Filosofía de la mente y neurociencia

Desde siempre, el ser humano ha experimentado que es una realidad dual. Por una parte, somos cuerpo, es decir, algo material; por otra, somos alma, o ψυχή, o mente, es decir, algo espiritual o, al menos, no tan claramente material.

Reflexionar sobre esta vivencia pertenece a nuestra propia condición humana. Dar respuestas plausibles a ese tipo de reflexiones ha ocupado el interés de la filosofía desde sus orígenes: ¿somos solo cuerpo?, ¿somos algo más que materia?, ¿puede el alma ser inmaterial?, ¿cómo explicar, si solo somos materia, realidades como el pensar, desear, sufrir, amar?, ¿cómo explicar la conciencia, es decir, no solo que pensamos, deseamos, sufrimos, amamos, sino también el que nos demos cuenta de que pensamos, deseamos, amamos?

La complejidad de este tipo de cuestiones puede enriquecerse aún más si planteamos la reflexión de la siguiente manera. Una piedra, solo materia, no piensa, no desea, no sufre, etc. La explicación es sencilla. Es solo materia y la materia no es capaz de ese tipo de operaciones. Un ser humano también es materia. Como tal, comparte características con esa piedra. Sin embargo, al mismo tiempo que es materia, es capaz de todo este tipo de operaciones. ¿Cómo es esto posible?

Descartes planteó, en toda su radicalidad, este dualismo. Para Descartes, el ser humano es la suma de dos sustancias heterogéneas: la sustancia extensa y la sustancia pensante. Ahora bien, si son heterogéneas, ¿cómo interactúan entre sí? Es obvio, para Descartes, que esta interacción es real.

Pero, no supo ofrecer una respuesta plausible a este dualismo, a la interacción entre cuerpo y mente. Situó, finalmente, la sustancia pensante en la glándula pineal, es decir, en el cuerpo. Esta solución no resuelve el dualismo planteado.

 

En la actualidad, este tipo de cuestiones han trampasmentales0-400x532recobrado cierta importancia debido a los avances de la neurociencia, disciplina emergente que se ocupa, desde un punto de vista multidisciplinar, del estudio de las relaciones existentes entre nuestra manera de ser y el funcionamiento de nuestro sistema nervioso y, especialmente, del cerebro.

Los interrogantes anteriormente enunciados se reformulan, hoy en día, de la siguiente manera: ¿es el cerebro la causa y el fundamento de toda nuestra vivencia dual? ¿Son los fenómenos psíquicos reducibles a meros procesos físicos? ¿Somos nuestro cerebro?

Hay muchos filósofos de la mente, como el norteamericano John R. Searle, que se muestra crítico con aquellas tesis que intentan reducir la identidad humana a meros procesos cerebrales.

Fuentes: 
Revista: "Muy Interesante"
Libro: "Filosofía" ed. Editex
Libro: "La nueva filosofía de la mente" ed. Gedisa

 

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