El individuo y la sociedad

En las sociedades ancestrales, las relaciones que se establecían entre el individuo y la sociedad no solían tener problemas. Lo importante era la familia, el grupo, la tribu, era el individuo el que tenía que sacrificarse por la comunidad si fuera necesario. La obediencia y la sumisión eran normas del individuo.

Poco a poco, a causa de las grandes revoluciones de la historia, lo sociedad y el papel del individuo ha ido cambiando y con ello evolucionando; empezando desde el surgimiento de la democracia, ese momento en el que Clístenes liberó a Atenas de la tiranía e impulsó una reforma política radical que convirtió a su ciudad en la cuna de la democracia, hasta la Comuna de París, una revuelta por una democracia social que los ciudadanos de París iniciaron en 1871 y se convirtió en símbolo de la revolución universal, con un sueño entre sus insurgentes: «Una república democrática y universal», aunque se acabó convirtiendo en fuente de inspiración para los movimientos comunistas y anarquistas del siglo XX.

A raíz de las diversas revueltas, el individuo ha ido adquiriendo poder, importancia, el individuo en las sociedades occidentales se ha convertido en un ser totalmente individualista, lo que provoca, a fin de cuentas, falta de solidaridad. Gracias (o más bien no), el siglo XX se vio marcado por los movimientos totalitarios, volviendo al individuo a su estado natural, a su estado ancestral, es decir, lo valioso ya no eres tú como individuo, es el Estado, el pueblo, la nación, la raza o la religión.

Frente a los abusos y crímenes cometidos por estos totalitarismos, vuelve a surgir la importancia del individuo, vuelve a surgir una democracia que permite conjugar la libertad individual con el compromiso social. Surgen varias premisas, a final del siglo XX y principios del XXI, entre ellas, «todos tenemos los mismos derechos y elegimos». Aparece un nuevo individuo, un nuevo ciudadano, el cual puede liberarse de la servidumbre de la comunidad, tener derechos y deberes, participar en la vida pública, deja de ser un individuo despreocupado por el bien común de su propia comunidad (nacido tras el primer individualismo) …

Este último punto, el individuo que se libera de la servidumbre de la comunidad, de su comunidad, de su Estado-Nación, de su tribu, se libera para ser más individualista, se libera para pertenecer a una comunidad mucho más grande, a una mundial. Este nuevo individuo es un individuo cosmopolita. Abandona lo tradicional, lo clásico para adaptarse a los nuevos tiempos, a lo moderno, se adapta al desarrollo económico y tecnológico, donde todas nuestras acciones tienen consecuencias a escala global.

Es el individuo cosmopolita, el que firma su nueva «identidad», yo soy un ciudadano que pertenezco al mundo, por ello debo tratar a todas las personas como individuos de mi comunidad. Realmente, ¿ser individuos que pertenecen a una comunidad libre y global nos hace ser individuos libres e iguales? No, nos nos hace ser más libres e iguales ¿Hemos salido de la servidumbre de la comunidad, ahora global? No, no hemos salido de la servidumbre, sino que nos adentramos más en ella. ¿Las revoluciones han hecho que la democracia logre ese equilibrio para la mejor solución? NO, la democracia nos ha hecho ser unos individuos que pertenecen a una comunidad global. El individuo no pertenece a nadie salvo a sí mismo. No pertenece a una comunidad global ni particular. El individuo no es democrático. El individuo no lucha por la solidaridad. El individuo no respeta. El individuo es egoísta y grosero,… EL INDIVIDUO ES ENGAÑADO POR LA SOCIEDAD GLOBALvisa-estados-unidos-eeuu-usa-gestion-asesoramiento-tramite-593411-mla20532149409_122015-f

