EJEMPLO DE DISERTACIÓN:
La ciencia es un saber enormemente poderoso y de gran prestigio. De esta manera se identifica tanto por su eficacia como por su búsqueda de la propia verdad, siendo así una cualidad intrínseca a las teorías científicas y exclusiva de este tipo de saber.
Cuando nos preguntan por ciencia, lo primero que nos viene a la cabeza son hombres y mujeres de bata blanca, que manipulan instrumentos de precisión, máquinas de medición compleja y que buscan descubrir los componentes últimos de la naturaleza, los que se denominan científicos o al menos esa es la imagen popular que poseen.
Un ejemplo de prestigio científico lo podemos encontrar en los médicos, el prestigio de estos se debe a que saben manejar el tema de la salud y a ellos recurrimos cuando nuestra vida corre peligro o cuando queremos superar cierta enfermedad, pues en este caso ellos son los poseedores de la verdad sobre cierto tipo de enfermedad que sufrimos. De esta manera, un paciente entra a la consulta del médico, con temor y esperanza, con fe ciega en el saber de ese especialista, el cual le permitirá ver el presente, y así afrontar el futuro, saber cómo superar la enfermedad, lo que antes era incertidumbre y temor, con ayuda, se vuelve tranquilo y optimista. Desde este punto de vista de la disposición del paciente y sus incertidumbres, puede verse relacionado con el enfermo de una tribu primitiva frente al chamán: es la confianza y no el conocimiento, la fe y no la explicación racional, lo que fundamenta esa relación.
A raíz de este ejemplo podemos comprender la confusión que existe sobre qué es la ciencia y cuál es su relación con la verdad.
Para ello, debemos saber que no se puede hablar de ciencia en general, sino de ciencias particulares, cada una con su propio método de estudio, sus instrumentos de trabajo y sus campos de estudio. Cada una de ellas establece una verdad sobre cada campo y visión particular del especialista en cuestión. Lo que guardan en común todas ellas es que buscan dominar y ser capaces de predecir los fenómenos propios de su campo, lo que las convierte no solo en teorías que explican la realidad, sino en teorías con fundamento de técnicas eficaces. Por ello, las aplicaciones concretas son casi inmediatas y en una ciencia como la medicina, que es tan indescinible su dimensión teórica de la práctica.
Cuando entramos en otro tipo de ciencias, en la que las predicciones y la dominación resulta frustrante, es el ejemplo de las ciencias humanas, como la historia, el derecho o la economía. Por ejemplo, decir que la historia trata de predecir y dominar los acontecimientos históricos resulta claramente chocante. De hecho, cuando uno piensa en ciencia, rara vez piensa en una historiadora investigando unos viejos documentos de un archivo. Estas ciencias no son susceptibles de predicción y dominio completo, como lo pueden ser otras ciencias naturales, sociales o humanas.
El ser humano presupone su libertad, con lo que la sociedad, la historia, la economía o las leyes son frutos de decisiones libres, producto de la voluntad práctica. Cabe señalar que detrás de las acciones siempre se esconderán valoraciones particulares de la vida y su finalidad. Decir tiene que, las ciencias humanas no se centra en qué teoría explica de modo más verosímil la realidad, sino que trata los hechos y los valores, sobre cómo debemos comportarnos, organizar nuestra sociedad, qué leyes son más justas, qué sistema económico favorece una vida mejor y más humana.
En conclusión, la verdad de las ciencias humanas no es una verdad exacta, porque la vida misma se decide en cada acto y en cada momento, pero, ¿sucede lo mismo con las ciencias naturales? ¿hasta que punto la verdad se encuentra en la teoría científica? ¿de qué depende?