Nos comparten esta reflexión, aplicable también a los vientres de alquiler. Lectura recomendada
«Hoy en clase de derecho penal han explicado algo que me ha hecho meditar sobre la prostitución y los bienes jurídicos que se vulneran en ella.
En el derecho penal, la vida es un bien jurídico, pero al igual que la integridad física es indisponible. Es decir, no se puede disponer libremente de ella, como se puede hacer con los bienes materiales. Yo puedo vender mi coche, pero no puedo vender mi vida. El Derecho penal entiende que este bien es indisponible porque es un bien muy preciado y que debe protegerse incluso en contra de la voluntad de su poseedor.
Así que si yo me quiero suicidar y para ello pido a alguien que me mate, eso no será otra cosa que un homicidio. Sin embargo, a la persona que se suicida se la considera inimputable. Precisamente porque se considera que si llegó a querer quitarse la vida es porque circunstancias graves y no imputables a este le han llevado a tomar esa decisión. Y por tanto, los cooperadores, inductores u homicidas que ayuden a realizar el suicidio, convenzan para que lo lleve a cabo o directamente maten a la persona que quiere acabar con su vida voluntariamente, pero con su consentimiento, serán condenados por el derecho penal, puesto que el suicida es una víctima de las circunstancias, pero el tercero es plenamente consciente de lo que hace.
Pues bien, en esto la mayoría de la gente suele estar de acuerdo. La persona que quiere suicidarse, autolesionarse o que se lo haga un tercero, no tiene culpa y además de no ser responsable de su problema, se le debe proteger como víctima que es.
Si yo quiero que alguien me mate a cambio de que se pague un millón de euros a mi familia, la persona que lo lleve a cabo estará cometiendo un homicidio. Si dejo que me mutilen, corten, golpeen, quemen, perforen, o, en definitiva, lesionen a cambio de dinero, la persona que me lesione estará cometiendo un delito. Por mucho que mi cuerpo y mi vida sean míos, el Derecho penal los protege, porque considera que si los vulnero, es porque no estoy en condiciones para decidir sobre ello. Porque cualquier persona que no tenga problemas ni unas circunstancias graves, no atentaría contra su vida o integridad física.
Y en esto la mayoría estará de acuerdo con el derecho, por muy suyo que sea su cuerpo, algo le tiene que pasar para querer lesionarse. Y así es. Es una persona a la que hay que ayudar.
Sin embargo, con las prostitutas todo cambia. Una mujer que «decide» ser violada por dinero, resulta que de pronto es perfectamente lógico. Qué la integridad física de esa persona no debe ser protegida. Porque la prostitución implica siempre lesiones, no hace falta ser esclava de la trata para recibir golpes o actos violentos, los clientes/puteros ya se encargan de ello, aunque la propia prostituta no sea víctima de proxenetas o mafias. Ella tendrá lesiones físicas, tendrá irritaciones, dolor de estómago, ETS, sangrados y eso en los mejores casos, en otros directamente lesiones bastante más peliagudas. Y todo esto sin hablar de las lesiones psicológicas que acarrea la prostitución. Se vulnera la integridad física y sin embargo, mucha gente ve normal que una mujer quiera hacerlo por dinero. Pero si les dijéramos que alguien quiere ser cortado con una navaja por dinero, cortes superficiales ¡eh!, nada de desangramiento, entonces pensarían que circunstancias externas han llevado a esa persona a llevar este tipo de acciones. Y se debe proteger a la persona.

Y los que estén a favor de la prostitución dirán «Pero el sexo no es lo mismo que las lesiones, nadie se lesiona sin dinero a cambio a no ser que tenga un problema, pero sexo si que se practica por gusto» Claro, sexo sí, pero el sexo no implica vulneración de la integridad física. No implica violación, no implica realizar cosas en contra de nuestra voluntad, no implica drogarse para aguantar, no implica síndrome de estrés postraumatico. Si analizamos las consecuencias de la prostitución, nadie querría llevarla a cabo, porque no es sexo, es violación. Entonces, claramente a estas mujeres algo externo las impulsa a entrar en ese mundo. La mayor parte de las veces, es por necesidad económica. Al igual que nadie quiere vender un riñón y quien lo hace es que no tiene otra. Pero en otras ocasiones esas mujeres solamente son víctimas de traumas pasados, de conflictos psicológicos de los que no pueden salir. Y el Estado las abandona, no contempla que deban ser protegidas, amparadas. Darles una salida, un trabajo y ayuda psicológica. Al igual que si yo pido a alguien que me haga cortes en el brazo, se me intentará dar ayuda para dejar de hacerme daño a mi misma. Y por supuesto, condenará a mi agresor.
Y sin embargo, al putero no se le condena, es inmune. Es quién está haciendo que exista ese mundo. Quien lesiona a la prostituta, quien paga por violarla. Y nadie le sanciona.
¿No tiene lógica que si yo quiero que me corten un brazo porque me da la gana me dejen hacerlo y a quien me lo corta le dejen en paz? No la tiene. Por mucho que sea mi cuerpo el derecho entiende que el otro se aprovecha de mi situación y yo necesito ayuda.
Entonces ¿Por qué no se protege a las prostitutas? ¿Por qué no se condena al putero?
Socialmente muchos tienen aceptado que pagar por violar es simplemente pagar por un servicio y que cobrar por ser violada es simplemente cobrar por ofrecer un servicio. La integridad física de la prostituta no tiene importancia, porque ella lo ha elegido así y es dueña de su cuerpo. Y total, todos cuando tenemos sexo nos dejamos hacer cosas que no queremos y nos drogamos para aguantar. Y todos cuando trabajamos en cualquier cosa dejamos que nos lesionen, tanto física como psícologicamente, nos drogamos para aguantar, nos contagian enfermedades, nos violentan y nos obligan a vulnerar nuestra integridad física por ese dinero a fin de mes.
Así que, si es mi cuerpo y yo decido lo que quiera ¿Por qué está penado que alguien me lesione aunque yo le de mi consentimiento? ¿Por qué se le culpa si yo he decidido que lo haga y es mi propio cuerpo? ¿No sería lógico que nadie se metiese en medio ya que yo decido sobre lo que yo hago con mi cuerpo? ¿Y si me gano dinero dejando que me lesionen extraños, por qué sancionar a esos agresores, por qué intentar ayudarme, si yo decido sobre mi cuerpo?
El Derecho penal no me deja decidir sobre si lesionarme o no porque considera que el bien jurídico de mi integridad física debe protegerse aún en contra de mi voluntad. Pero, sin embargo, la integridad física de una prostituta (y no me refiero a que le den una paliza, sino a la vulneración que supone esa actividad en concreto), no debe protegerse a toda costa, porque es su cuerpo y ella decide. Y tiene mayor criterio y poder de decisión que alguien que se deja cortar por otro por dinero.
Debe ser que la integridad física y psicológica de la prostituta es menos importante que la de quien se lesiona «por gusto»
Es injusto, si lo pensamos, las prostitutas son privilegiadas, porque pueden disponer de un bien jurídico del que la mayoría no podemos disponer.»
¿Es ético y moralmente aceptable que una persona venda sus servicios sexuales a cambio de dinero o cualquier otra forma de remuneración?
Esta cuestión aborda la cuestión fundamental de si es correcto utilizar el cuerpo humano como un objeto comercial y si se puede consentir de manera libre y autónoma a participar en la prostitución. Al mismo tiempo involucra discusiones sobre la explotación, la igualdad de género y la discriminación, la autonomía y la libertad individual, y la justicia social.
Una respuesta a “Prostitución y vulneración de la integridad física: una perspectiva legal y social”