La ecosofía se alza como una disciplina crucial para comprender y preservar la interconexión entre los seres humanos y el planeta que habitamos. Para comprender la ecosofía, empezamos trabajando el concepto de raíces. Estas raíces como vimos no se refieren solo a las conexiones familiares o culturales, sino también a nuestra conexión primigenia con la naturaleza. La ecosofía nos invita a reconocer nuestra dependencia fundamental de los ecosistemas y a reconectar con nuestras raíces ecológicas. Al profundizar en esta comprensión, desarrollamos una mayor conciencia ambiental y un sentido de responsabilidad hacia el planeta. Esta conexión con nuestras raíces nos lleva a apreciar la diversidad y la belleza de la naturaleza, inspirándonos a cuidarla y protegerla.
Continuaremos nuestro viaje hacia la obra literaria de Julio Verne, «La Vuelta al Mundo en 80 Días». En esta novela clásica, el protagonista, Phileas Fogg, se embarca en una audaz aventura para dar la vuelta al mundo en un plazo de 80 días. Aunque en un principio puede parecer ajena a la ecosofía, esta historia nos invita a reflexionar sobre la exploración y el descubrimiento de nuevos horizontes. En la travesía de Fogg, encontramos la representación de nuestra curiosidad innata por comprender y apreciar la diversidad.
¿Sería posible adaptarnos a vivir en cualquier lugar del mundo si diéramos la vuelta al mundo en 80 días? ¿Qué sucedería con los animales y las plantas en cada uno de esos entornos? Estas preguntas nos llevan a reflexionar sobre la capacidad de adaptación humana y la interdependencia entre los seres vivos y su hábitat.
- Podríamos conocer la torre de Arabia Saudí.
- Conoceríamos muchos océanos y mares, y veriamos muchos plástico en el agua.
- Veríamos muchos animales y muchas personas.
¿Te has preguntado cómo se denomina el lugar donde los animales de una misma especie coexisten y encuentran todo lo necesario para su supervivencia? Este lugar se conoce como «hábitat». El hábitat se define como el entorno o tipo de lugar en el que vive un organismo. Cada hábitat se distingue de otros por las características específicas del medio ambiente y la vegetación predominante. Podemos encontrar una amplia variedad de hábitats en la naturaleza, como lagos, praderas o charcas, cada uno con sus propias particularidades y condiciones que proporcionan el sustento y refugio adecuados para diversas formas de vida.
Establecido el concepto de Hábitat, trabajamos a partir de unas cartillas una serie de hábitats y clasificamos las imágenes de algunos animales y plantas que van sacando los niños y niñas de un sobre. ¿Por qué los animales viven en diferentes hábitats? ¿Cómo se adaptan los animales a su hábitat? ¿Qué ocurre con las personas?
- La ballena va en el mar, porque en una selva no podría vivir. Le falta comida y no tiene piernas. -Pero puede reptar como una serpiente, ¿no?- Pero la ballena no puede vivir en la selva porque necesita respirar del agua y es el sitio donde tiene que vivir.
- El caballo en la granja. Porque en la granja tiene manzanas y zanahorias. En el boque no hay tanta comida como en una granja.
- Las personas pueden vivir en cualquier lado, porque utiliza su imaginación para poder vivir en cualquier sitio (sabe adaptarse a las condiciones), porque piensa cómo puede vivir y después lo fabrica. Por eso hay que imaginarlo primero.

Algunas de la cuestiones que acompañaron al diálogo:
¿Por qué es importante proteger los hábitats naturales de los animales? ¿Qué podemos hacer para ayudar a los animales que viven en hábitats amenazados?
¿Qué pasaría si un animal fuera llevado a un hábitat diferente al que está acostumbrado? ¿Cómo afectaría esto al animal?
¿Cómo se comunican los animales en su hábitat? ¿Cómo se relacionan los animales en su hábitat?
¿Si tuvieras que elegir tu hábitat cómo sería?
Los niños trabajaron su hábitat ideal. Para ello debían en primer lugar dibujarlo y después pegar o dibujar los animales, plantas y personas que consideraban oportunas. Al mismo tiempo, se le va ayudando a los niños y niñas a identificar los elementos necesarios para el hábitat que han elegido, asegurarse de que los incluyan en su dibujo y cuestionarles el por qué de esa decisión.
Para finalizar, pedir a los niños que presenten sus hábitats y expliquen por qué eligieron ese hábitat y qué animales y plantas incluyeron en su dibujo. De esta manera se fomenta la discusión y la capacidad de sintetizar sobre lo trabajado en la sesión.

-Yo pongo a mi familia en mi hábitat porque es muy importante para que yo pueda crecer.
-Yo pongo el sol y muchas cosas en mi hábitat porque así todo puede crecer, además hay agua, para los peces, hay bosques,… todos los animales y personas pueden vivir en mi hábitat. Y los niños también, porque así pueden jugar entre ellos y ser felices.
–Yo pongo el planeta. Porque todo el planeta es un hábitat. Si en el planeta no hay hábitat yo no puedo existir porque no habría agua ni árboles para poder vivir, y nadie me puede cuidar y yo no puedo vivir si nadie me cuida. Cuando sea mayor puedo cuidarme yo solo, pero ahora no puedo cuidarme solo. Por eso en mi hábitat tiene que ser todo el planeta.

Una respuesta a “La vuelta al mundo en 80 días – FpN 3-6 años”