Introducción: Discurso del Método

«Discurso del método. Para dirigir adecuadamente mi razón y buscar la verdad en las ciencias»

Se trata de la primera obra publicada por Descartes en 1637, a pesar de que el proceso de su elaboración comenzó en el 1619. En ella se encuentra la Filosofía completa del autor, aunque resumida cautelosamente (por no despertar a los teólogos y a la inquisición). Marca así una obra de madurez.

Esta obra es una «Discurso» porqeu se debe entender como prefacio o introducción («no tengo la intención de enseñar, sino solo de hablar») a una obra científica más grande. Se trata de una reflexión filosófica, en que mezcla aspectos de su vida (filosofía existencial) con la preocupación por un método unificado para la razón.

Toca el terreno de la lógica, la física (una Física Mecanicista que explicará toda la naturaleza y como alternativa a la explicación aristotélica del mundo) y de la Metafísica.

Como menciona en la primera parte del Discurso, para él todas las Ciencias forman una unidad. Es como un árbol en el que la Metafísica son las raíces, la física o filosofía natural el tronco y las ramas las demás Ciencias, en especial la Mecánica, la Medicina y la Moral.

Esta obra, Descartes la divide en Seis Partes:

  1. La Razón y las Ciencias: (carácter autobiográfico)
  2. Principales reglas del método
  3. La moral provisional
  4. Los fundamentos de la metafísica: la existencia del alma, Dios y mundo.
  5. Física y Fisiología
  6. Justificación de la obra
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Una obra, que consciente de la falta de Unidad, en la que el propio Descartes se basa en dos vertientes:

  1. Quiere ser un método para «toda clase de materias» (método científico).
  2. «mi propósito no es enseñar el método que cada uno debe seguir para conducir bien su razón, sino hacer ver solo de qué modo he procurado conducir la mía» (aspecto existencial).

El Discurso es presentando teniendo en cuanta varias consideraciones para formar esa Unidad de la Obra:

  • Presenta al público un proyecto filosófico-científico global que reemplace al dominante aristotélico-escolástico en todos los campos.
  • Dirigida al público en general, por ello mismo, no entra en cuestiones que se hallan en disputas entre los «doctos».
  • Es una autobiografía de alguien que ha decidido examinar todas las opiniones y no admitirlas. Se trata de ese espíritu insatisfecho con la educación recibida desde su niñez.

Por ende, el éxito de esta obra está en su sentido pragmático, un manifiesto a favor de la Razón, contra la Autoridad y el Prejuicio.

Bibliografia:
– Discurso del método
– Biografías y vidas
– e-torredebabel
– philosophica.info
-Apuntes propios

El problema del Conocimiento y el Método. Descartes.

En el siglo XVII el principal problema fue el conocimiento. Se tendrán diversas cuestiones a las cuales darles una respuesta.

En esta época dos escuelas permanecerán enfrentadas, el racionalismo y el empirismo. El racionalismo defiende que con la razón alcanzamos la verdad, y que por medio de las matemáticas, se llega al conocimiento, estableciendo como ideal de conocimiento el sistema deductivo, lo que quiere decir que a partir de unos principios se puede llegar a deducir el resto de verdades. Por otra parte el empirismo, defiende que el conocimiento procede de los sentidos, rechazando la existencia de las ideas innatas y utilizando el método inductivo a partir de las experiencias  extrae conclusiones, tomando como modelo experimental la física.

Descartes, en el terreno del conocimiento, se enfrenta al escepticismo. Trata de construir un sistema de conocimientos empezando por la renovación de la filosofía, ya que según él ésta es la base de las ciencias y si ésta es dudosa las ciencias también lo serán. Por lo tanto, no estando contento con los conocimientos recibidos en el colegio de La Fleché, puesto que estos podrían ser dudosos, decide dedicarse a viajar.

Para Descartes la primera condición es encontrar un método que no sea erróneo. El punto de partida es la razón o buen sentido que todos los hombres tienen igual, pero cada uno toma caminos diferentes sin considerar las mismas cosas. Aunque no es suficiente tener buen sentido, sino aplicarlo bien, necesitando otros modos de conocer la razón y la necesidad de un método.

Dos son los modos de conocer la razón: la intuición, una especie de “luz natural” por la cual sin duda ni error se captan las ideas verdaderas, y la deducción, que es la sucesión ordenada de evidencias alcanzando las ideas claras.

Descartes cree que los geómetras poseen propiedades para avanzar en el conocimiento de la filosofía, destacando tres puntos: el primero es el método de geometría que desarrolla una cadena de ideas claras que serán descubiertas por la intuición y trabadas en largas cadenas deductivas. El segundo consiste en no aceptar como verdadero nada de lo que no se tenga absoluta certeza, y el tercero es respetar el orden de la deducción.

