Filocafé: ¿Dónde encontrar la magia hoy?



La magia se presenta con múltiples ropajes. Se manifiesta en un catálogo de prácticas extenso y amplio, poliédrico y polimorfo. La magia ha estado presente en todas las culturas de diferentes formas esotéricas: los rituales mágicos, la brujería, la magia negra, la magia blanca, el ocultismo, el espiritismo, la hechicería, los ensalmos y las maldiciones, el vudú y la zombificación, el yuyu africano, los amuletos y talismanes, el mal de ojo, la alquimia y la cábala, la adivinación y las mancias, los medium o psíquicos, los curanderos y las terapias alternativas,  etc… En el filocafé trataremos de definir qué es la magia y tratar de poner algo de luz en todo este vodevil sombrío de prácticas.

Con la aparición del término bruja (hexe) en el siglo XIV y tras la difusión del tratado Malleus Malleficarum o Martillo de las brujas, escrito por dos monjes dominicos alemanes, Heinrich Kramer y Jacob Sprenger, comenzó en Europa y América una caza de brujas entre el siglo XV y el XVII, donde se ejecutaron y torturaron a decenas de miles de mujeres principalmente, acusadas de practicar la brujería. Este término era entendido en sentido amplio de nuevo, incluyendo el uso de hierbas medicinales, la elaboración de brebajes, la adivinación, la magia, la presencia de marcas en el cuerpo o las prácticas sexuales consideradas inaceptables en aquella sociedad. En el contexto de la Peste Negra, se desarrolla una concepción del Diablo que interviene en el mundo humano y que tienta y seduce a los hombres a través de pactos demoníacos para acceder a poderosos secretos ocultos y de aquelarres o sabbats donde las brujas se reunían para invocarle y adorarle.

La magia, además, sufrió un gran cisma en el Renacimiento, donde comenzó una nueva visión de la misma que, alejándose de las influencias diabólicas, aunque compartiendo la mentalidad de dominio de la naturaleza, (el término «magi» significa «el poderoso»), dio origen al pensamiento precientífico que participó en la revolución científica del siglo XVI. La influencia de un personaje mitológico como Hermes Trimegisto (combinación del dioses Thoth egipcio y del dios romano Mercurio) y su Corpus Herméticum o el desarrollo de la filosofía oculta de Agripa y el pensamiento de Paracelso o de Giordano Bruno, son muestras del impacto de las ideas esotéricas renacentistas en el avance de la ciencia.

En definitiva, el ser humano ha convivido con toda una amalgama de prácticas mágicas que chocan con una visión científica del mundo. La ilustración y el pensamiento crítico trataron de reprimir y destinar a la nocturnidad todo este tipo de prácticas como irracionales. Aunque es comprensible que estás creencias todavía estén plenamente vigentes en muchas culturas que no tuvieron este proceso de desencantamiento, sorprende ver, sin embargo, como perduran muchas supersticiones en nuestras sociedades tecnocientíficas e incluso como aparecen nuevas formas mágicas que atraen con promesas de éxito, dinero y felicidad. 


MODERADOR:

Miguel Ángel Mozún: Colaborador habitual de Arjephilo en «El arjé de los pequeños escritos»


BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA:

Bronislaw Malinowski, Magia, ciencia y religión, Ariel.

Charles Webster, De Paracelso a Newton. La magia en la creación de la ciencia. FCE

Claude Lévi-Strauss, El pensamiento salvaje, F.C.E

Cornelio Agrippa, La filosofía oculta, Kier

Frances Yeats, Giordano Bruno y la tradición hermética, Ariel.

Francis Yeats, La filosofía oculta en la época isabelina, F.C.E

Georg Luck, Arcana mundi. Magia y ciencias ocultas en el mundo griego y romano, Gredos

Henry M. Pachter. Paracelso. De la magia a la ciencia. Gandesa

Hermes Trimegisto, Asclepio. Discurso iniciático. MRA

José Ferrater Mora, Diccionario Filosófico I-M.  RBA

Joseph Pérez. Historia de la brujería en España. Espasa

Julio Caro Baroja, Las Brujas y su mundo. Alianza

Mircea Eliade, El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, F.C.E

Paolo Rossi, Francis Bacon. De la magia a la ciencia, Alianza

Rhonda Byrne, El secreto, Urano.