El mito de la caverna – Platón

El mito de la caverna aparece en el Libro VII de La República, escrito por Platón hacia el año 380 a.C., en un momento de crisis política y cultural en Atenas tras la Guerra del Peloponeso. Platón, discípulo de Sócrates, buscaba mostrar cómo la mayoría de los ciudadanos vivían atrapados en la ignorancia, confundiendo las apariencias con la realidad, del mismo modo que los prisioneros de la caverna solo ven sombras proyectadas en la pared. La alegoría refleja la teoría de las Ideas, según la cual el verdadero conocimiento no se encuentra en el mundo sensible, sino en el acceso a la verdad universal. Además, constituye una crítica a la democracia ateniense, que según Platón permitía que las masas permanecieran en la oscuridad, y una propuesta pedagógica: solo mediante la educación y el esfuerzo intelectual es posible salir de la caverna y alcanzar la luz del conocimiento.

Resumen del mito

Este mito nos habla de unos hombres que, desde su infancia, permanecen atados, obligados a mirar al fondo de una cueva, donde se proyectan las sombras de los seres que pasan por delante de la boca de la cueva y que son iluminados por un fuego.

mito-caverna

Uno de estos hombres se libera de sus cadenas y, dándose la vuelta, sale al exterior de la cueva, donde queda deslumbrado al contemplar por vez primera la luz del sol. Superada su momentánea ceguera, poco a poco va viendo, con asombro, una nueva forma de realidad , y se da cuenta de que antes sólo conocía sombras, porque las cosas reales, iluminadas por la luz del sol, estaban fuera de la cueva en la que él vivía recluido.

Posteriormente, regresa al lado de sus antiguos compañeros, que permanecen atados, pero dotado ya de este nuevo conocimiento y, al relatárselo, no le creen, incapaces de comprender lo que le pasa. Lo toman, pues, por loco e intentan matarlo.

Con este relato, Platón enseña que la realidad está claramente dividida entre el mundo de las apariencias o de las sombras (de la pura opinión o Doxa) y el mundo de la luz (Espisteme o conocimiento):

  1. El mundo de las sombras está formado por imágenes que no muestran la realidad verdadera de las cosas; el mundo de la luz, en cambio, está presidido por el bien, que hace que las cosas sean lo son, y que es la verdadera realidad.
  2. El fuego de la caverna simboliza al sol visible que ilumina este mundo sensible, mientras que el mundo inteligible está presidido por el sol del bien, que hace a las ideas verdades e inteligibles.
  3. La salida de la caverna del hombre que se libera de sus ataduras representa el camino del filósofo, que sube desde el fondo de la caverna a la luz del mundo de las cosas que verdaderamente son. Es, pues, un camino de liberación, de descubrimiento del ser y de conocimiento de la verdad. Todo ser humano tiene la posibilidad de emprender este camino, de ascender del mundo de las meras apariencias hasta la contemplación de lo que realmente es.
    el-mito-de-la-caverna

Aplicaciones actuales

El mito de la caverna de Platón sigue siendo una metáfora poderosa para comprender la sociedad contemporánea. Hoy, las “sombras” de la caverna pueden identificarse con fenómenos como la desinformación en redes sociales, las fake news y la manipulación mediática, que mantienen a muchas personas atrapadas en una visión parcial de la realidad. La salida de la caverna representa el esfuerzo por desarrollar un pensamiento crítico, contrastar fuentes y buscar conocimiento más allá de lo inmediato.
En el ámbito educativo, el mito inspira la necesidad de una enseñanza que no se limite a transmitir datos, sino que fomente la reflexión autónoma y la capacidad de cuestionar lo que se da por cierto. En la era digital, también puede aplicarse a la relación con la realidad virtual y la inteligencia artificial, donde distinguir entre apariencia y verdad se convierte en un desafío central.
La alegoría platónica nos recuerda que la verdadera libertad intelectual consiste en atreverse a salir de la caverna, abandonar las sombras y enfrentarse a la luz del conocimiento, incluso cuando este proceso resulta incómodo o desafiante


Recomendación: El mito de la caverna para Niños a través de Calista. El misterio de la verdad

Ilustración de Elena F. Vázquez del libro: «Calista. El misterio de la verdad»

Infografía