Así, Descartes presenta su método, el cual es resultado de la aplicación del método matemático a la filosofía.

Descartes formula cuatro preceptos que se aplicaran a la filosofía. El primero es la evidencia, hay que evitar la precipitación y la prevención, no aceptando como evidente lo confuso ni aceptar como verdadero lo que es claro. Así pues, formula el criterio de verdad entre claridad (conocimiento limpio de la mente) y distinción (que no tiene nada en común con las demás cosas). El segundo es el análisis minucioso de los problemas hasta reducirlos a ideas claras. El tercero la síntesis, sucesión de ideas claras y distintas para llegar al conocimiento, deducción; por último, la enumeración, tanto del análisis como de la síntesis. La pretensión final de estas enumeraciones es extender la evidencia de la intuición a la deducción.

Para llegar a la primera parte del método (evidencia) es necesario descartar todo aquello que no se muestre de forma clara y distinta, y por ello sea motivo alguno de duda, comenzando así la duda metódica, puesto que para conseguir algo verdadero debemos comenzar dudando y necesitamos basarnos en una verdad para construir el edificio del conocimiento.

En primer lugar, Descartes dice que tenemos motivos sobrados para dudar de los datos de nuestros sentidos, puesto que estos nos engañan en ocasiones. En segundo lugar, duda de los sueños, puesto que durante el sueño vivimos en una realidad falsa que sin embargo creemos que es verdadera mientras dura; por último, descarta las verdades racionales las cuales son consideradas indudables, como las matemáticas, pero puede caber la posibilidad de que exista una “genio maligno” que haga que nos equivoquemos continuamente con nuestro propio entendimiento, por lo que se presenta como duda.

Finalmente, con todo ello, Descartes, ante este radical proceso de duda, le lleva a un callejón sin salida, situándonos en el punto del escepticismo, donde la verdad no existe y si existe el hombre es incapaz de conocerla, los sentidos nos engañan y son subjetivos. Con la afirmación del escepticismo, afirma la imposibilidad de alcanzar el conocimiento verdadero, porque la razón es tan débil que se encuentra imposibilitada.

A partir de aquí Descartes, buscará una solución para salir de ese estancamiento, de ese callejón sin salida del escepticismo, presentándose la formula “cogito ergo sum” (pienso luego existo) puesto que puedo dudar de todo, menos de mi existencia.

Una vez establecido este principio indudable, la cuestión es cómo recuperar la confianza en las certezas sobre el propio cuerpo y sobre el mundo externo a partir de él. Para ello, se debe explicar la teoría de las sustancias y los tipos de ideas en la filosofía cartesiana.

Discusión hermenétuica bajo el árbol de la sabiduría, portada del Tratado del Azoth de Basilio Valentín. La metafísica es la raíz del árbol de la filosofía; la física, el tronco, y las otras ciencias, sus ramas.

Dualismo antropológico. El intereaccionismo cartesiano

La antropología de Descartes toma como punto de partida el dualismo sustancial entre res cogitans y res extensa. Por tanto, el ser humano es un ser compuesto de ambas sustancias, de alma y cuerpo, concepción que entronca a Descartes con buena parte de la tradición filosófica desde la Antigüedad.

La cultura tradicional occidental, señala que el alma es la parte más importante del ser humano, para Platón, esta sería la conocedora de la Idea más suprema de Bien, para el cristianismo, la que puede permanecer en el paraíso celestial, es inmortal, puede subsistir sin el cuerpo y, además, puede asegurar la libertad humana, pues esta, para Descartes no estará determinada por las leyes mecanicistas que rigen el mundo físico. Es por ello, que es el alma la protagonista del pensamiento y del razonamiento.

Sin embargo, a pesar de que Descartes plantea una teoría dualista antropológica, el vínculo que se establece entre ambas sustancias es más estrecho que en el caso de Platón, pues en el caso de Platón esta unión era accidental, a pesar de ello, esta visión dualista revitaliza la visión ya planteada por Platón.

Por una parte, Descartes se opone a la metáfora
platónica del02 navío, esta resulta insuficiente para explicar la interacción de ambas sustancias. Puesto que, si el capitán navío es el alma, y el navío en sí el cuerpo, cómo podemos explicar dicha interacción. Esta interacción platónica no es posible, puesto que, por ejemplo, si me caigo y me hago daño, causo un daño en el navío (cuerpo) no implicaría un dolor en el capitán del navío (el alma). Es por ello que, Descartes defiende una interacción de dos sustancias diferentes entre sí, tanto en el sentido del alma sobre el cuerpo como del cuerpo sobre el alma.

