«Elogio de la duda» – Victoria Camps

«Elogio de la duda» de Victoria Camps surge como un faro de lucidez en medio del tumulto de la posverdad, donde las narrativas emocionales a menudo oscurecen la búsqueda de la verdad objetiva. En este libro, Camps nos guía a través de una exploración profunda y reflexiva sobre la importancia de la duda en nuestras vidas, una temática que se revela como esencial en la era contemporánea, marcada por la información masiva y la propagación de narrativas distorsionadas.

Camps, con su destreza filosófica característica, establece desde el principio la premisa fundamental que impulsa su obra: «La duda es una manifestación de la inteligencia«. Un punto de partida sólido para desentrañar la complejidad de este concepto y sus implicaciones en el pensamiento humano. En un mundo donde la certeza a menudo se valora más que la reflexión crítica, Camps nos desafía a reconsiderar la duda no como una debilidad, sino como una virtud que enriquece nuestro pensamiento y nos protege de la complacencia intelectual.

«La duda es una energía intelectual que lleva al conocimiento. Quien duda no se detiene, avanza en busca de respuestas»

Victoria Camps, Eligio de la duda

A medida que Camps profundiza en su análisis, se torna evidente la relación entre la duda y la posverdad. En una sociedad donde las emociones a menudo superan a los hechos, la duda se presenta como un antídoto esencial contra la manipulación de la información. La autora nos insta a considerar la duda como una herramienta para desafiar nuestras creencias personales y examinar críticamente la información que recibimos. En este sentido, Camps advierte que «dudar es abrir una brecha por donde puede colarse la verdad», subrayando la importancia de la duda como un mecanismo para discernir entre la realidad y la ficción en un contexto saturado de desinformación.

La conexión entre la confianza ciega y la duda, es hábilmente explorada por Camps. Su afirmación de que «la confianza sin duda es una confianza ciega» resuena fuertemente en un mundo donde las creencias infundadas a menudo se presentan como hechos irrefutables. Aquí, la duda se presenta como un contrapeso necesario a la aceptación acrítica, recordándonos que la confianza debe ser construida sobre una base de escrutinio constante.

Lo que sí es condenable y antidemocrático es que ciertos principios dejen de ser vistos como creencias discutibles y se erijan en actos de fe o, lo que es peor, en verdades universalizables

Victoria Camps

Camps nos invita no solo a cuestionar nuestras propias creencias, sino también a examinar la información que consumimos. Su obra se convierte en un faro de resistencia intelectual contra la posverdad, que tiende a prosperar en la ausencia de escepticismo informado. En palabras de Camps, «La duda es una energía intelectual que lleva al conocimiento. Quien duda no se detiene, avanza en busca de respuestas», resaltando así la naturaleza dinámica y proactiva de la duda en la búsqueda constante de la verdad.

La autora no solo se limita a teorizar sobre la duda, sino que también la sitúa en contextos específicos, desde la esfera filosófica hasta las decisiones cotidianas. Su análisis profundo y sus ejemplos persuasivos demuestran cómo la duda no solo es compatible con la confianza, sino que, de hecho, la fortalece. En un mundo donde la información se presenta de manera sesgada y las narrativas a menudo son manipuladas para servir a intereses específicos, la duda se presenta como una herramienta esencial para la construcción de un pensamiento crítico y una toma de decisiones informada.


«Elogio a la duda» es una obra esencial que desafía al lector a abrazar la incertidumbre como una fuente de crecimiento. Victoria Camps nos guía con maestría a resistirnos a la manipulación de la información y fomentar un pensamiento crítico que celebra la duda como un medio para alcanzar una comprensión más profunda y auténtica de la realidad, demostrando que, lejos de debilitarnos, nos fortalece como individuos y como sociedad. Este libro ofrece una perspectiva valiosa en un mundo donde la certeza a menudo eclipsa la importancia de la exploración y el cuestionamiento constante.

Así es difícil proponerse lo que debería ser la tarea cultural por antonomasia, la de construir un individualismo auténtico, resistente a los estragos y las influencias de la publicidad, la propaganda política, las modas. Un individuo independiente capaz de sapere aude, atreverse a pensar por sí mismo.

Victoria Camps

Descartes en origen

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El pensamiento de Descartes, la podemos relacionar con la película de “Origen”. Centrándonos en la hipótesis del sueño. Por lo que voy a tratar de hacer una comparación de este método junto el film.

Origen trata de unas personas, que son capaces de introducirse en el sueño de los demás, estos son manipuladores de sueños, cuyo objetivo es hacer que los personajes duden si están despiertos o dormidos y manipular de esta manera las mentes y robar datos financieros.

El personaje principal, explica a sus victimas el origen, es decir, de cómo puede entrar en los sueños y hacer creer que el que sueña se encuentra en un sueño y no en la realidad, y cómo pueden navegar por las mentes de otros. Un ejemplo puede apreciarse sobretodo al final de la película, cuando establece la conversación el personaje principal con su mujer fallecida, donde le explica que ella fue, por decirlo de alguna manera “su rata de laboratorio” donde convierte su vida/sueños en una pesadilla, ella hizo un mundo en sus sueños que ese mundo era el real para ella, es decir, su realidad se encontraba en sus sueños, por ejemplo, sus hijos en el mundo real no son sus hijos los niega, dice que sus hijos verdaderos son los que están en su sueño, porque es la realidad que ella conoce, rechazando así el mundo real. Puesto que cuando soñamos la mente es capaz de cualquier cosa, en el sueño la mente crea un mundo, pero este mundo solo se encuentra en el subconsciente, el sueño parece tan real cuando lo tenemos, que al despertar nos damos cuenta de que algo no cuadra, lo que hace que no cuadre es realmente si seguimos en el sueño, es decir dormidos, o si ya hemos despertado; Entonces… ¿Qué es lo real?

Esta parte se relaciona con Descartes, en la duda metódica sobre el sueño, Descartes dice que durante el sueño vivimos en una realidad falsa que sin embargo creemos que es verdadera mientras dura, entonces… ¿Quién puede asegurar con absoluta certeza que esto a lo que llamamos realidad sea también un sueño? Por lo que podemos tener motivos suficiente como para dudar de que existan las cosas que considero como reales, es decir, se está viviendo en un sueño prolongadamente.

Para salir de esta duda, en la película, el personaje principal explica cómo saber cuándo se está despierto o dormido, con la utilización de un TOTEM, un objeto pequeño que tenga cierto peso que se pueda llevar siempre encima sin que nadie se entere, como por ejemplo la “peonza” que lleva el personaje principal, que cuando está dormido su TOTEM no deja de dar vueltas y cuando esta despierto da vueltas pero en un momento deja de hacerlo, cuando se ve el TOTEM también se sabe que no esta en el sueño de otro, sino en el suyo mismo.

En Descartes se relaciona con la evidencia “cogito ergo sum” (pienso luego existo) puesto que no puede dudar de que duda, por lo tanto es una sustancia porque no duda de que dude. Como ser pensante sabe que existe y no duda de ello. Una vez realizada esta evidencia, hace una reconstrucción del mundo con la recuperación de la idea de Dios, pues él no nos ha creado con la intención de engañarnos.

Para concluir podemos relacionar el TOTEM  de la película con lo que sería en Descartes el cogito.