El término zombi proviene del criollo Haití, donde se practicaba una tradición llamada vudú. En el contexto del vudú, un zombi es un humano a quien, mediante drogas o sugestión, se le ha suprimido la voluntad y se ha convertido en esclavo.
El zombi filosófico es una noción que se utiliza en la filosofía de la mente, donde lo único que puedo asegurar es que existe mi mente, y que no todo se puede reducir a hechos físicos, así como que no se puede relacionar exactamente la mente y su funcionamiento, con el cerebro y su funcionamiento, pues se trata de conceptos diferentes donde mente y cerebro no son la misma cosa.
En el ser humano se distinguen dos tipos de hechos:
- Hechos físicos es todo aquello que se encuentra en las dimensiones del espacio y el tiempo
- Hechos mentales son los que tienen lugar en la conciencia, estos ocurren en el tiempo pero no en el espacio, pues la conciencia es cualitativa no cuantitativa. No podemos decir, las dimensiones que tiene el árbol en el que estoy pensando, pero si que ese árbol me recuerda al árbol que vi ayer y desarrollar las cualidades de dicho árbol.
Así pues, los recuerdos, las imágenes y los pensamientos ocurren en la mente, pero ¿dónde está la mente? ¿Qué espacio ocupa la mente?
Para designar los hechos mentales, la filosofía de la mente utiliza el término qualia (singular: quale, en latín y español) son las cualidades subjetivas de las experiencias individuales. Gracias a la introspección se dispone de una mirada reflexiva a la propia mente. Por ejemplo: yo que una persona manifiesta tristeza, ¡pero no veo su sentimiento de tristeza! solo esa persona puede ver su sentimiento de tristeza.

Los colores que percibimos son un ejemplo de hechos mentales o qualia: son diferentes del fenómeno físico de la luz.
¿Cómo sabemos lo que hay en la mente de otras personas?
La única manera de saberlo es observando, pero un persona puede mostrar alegría pero tener tristeza en su mente, eso en el caso que la tenga.
Sabemos que el resto de seres humanos tienen mente, porque inferimos sus qualia, es decir, lo que creemos que sienten o piensen a través de lo que hacen o dicen. El problema es que ¡No podemos conocer la mente de las otras personas porque no podemos observarla directamente!.
Por ello mismo, se utiliza el argumento de analogía para justificar que sí tienen mente el resto de seres humanos, lo que sería algo así como, puesto que el aspecto, la biología y el comportamiento es normal y es parecido al mio, como mi mente dirige mis acciones, el resto de seres humanos también deben tener mente porque esta dirigirá sus propias acciones como a mi.
Pero a pesar del argumento de analogía, podemos pensar que los seres humanos que nos rodean pueden no tener mente. No olvidemos que el zombi actúa y habla como un humano, pero no tiene mente, lo que hace o dice no se corresponde con ningún estado o hecho mental, no tiene qualia, no tiene conciencia.
El concepto o término Zombi filosófico, abre un debate entre dos posiciones extremas en relación mente y cuerpo, dualistas frente monistas.
¿Existen los zombis filosóficos?
No, pues, en el caso que existieran no tendríamos conocimientos de una teoría de la mente como la expuesta de Chalmers sobre este mismo término, la habitación china de John Searle o la del cuarto de Mary propuesto por Jackson, no seríamos conscientes, y, por supuesto, no se habría ocurrido elaborar una teoría donde se diferenciase los hechos físicos de los mentales.
Hay suficientes argumentos para negar la existencia de zombis filosóficos.
Pero, ¿y si nos encontramos ante una forma humana que es robot y nos dice: «tengo conciencia? ¿Pueden los robots tener mente? ¿Y un ciborg?
Una respuesta a “¿Existen los Zombis? El zombi filosófico”