Por otra parte, Descartes cree haber encontrado una conexión entre cuerpo y alma, esto relacionado con los estudios que realizó sobre anatomía y mecánica, formulando que, dicha conexión se encuentra en una pequeña región del cerebro, exactamente en la glándula pineal.

Como en el caso de Platón, cualquier dualismo termina siendo superado mediante soluciones poco plausibles. Pues en el caso de Descartes, la hipótesis de dicha interacción es insuficiente y se ha comprobado su imprecisión, pues no se puede explicar cómo dos sustancias consideradas tan heterogéneas pueden actuar la una sobre la otra, y viceversa. Estas al separarlas, caerían de lleno a la sustancia infinita (Dios), quedándose reducida a pura metafísica.

Hacia un universo matematizado. La ciencia moderna

El momento histórico en el que Descartes escribe su obra es crucial para el desarrollo de la ciencia moderna en Europa. El siglo XVI y XVII se encuentra marcado por la revolución científica.

Copérnico en su obra De revolutionibus orbium celestium defiende la hipótesis del heliocentrismo basándose en numerosas observaciones. Por otro lado, Kepler añadió contenido a la tesis de Copérnico, afirmando que el movimiento alrededor de los planetas no era circular sino elíptico, cuyo movimiento emana del mismo Sol y no de «un primer motor», lo que implica la ruptura definitiva con el pensamiento aristotélico. En el siglo XVII Galileo y sus teorías sobre la el heliocentrismo, el movimiento uniformemente acelerado, la ley de la inercia y la visión matematizadora del universo (el libro de la naturaleza está escrito en lenguaje matemático), le llevará a anticipar la física moderna y a un gran desasosiego entre las autoridades eclesiásticas.

Gracias al trabajo de estos científico -entre otros-, la naturaleza se convirtió en algo mesurable y comprensible. Pero no solo la naturaleza es descifrable mediante las matemáticas, sino que su funcionamiento se revela semejante al de un gran mecanismo. Este cambio de perspectiva matemática, junto con la aparición de nuevos mecanismos -entre ellos el reloj de cuerda- los famosos autómatas abandonan la idea de que el universo era un gran mecanismo diseñado y fabricado por un gran creador, Dios, que le habría comunicado el movimiento.

Los inicios de la ciencia moderna, también se encontró marcado por Francis Bacon, en su obra Novum organum criticó de forma sistemática la lógica aristotélica y propuso la redefinición de la ciencia, que explicará el universo y propiciará el progreso de la sociedad y del pensamiento. <<El saber es poder>> una gran aspiración, conseguir el mayor conocimiento  tiene como fin el dominio y control de la naturaleza para someterla a la voluntad humana y aprovecharla en nuestro beneficio. El método que empleó Bacon fue el de la inducción, donde a partir de una recolección de datos sobre fenómenos naturales, planteará hipótesis basadas en la probabilidad.3752439-5580923

Precisamente, a esta búsqueda de un método universal que guiara la razón por los diversos ámbitos del conocimiento humano se dedicó Descartes, pero en un método más fiable y seguro que la inducción de Bacon, de está manera empleará el de la deducción.

Cabe mencionar también, que todo este entramado de progreso científico, también se encontró de la mano con el escepticismo, que desde mediados del siglo XVI, en Francia, Michel de Montaigne y su discípulo Pierre Charron, pusieron en auge. Este escepticismo también influyó en Descartes, sosteniendo la imposibilidad de lograr un conocimiento totalmente cierto y universal. Pues en el caso de Montaigne, el escepticismo está orientado a lograr una vida tranquila y a conseguir una sabiduría práctica.

Bajo todo este contexto, Descartes tenía una idea clara, la necesidad de establecer un método correcto para dirigir adecuadamente la razón y encontrar la verdad en las ciencias haciendo un buen uso de la razón.

Moral provisional- Descartes

La moral cartesiana es una cuestión controvertida por su relación con el método y con la metafísica, de hecho, emerge como cuestión central en el Discurso del método, en el momento en que Descartes ha rechazado el conocimiento recibido en su educación y ha establecido las reglas del método.

Así pues, expone una <<moral provisional>>, que se debe entender como un conjunto de preceptos que Descartes debe seguir mientras se dedique a desarrollar el método y a aplicarlo a las diversas ciencias, y especialmente a la reflexión sobre la metafísica.

También sería provisional en otro sentido, puesto que no sería una moral derivada del método, y estaría a la espera de ser revisada y confirmada posteriormente, aunque la moral que encontramos en la época de madurez de Descartes no es muy distinta a la que aparece en el Discurso del método.

En este sentido, veremos que Descartes adopta una postura cercana al escepticismo y a otras escuelas tradicionales de filosofía: así como rechaza la educación recibida para buscar un fundamento a la ciencia, no ocurre lo mismo con la moral, ya que no puede quedarse sin criterios ni valores morales para seguir viviendo mientras investiga en el ámbito teórico.

