¿Se puede hacer filosofía con tu hijo al cambiar el ambientador del coche? ¿Es posible explorar temas filosóficos incluso en situaciones que tradicionalmente no se consideran filosóficas? ¿Qué puede tener de filosófico el poner un ambientador en el coche?
(Diálogo entre mi hijo Martín 8 años -9 años en noviembre- y una servidora)
+ Sube al coche, anda.
– Ufff… ¡Qué olor! ¡Quiero que el coche huela a libertad no a ambientador!
Cuando un niño hace un deseo indirecto de que algo huela a libertad, ¿qué podría suceder?
Pueden ocurrir varias respuestas en la interacción con un adulto. Por un lado, el adulto podría simplemente comentar: ‘El ambientador es nuevo y huele bien’. Por otro lado, podría optar por no prestar atención o ignorar la petición.
Sin embargo, si te encuentras con un adulto que se deja llevar por el viento del logos, es probable que desee profundizar en la raíz de esa solicitud. Es decir, podría iniciar un proceso filosófico e indagar -gracias a la escucha activa, claro.
Vamos a demostrar cómo la filosofía no está restringida a temas abstractos, y que se pueden explorar cuestiones filosóficas incluso en situaciones aparentemente mundanas.
¿Qué aspectos filosóficos pueden surgir al colocar un ambientador en el coche?»
Veamos como sucede este proceso:
+¿Cómo huele la libertad?
– Huele a algo así como a naturaleza. Un olor sin modificar, porque la naturaleza no se modifica y la libertad tampoco.
+¿Lo que es modificado no es libre?
– Claro que no es libre, la naturaleza no elige ser modificada. Tú has elegido modificar el olor del coche. Tenia un olor a naturaleza y libre, ya no es natural.
+¿Puede entonces ser la naturaleza libre?
– Sí, hasta que es modificada. Todo lo que ocurre en ella es libertad. Por eso solo quien quiere ser libre debe ir a la naturaleza. Pero sin modificarla y sin reglas.
+¿No hay reglas en la naturaleza?
– No, las reglas las ponemos nosotros. Los padres y los mayores sobre todo. Aunque, en la naturaleza no haya reglas, sí que hay reglas. Porque una persona tiene que pensar qué es bueno o malo para la naturaleza, pero no porque la naturaleza tenga una regla que diga qué es bueno o malo. Sino soy yo mismo, el que dice qué es bueno y qué es malo. El que pone la regla. Pero si pongo la regla deja de ser natural y, por lo tanto, deja de ser libre.
+No entiendo, explícate.
– Menos mal que eres mayor que yo… Yo no voy a tirar basura o hacer un fuego en la naturaleza porque haya una regla que ponga no hacer eso. Sino porque sé que no es bueno para la naturaleza. Porque si lo hago rompo su libertad, al matarla. No tiene que haber un cartel que lo diga, porque si lo dice estoy modificando la naturaleza al poner el cartel. Solo mi cabeza debe pensar que no hay que hacer porque es malo.
+ Entonces, me estas diciendo que la libertad huele a lo que no es modificado ni a lo que tiene reglas. ¿cierto?
-Así es. No hay nada más libre que la naturaleza. Puede hacer lo que quiera. El problema es cuando alguien o algo no quiere que sea libre y la corta. Como poniendo ese ambientador que huele fatal y que podrías quitar, además seguro que contamina. Fin de la conversación. Déjame ya.

El proceso filosófico en este diálogo se puede identificar de la siguiente manera:
- Identificación del problema/tema central: El diálogo comienza con la pregunta «¿Cómo huele la libertad?», lo que plantea el tema central de la libertad y su relación con la naturaleza. Se ha de tratar de identificar el tema o concepto central que ha surgido durante la conversación. Puede ser una pregunta específica, un dilema moral, un concepto abstracto, etc. En este caso ya está claro cual es el tema. Empezamos por lo tanto estimular el pensamiento reflexivo y crítico en el niño
- Estimulación del pensamiento reflexivo y crítico: A lo largo del diálogo, se estimula el pensamiento reflexivo y crítico a medida que el niño explora la naturaleza de la libertad, la modificación, las reglas y la relación entre el ser humano y la naturaleza.
- Exploración de diferentes perspectivas: El niño considera diferentes perspectivas y argumentos relacionados con el tema central, se basa en el ejemplo para apoyarse en su idea. Explora cómo las ideas se interconectan y pueden evaluar argumentos opuestos o complementarios. Esto se refleja cuando el niño explica la idea de libertad, modificación, reglas y su relación con la naturaleza desde diversas perspectivas.
- Resumen y reflexión: El diálogo concluye con un resumen de las ideas principales, donde se llega a la conclusión de que la libertad se relaciona con lo no modificado y lo no reglamentado, especialmente en el contexto de la naturaleza.
En este caso, nos encontramos ante un diálogo entre un hijo y una madre. Por lo tanto, no se aplican las reglas formales de la misma manera que en una sesión de Filosofía para Niños en un entorno educativo.
Sin embargo, el diálogo entre la madre y el hijo sigue una estructura natural de intercambio de ideas y exploración del tema de la libertad y la naturaleza. No obstante, se puede identificar una dinámica en la que la madre y el hijo exploran diferentes perspectivas de manera informal. Por ejemplo, cuando el hijo plantea preguntas y la madre responde o cuando la madre cuestiona las ideas del hijo y busca una explicación más clara. Aunque no se rigen por reglas formales, están involucrados en una conversación reflexiva y de exploración de ideas, lo que es beneficioso para el desarrollo del pensamiento crítico del niño.
Es posible hacer filosofía en el día a día, incluso al cambiar el ambientador del coche, se demuestra, por lo tanto, que la filosofía no se limita a discusiones académicas abstractas, sino que puede aplicarse a situaciones cotidianas y a la reflexión sobre aspectos comunes de la vida.
En este contexto del diálogo, entre mi hijo y yo sobre el ambientador del coche, la reflexión sobre la libertad y la modificación puede considerarse un ejercicio filosófico en la vida cotidiana -aunque ha sido un diálogo breve y tiene muchos aspectos que se podrían comentar-. A través de esta conversación, estamos explorando conceptos filosóficos, como la libertad, la modificación y la naturaleza, en un contexto familiar y práctico.
Este tipo de discusión puede ayudar a los niños y a las personas en general a desarrollar habilidades de pensamiento crítico, análisis y argumentación, lo que es fundamental en la filosofía. Además, muestra cómo la filosofía puede ser relevante y aplicable en diversas situaciones de la vida real, fomentando la reflexión y el cuestionamiento de las ideas en el día a día.
