, pues no soy un iluminado ni un visionario. Sin embargo, sí que creo tener cierto ojo en el futuro, y creo genuinamente —y esto es más un deseo racional que una certeza emotiva— que el camino hacia el amanecer que merecemos se construye sobre la ética y la filosofía.
El puente hacia el futuro se puede tender si a nuestras generaciones venideras les damos un papel y un boli y les decimos aquello de «Sapere Aude« (Atrévete a saber).
Y le añadimos, esta sí, de mi cosecha personal, un «Veritas Et Audatia» (Verdad y Audacia).
Pues solo con esas herramientas —la Crítica Racional y la Valentía Existencial— el puente será robusto y duradero. La Horizontalidad Virtuosa es el individuo éticamente armado.
En la próxima entrega (Filípica 4), escalaremos esta crítica a la Verticalidad Supranacional, analizando la Política Europea Contemporánea y la burocracia, para ver si el Leviatán continental también ha renunciado a la Razón.
Apéndice: Referencias Bibliográficas e Históricas
| Autor/Fuente | Obra Relevante | Concepto Vinculado |
| Aristóteles | Política | Equilibrio de poderes, búsqueda de la politeia. |
| Demóstenes | Filípicas | Origen del género retórico, lucha por la libertad contra la coerción. |
| Locke, John | Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil | Soberanía de la Ley, consentimiento de los gobernados, libertad e igualdad. |
| Maquiavelo, Nicolás | El Príncipe | Razón Instrumental, Verticalidad cruda, eficacia sobre dignidad. |
| Platón | La República | Ciclo de regímenes, desconfianza de la democracia, Verticalidad de la Razón Pura. |
| Popper, Karl | La Sociedad Abierta y sus Enemigos | Crítica Racional y Falsación (base de la Horizontalidad). |
| Rousseau, Jean-Jacques | El Contrato Social | Voluntad General, soberanía popular, Horizontalidad pervertible. |
| Historia Clásica | Mito de Rómulo y Remo | Búsqueda del Eje y el principio ordenador. |
| Historia Moderna | El Terror Jacobino (Robespierre) | Tiranía del consenso, anulación de la minoría. |
| Historia Contemporánea | Escuela de Frankfurt, Soviet, Populismos Bolivarianos, Círculos de Podemos | Ingeniería social, pseudo-Horizontalidad y el telón de acero de la pereza. |




















