Filo-café: ¿Existen los zombies?


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LECTURAS RECOMENDADAS:

(se irán ampliado a lo largo de la semana)

El zombie filosófico

Filosofía de la mente y neurociencia

El término zombi proviene de Haití, donde se practicaba una tradición llamada vudú. En el contexto del vudú, un zombi es un humano a quien, mediante drogas o sugestión, se le ha suprimido la voluntad y se ha convertido en esclavo.

El zombi filosófico sirve como imagen para pensar sobre algunos problemas de la filosofía de la mente.

¿Qué son los hechos mentales? ¿Cómo se justifica que las otras personas tienen mente? ¿Es el cerebro la causa y el fundamento de toda nuestra vivencia? ¿Son los fenómenos psíquicos reducibles a meros procesos físicos? ¿Somos nuestro cerebro?

Es lo mejor de dos mundos. Los reflejos más rápidos, memoria de computadora y toda una vida de datos policiales de la calle. Es todo un placer presentarles a Robocop. 

Bob Morton – Personaje ficticio de la película Robocop

PONENTE:

Para profundizar en este tema tenemos el privilegio de contar con:

JESÚS ZAMORA BONILLA catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia, y actualmente decano de la Facultad de Filosofía de la UNED. Es doctor en Filosofía y en Ciencias Económicas. Un asiduo divulgador de la filosofía y del conocimiento científico, con frecuentes intervenciones en radio, televisión, blogs y redes sociales, así como varios libros de carácter divulgativo, como «En busca del yo: una filosofía del cerebro», «Sacando consecuencias: una filosofía para el siglo XXI», o «La caverna de Platón y los cuarenta ladrones». En la última década se ha dedicado también a la narrativa, publicando tres novelas cuyo común hilo conductor es la visión irónica sobre las religiones: «Regalo de Reyes», «Errar es de ángeles», y «Nosotros, los octogésimos».


¿Existen los Zombis? El zombi filosófico

El término zombi proviene del criollo Haití, donde se practicaba una tradición llamada vudú. En el contexto del vudú, un zombi es un humano a quien, mediante drogas o sugestión, se le ha suprimido la voluntad y se ha convertido en esclavo.

150px-zombie_haiti_ill_artlibre_jnlEl zombi filosófico es una noción que se utiliza en la filosofía de la mente, donde lo único que puedo asegurar es que existe mi mente, y que no todo se puede reducir a hechos físicos, así como que no se puede relacionar exactamente la mente y su funcionamiento, con el cerebro y su funcionamiento, pues se trata de conceptos diferentes donde mente y cerebro no son la misma cosa.

En el ser humano se distinguen dos tipos de hechos:

  1. Hechos físicos es todo aquello que se encuentra en las dimensiones del espacio y el tiempo
  2. Hechos mentales son los que tienen lugar en la conciencia, estos ocurren en el tiempo pero no en el espacio, pues la conciencia es cualitativa no cuantitativa. No podemos decir, las dimensiones que tiene el árbol en el que estoy pensando, pero si que ese árbol me recuerda al árbol que vi ayer y desarrollar las cualidades de dicho árbol.
    Así pues, los recuerdos, las imágenes y los pensamientos ocurren en la mente, pero  ¿dónde está la mente? ¿Qué espacio ocupa la mente?

Para designar los hechos mentales, la filosofía de la mente utiliza el término qualia (singular: quale, en latín y español) son las cualidades subjetivas de las experiencias individuales. Gracias a la introspección se dispone de una mirada reflexiva a la propia mente. Por ejemplo: yo que una persona manifiesta tristeza, ¡pero no veo su sentimiento de tristeza! solo esa persona puede ver su sentimiento de tristeza.

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Noche estrellada, Van Gogh.
Los colores que percibimos son un ejemplo de hechos mentales o qualia: son diferentes del fenómeno físico de la luz.

¿Cómo sabemos lo que hay en la mente de otras personas?
La única manera de saberlo es observando, pero un persona puede mostrar alegría pero tener tristeza en su mente, eso en el caso que la tenga.
Sabemos que el resto de seres humanos tienen mente, porque inferimos sus qualia, es decir, lo que creemos que sienten o piensen a través de lo que hacen o dicen. El problema es que ¡No podemos conocer la mente de las otras personas porque no podemos observarla directamente!.