De esta manera, la moral provisional del Discurso del método se resume en cuatro máximas:

  1. Obediencia a las leyes y a las costumbres del propio país, así como a la religión en que uno se ha educado. La virtud clave se define como la moderación y la búsqueda de un término medio ante la diversidad de opiniones.
  2. Resolución y firmeza en la toma de decisiones. La duda es el peor enemigo para la vida cotidiana. Una vez que se ha decidido algo, se debe actuar como si fuera lo más seguro. En esta máxima, la virtud consiste en la firmeza para llevar a cabo la decisión tomada.
  3. Dominio de sí mismo, especialmente de los propios deseos y pasiones, ya que, como no podemos cambiar el mundo a nuestro gusto, hemos de amoldar nuestros deseos a la realidad. El autodominio es la virtud según este precepto.
  4. La elección de la mejor forma de vida, de la profesión a la que uno quiere dedicarse. Para Descartes, esta forma de vida es el cultivo de la razón y el conocimiento de la verdad, es decir, la vida teórica o contemplativa, dedicada a la investigación científica y filosófica.

Su propósito con esta moral provisional, es conseguir libertad para poder investigar y desarrollar su profesión como investigador de la verdad. El trasfondo intelectualista de la moral cartesiana se hace patente en la cuarta máxima, referida a la elección de su ocupación o profesión.




Método cartesiano

Ejemplo de redacción: Ideal matemático de certeza, duda metódica y criterio de verdad

Descartes elabora un método con el objetivo de reconstruir el edificio del conocimiento. Las matemáticas son para Descartes las únicas que proporcionan la verdad, y estas se basan en un método que sirva para todos los ámbitos del conocimiento. Pero antes de empezar a establecer las reglas de su método, debe dejar claro cuales son los modos de conocer que tiene la razón. Esto es la intuición (conocimiento inmediato de algo) y la deducción (conocimiento inmediato de algo mediante pasos).

El método debe basarse en estas dos operaciones para así establecer sus reglas:

  1. Evidencia: «No admitir jamás ninguna cosa como verdadera y si no hemos tenido evidencia de ella, evitar la precipitación y la prevención, tomando como criterio de verdad, la claridad y la distinción».
  2. Análisis:  reducir las ideas hasta lo más simple y claro. Estas dos primeras trabaja con la intuición.
  3. Síntesis: Tomar todos esos problemas simples desde el más claro e ir buscando evidencias entre ellos para llegar al más complejo. Aquí se entra el segundo modo de conocer, la deducción.
  4. Enumeración: Los recuentos necesarios y extender la evidencia a la conclusión.

El principal objetivo de Descartes es encontrar verdades absolutas de las que no sea posible dudar. Trata de encontrar verdades evidentes que fundamenten el edificio del conocimiento verdadero con absoluta garantía. Por ello establece la duda metódica, que es la aplicación del primer precepto. Se trata de dudar de todo y no tomar como verdadero aquello que muestre cualquier ápice de duda, cuyas verdades deben ser claras y distintas.

Tres serán los motivos de duda:

  1. Duda sobre la fiabilidad de los sentidos, pues estos a veces nos engañan, cuyo conocimiento resulta ser probable pero no cierto. Si nos engañan en ocasiones, ¿Quién puede asegurarme que no me engañan siempre? Esto le lleva al segundo motivo de duda.
  2. Duda sobre el sueño: Si los sentidos me engañan, cómo puedo distinguir la vigilia del sueño, pues vivimos en una realidad falsa que creemos que es real mientras dura. Estos dos motivos le lleva a dudar de un mundo material.
  3. Duda sobre las verdades racionales: Por muy remota que resulte esta idea, puede ser que las verdades racionales como las matemáticas me pueden llevar al error pues provienen de mi entendimiento, y ¿quién me dice a mi que mi entendimiento no puede estar continuamente engañado por un Genio Maligno?

De esta manera, le lleva a descarte a una especie de Duda Radical, ha dudado hasta del propio entendimiento que parecía indudable, para ello debe salir de lo que parece un callejón sin salida. Será de esta duda radical de donde extraerá la primera certeza absoluta: Cogito ergo sum (pienso, luego existo). Con esto Descartes aclara que todo aquello que pienso puede ser falso, que soy algo que duda de los sentidos, soy algo que puede estar durmiendo o despierto y soy algo que puede ser engañado. Por lo tanto, esto es un hecho indudable puesto que ese algo o alguien piensa y que como tal puede errar, pero no puedo errar en mi razonamiento de la existencia, puesto que soy un sujeto existente que duda. Esta idea, cumple el requisito del criterio de certeza pues se muestra de forma clara y distinta.