Todo filósofo no solo se pregunta por sí mismo y su entorno, sino que debe ir más allá de la propia respuesta conceptual y actuar, es el terreno de la praxis.
Los últimos par de siglos de nuestra época, se ha visto marcado por una innovación incesante en casi todos los terrenos de la vida social. Esos cambios, en gran medida, afectan a nuestra cultura material, siendo estos resultado de los descubrimientos de la ciencia y la tecnología moderna.
Vivimos una época de cambio tecnológico acelerado, en efecto, la modificación del entrono natural por la mano del hombre ha avanzado de forma acelerada. Pero una vez más nos encontramos con ventajas e inconvenientes de esta aceleración.
Ciencia y tecnología, ambas han proporcionado al ser humanos unos niveles de bienestar muy superiores con respecto a otras épocas atrasadas, no hay más que ver el cambio sufrido en el «trabajo del campo». El grado de comodidad, seguridad, libertad y cultura del que gozamos a día de hoy, es, en gran medida, proporcionado por la tecnología moderna, la cual ha sido creada y movilizada por la inteligencia y el esfuerzo humano.
Pero, encierra peligros en los que el ser humano pueda utilizar esa tecnología de forma inadecuada, y lo haga hasta el punto de poner en peligro la propia supervivencia de nuestra especie sobre el planeta. De esto último muchas distopías se han descrito en los libros, series de TV y películas, «El atlas de las nubes», «Gattaca», «La travesía», «Ex Machine», la exitosa serie «Black mirror»,… entre otros, muestran claramente el peligro que pueda traer el mal uso de ese avance tecnológico.
El avance de la biotecnología permite modificar nuestra propia constitución biológica, de hecho, la medicina, desde tiempo inmemorial ha pretendido curar las enfermedades y aliviar el sufrimiento humano. Lo que me viene a la mente la siguiente cuestión ¿sigue el ser humano sujeto a la selección natural? No, el ser humano ya es una especie débil, se encuentra en la cúspide de la cadena alimenticia, pero, es únicamente gracias a los medios materiales que ha puesto para llegar a ello. Sino existieran los anteojos a muchos de nosotros nos hubiera comido el peligro.

La aplicación de las biotecnologías en los propios seres humanos abre horizontes espectaculares, pues estas comienzan a corregir las enfermedades congénitas que aquejan a tanta gente, y dolencias como el cáncer podrán encontrar tratamientos efectivos a no muy largo plazo. Pero tiene una faceta realmente inquietante desde un punto de vista ético, que cuando lo aplicamos esas tecnologías al propio ser humano ¿Qué limites morales debemos imponer a nuestra actuación en este terreno? En efecto, la posibilidad de editar genéticamente embriones humanos plantea preguntas fundamentales sobre lo que es éticamente aceptable en términos de manipulación genética. Por ejemplo, ¿es ético crear «bebés a la carta» con ciertas características genéticas deseables? ¿Qué consecuencias sociales y culturales tendría esto a largo plazo? Es importante señalar que la modificación genética humana ya se está llevando a cabo en algunos países. En 2018, un grupo de científicos chinos anunció que habían creado los primeros bebés genéticamente modificados del mundo. Este hecho causó un gran revuelo en todo el mundo y puso de manifiesto la necesidad de establecer límites éticos claros en cuanto a la manipulación genética del ser humano.
Y, para finalizar, se queda abierto el debate: ¿Es lícito, por ejemplo, la clonación de seres humanos, con independencia que podamos realizarla con más o menos pericia técnica? ¿Debemos tener el derecho de modificar a nuestro antojo las características genéticas de nuestra descendencia, simplemente por el hecho de poder hacerlo? si fuera esto posible, ¿cómo actuaría lo sociedad? ¿Se podrá llegar a crear individuos incapaces de albergar sentimientos de culpa, o incluso sin sentimiento en general? Cuando estamos en condiciones de modificar la constitución génica de nuestro cuerpo, ¿será correcto hacerlo sin más límites que nuestros propios deseos al respecto? Estas y muchas más preguntas abren todo un nuevo campo de problemas a la reflexión ética.