Richard Kieckhefer, La magia en la Edad Media, Crítica

Sir James Frazer, “Magia simpatética”, “Magia y religión”, en La rama dorada, F.C.E

Filosofía, ciencia y mito

La actividad filosófica nace cuando sentimos curiosidad por algún aspecto de la realidad y la expresamos en forma de pregunta.

El filósofo aspira a abordar las cuestiones desde un punto de vista general, aspira a una comprensión global. Cuando se pregunta por el arte o la ciencia, la filosofía trata de desbordar los límites de estos campos y mostrar aquello que los vincula con el ser humano. A pesar de la aparente dispersión temática, la filosofía tiene el afán de mostrar la dimensión humana de todas las disciplinas.

La ciencia, como la filosofía, también pretende dar respuesta a interrogantes que nacen de la observación de la naturaleza, lo mismo ocurre con algunos aspectos de la religión. En los tres sentidos (ciencia, filosofía y religión), cualquier fenómeno natural, como, por ejemplo, el movimiento de los astros, puede convertirse en un interrogante científico, filosófico o religioso. Pero al contrario de los mitos, en los que se recurre a un relato inventado en el que aparecen seres extraordinarios, la ciencia trata de describir las causas y los mecanismos reales que provocan estos fenómenos.

Aunque la filosofía se opone a la interpretación literal de los mitos, los filósofos han recurrido en ocasiones a ellos para explicar aspectos complicados de su pensamiento, como un forma de exponer sus ideas sin recurrir a una terminología técnica. En estos casos, los mitos se toman en un sentido alegórico y como expresión de una realidad más profunda.

La filosofía y la ciencia tienen común que ambos discursos parten de la realidad, no dan ninguna idea por sentada; son discursos racionales, que emplean el razonamiento para sustentar sus ideas. A pesar de estos vínculos, existen importantes diferencias:

  1. El tipo de preguntas que se plantean es distinto: Las preguntas científicas son concretas y se pueden responder recurriendo a experimentos y observaciones; mientras que las filosóficas son más generales.
  2. Mientras que el conocimiento científico utiliza el método hipotético-deductivo y se sirve de las matemáticas, la filosofía emplea exclusivamente el razonamiento para establecer sus análisis.
  3. Los objetivos de la ciencia y de la filosofía pueden coincidir, pero, mientras que la filosofía se preocupa por lograr una visión general de la realidad y cuestionar preconceptos, la ciencia aspira a predecir y explicar fenómenos.

Las diferencias que podemos encontrar entre ciencia y mito es descomunal:

CIENCIAMITO
Está basado en la observación y la experimentaciónEs un producto de la imaginación
Es un conocmiento provisional: cuando los hechos invalidan una hipótesis, esta es rechazadaEs un relato que pretende ser verídico e indudable porque es incontrastable
Además de explicar, las teorías predicen sucesos futurosEs incapaz de predecir fenómeno alguno
Es un conocimiento de autor: se sabe qué científico o equipo ha elaborado la teoríaEs un relato anónimo que forma parte de la cultura
Trata de describir las causas y el funcionamiento de los fenómenos naturalesNarra historias protagonizadas por seres sobrenaturales
El conocimiento del mundo permite su transformación gracias a las aplicaciones tecnológicasNo permite transformar el mundo ni producir tecnología.

De esta manera, la filosofía, la ciencia y la religión en su unión permiten comprender la realidad. Aunque de diferentes formas, por un lado: la realidad física, identificada como cosas y estudiada por la ciencia. Por otro lado, la realidad intelectual que la constituye los significados filosóficos. Y por último, la realidad espiritual valorada e implementada mediante la fe. La experiencia humana debe necesariamente abarcar estas tres realidades y por lo tanto deben mantenerse en un contacto mutuo. Pues aunque se rechacen (alguna disciplina más que otra), a lo largo de la historia hemos necesitado de ellas para el avance del conocimiento.