Por ello mismo, se utiliza el argumento de analogía para justificar que sí tienen mente el resto de seres humanos, lo que sería algo así como, puesto que el aspecto, la biología y el comportamiento es normal y es parecido al mio, como mi mente dirige mis acciones, el resto de seres humanos también deben tener mente porque esta dirigirá sus propias acciones como a mi.

Pero a pesar del argumento de analogía, podemos pensar que los seres humanos que nos rodean pueden no tener mente. No olvidemos que el zombi actúa y habla como un humano, pero no tiene mente, lo que hace o dice no se corresponde con ningún estado o hecho mental, no tiene qualia, no tiene conciencia.

El concepto o término Zombi filosófico, abre un debate entre dos posiciones extremas en relación mente y cuerpo, dualistas frente monistas.

¿Existen los zombis filosóficos?
No, pues, en el caso que existieran no tendríamos conocimientos de una teoría de la mente como la expuesta de Chalmers sobre este mismo término, la habitación china de John Searle o la del cuarto de Mary propuesto por Jackson, no seríamos conscientes, y, por supuesto, no se habría ocurrido elaborar una teoría donde se diferenciase los hechos físicos de los mentales.
Hay suficientes argumentos para negar la existencia de zombis filosóficos.

Pero, ¿y si nos encontramos ante una forma humana que es robot y nos dice: «tengo conciencia? ¿Pueden los robots tener mente? ¿Y un ciborg?

ex-machina

Filosofía de la mente y neurociencia

Desde siempre, el ser humano ha experimentado que es una realidad dual. Por una parte, somos cuerpo, es decir, algo material; por otra, somos alma, o ψυχή, o mente, es decir, algo espiritual o, al menos, no tan claramente material.

Reflexionar sobre esta vivencia pertenece a nuestra propia condición humana. Dar respuestas plausibles a ese tipo de reflexiones ha ocupado el interés de la filosofía desde sus orígenes: ¿somos solo cuerpo?, ¿somos algo más que materia?, ¿puede el alma ser inmaterial?, ¿cómo explicar, si solo somos materia, realidades como el pensar, desear, sufrir, amar?, ¿cómo explicar la conciencia, es decir, no solo que pensamos, deseamos, sufrimos, amamos, sino también el que nos demos cuenta de que pensamos, deseamos, amamos?

La complejidad de este tipo de cuestiones puede enriquecerse aún más si planteamos la reflexión de la siguiente manera. Una piedra, solo materia, no piensa, no desea, no sufre, etc. La explicación es sencilla. Es solo materia y la materia no es capaz de ese tipo de operaciones. Un ser humano también es materia. Como tal, comparte características con esa piedra. Sin embargo, al mismo tiempo que es materia, es capaz de todo este tipo de operaciones. ¿Cómo es esto posible?

Descartes planteó, en toda su radicalidad, este dualismo. Para Descartes, el ser humano es la suma de dos sustancias heterogéneas: la sustancia extensa y la sustancia pensante. Ahora bien, si son heterogéneas, ¿cómo interactúan entre sí? Es obvio, para Descartes, que esta interacción es real.

Pero, no supo ofrecer una respuesta plausible a este dualismo, a la interacción entre cuerpo y mente. Situó, finalmente, la sustancia pensante en la glándula pineal, es decir, en el cuerpo. Esta solución no resuelve el dualismo planteado.

 

En la actualidad, este tipo de cuestiones han trampasmentales0-400x532recobrado cierta importancia debido a los avances de la neurociencia, disciplina emergente que se ocupa, desde un punto de vista multidisciplinar, del estudio de las relaciones existentes entre nuestra manera de ser y el funcionamiento de nuestro sistema nervioso y, especialmente, del cerebro.

Los interrogantes anteriormente enunciados se reformulan, hoy en día, de la siguiente manera: ¿es el cerebro la causa y el fundamento de toda nuestra vivencia dual? ¿Son los fenómenos psíquicos reducibles a meros procesos físicos? ¿Somos nuestro cerebro?

Hay muchos filósofos de la mente, como el norteamericano John R. Searle, que se muestra crítico con aquellas tesis que intentan reducir la identidad humana a meros procesos cerebrales.

Fuentes: 
Revista: "Muy Interesante"
Libro: "Filosofía" ed. Editex
Libro: "La nueva filosofía de la mente" ed. Gedisa