El momento histórico en el que Descartes escribe su obra es crucial para el desarrollo de la ciencia moderna en Europa. El siglo XVI y XVII se encuentra marcado por la revolución científica.
Copérnico en su obra De revolutionibus orbium celestium defiende la hipótesis del heliocentrismo basándose en numerosas observaciones. Por otro lado, Kepler añadió contenido a la tesis de Copérnico, afirmando que el movimiento alrededor de los planetas no era circular sino elíptico, cuyo movimiento emana del mismo Sol y no de «un primer motor», lo que implica la ruptura definitiva con el pensamiento aristotélico. En el siglo XVII Galileo y sus teorías sobre la el heliocentrismo, el movimiento uniformemente acelerado, la ley de la inercia y la visión matematizadora del universo (el libro de la naturaleza está escrito en lenguaje matemático), le llevará a anticipar la física moderna y a un gran desasosiego entre las autoridades eclesiásticas.
Gracias al trabajo de estos científico -entre otros-, la naturaleza se convirtió en algo mesurable y comprensible. Pero no solo la naturaleza es descifrable mediante las matemáticas, sino que su funcionamiento se revela semejante al de un gran mecanismo. Este cambio de perspectiva matemática, junto con la aparición de nuevos mecanismos -entre ellos el reloj de cuerda- los famosos autómatas abandonan la idea de que el universo era un gran mecanismo diseñado y fabricado por un gran creador, Dios, que le habría comunicado el movimiento.
Los inicios de la ciencia moderna, también se encontró marcado por Francis Bacon, en su obra Novum organum criticó de forma sistemática la lógica aristotélica y propuso la redefinición de la ciencia, que explicará el universo y propiciará el progreso de la sociedad y del pensamiento. <<El saber es poder>> una gran aspiración, conseguir el mayor conocimiento tiene como fin el dominio y control de la naturaleza para someterla a la voluntad humana y aprovecharla en nuestro beneficio. El método que empleó Bacon fue el de la inducción, donde a partir de una recolección de datos sobre fenómenos naturales, planteará hipótesis basadas en la probabilidad.
Precisamente, a esta búsqueda de un método universal que guiara la razón por los diversos ámbitos del conocimiento humano se dedicó Descartes, pero en un método más fiable y seguro que la inducción de Bacon, de está manera empleará el de la deducción.
Cabe mencionar también, que todo este entramado de progreso científico, también se encontró de la mano con el escepticismo, que desde mediados del siglo XVI, en Francia, Michel de Montaigne y su discípulo Pierre Charron, pusieron en auge. Este escepticismo también influyó en Descartes, sosteniendo la imposibilidad de lograr un conocimiento totalmente cierto y universal. Pues en el caso de Montaigne, el escepticismo está orientado a lograr una vida tranquila y a conseguir una sabiduría práctica.
Bajo todo este contexto, Descartes tenía una idea clara, la necesidad de establecer un método correcto para dirigir adecuadamente la razón y encontrar la verdad en las ciencias haciendo un buen uso de la razón.