Problemas de nuestros tiempos

Actualmente vivimos en un tiempo de cambios acelerados, llenos de nuevas oportunidades, pero también de nuevos peligros. Un tiempo en el que la riqueza crece, pero también las desigualdades; un tiempo en el que aumenta nuestro conocimiento de la naturaleza, pero también el riesgo de que destruyamos sus equilibrios. En este escenario, cargado de promesas y amenazas debemos expresar nuestras ideas y cuestionarnos conceptos, a veces simples, y a veces no tan simples, como es el de igualdad.

Realmente, ¿Vivimos en una sociedad igualitaria?
El respeto de los derechos humanos exige tratar a toda persona por <<igual en dignidad>>, pero no todos somos iguales, tanto a nivel genético como a nivel social, pues la riqueza y las oportunidades se distribuyen de manera dispar.

¿Tenemos todos las mismas oportunidades?
Para que una persona pueda desarrollar sus capacidades, esta debe tener acceso a las oportunidades que la propia sociedad le ofrece. El problema, es que las victimas de la desigualdad se encuentran excluidas de ese acceso.

Por ejemplo, una persona que viva en la pobreza, que no tenga los medios de vida que le permitan acceder a las oportunidades de bienestar material, cultural y social, que no sepa ni leer ni escribir, pero tiene una gran imaginación, increíble para escribir libros y ser una gran escritora, ¿podría serlo? ¿Cuánto le costaría llegar a serlo? No tendría las oportunidades adecuadas para hacerlo porque sus circunstancias sociales la han excluido de ello.

¿Qué es lo que hace que hayan tantas desigualdades en una sociedad global que debería ser igual?
Los distintos países. Actualmente hay más de 190 países en el mundo, y todos ellos se han construido a través de complejísimos procesos históricos, donde cada uno de ellos tiene una cultura y una tradición diferente, lo que hace que se genere -en su mayoría- inmensas discrepancias que llevan el sinónimo de conflicto bélico.

Estos conflictos marcan y han marcado, generalmente, la gran diferencia en desigualdad entre países, surgiendo el fenómeno del subdesarrollo en el ámbito económico, científico y cultura, y, el más importante, la falta de un desarrollo humano. Pues dentro de la comunidad internacional hay países que tienen menos oportunidades que otros para desarrollar el potencial humano de su población.

¿Cuál es el camino del desarrollo?
La actuación de un conjunto de factores, tanto a nivel interno como a nivel externo. El primero ayuda a transformar las mentalidades y las estructuras sociales a los países menos desarrollados. Así mismo, la educación generalizada de la población y la existencia de un poder político estable e impulsor del progreso pueden ser instrumentos decisivos en ese proceso de transformación.

Mientras que, el segundo factor, formaría parte de la existencia de un mercado internacional abierto a las exportaciones de toda índole procedente de los países pobres -pero, no solo las que interesen a los países más ricos. Y de una ayuda bien administrada, así como una inversión productiva de los desarrollados hacia los menos desarrollados.

¿Son responsables los países ricos del subdesarrollo de los pobres? Si, lo son. Exprimen y se aprovechan de la situación de debilidad y pobreza de los países llamados «Tercer Mundo» haciendo que empeore la situación de estos.

Si en el artículo 1 de la Declaración de los Derechos Humanos se defiende que: <<Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.>> ¿Por qué tanto odio e indiferencia hacia el que viene de un país subdesarrollado, si los culpables de que esas personas no tengan las mismas oportunidades, ni estén -en ciertos casos- en vías de desarrollo son por los llamados «países ricos»?

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