Dentro de la filosofía de la ciencia, es necesario aclarar la definición de estos tres conceptos, para entender el funcionamiento del método científico moderno. Esto es: Hipótesis, leyes y teorías.
Hipótesis: Es cualquier proposición que se propone como una posibilidad, en principio ni verdadera ni falsa, con el fin de realizar, a partir de ella, un conjunto de deducciones o comprobaciones que la verifiquen.
Dentro de las ciencias experimentales, una hipótesis es una explicación anticipada, deducida de la observación de los fenómenos, que deberá ser confirmada por la experiencia. En el ámbito de las ciencias formales, hipótesis son los datos de un problema o los enunciados iniciales a partir de los cuales hay que demostrar un teorema.
Ley o leyes: Es una hipótesis que ha sido verificada y confirmada de acuerdo con un método previamente explicitado, constituyendo explicaciones sobre la realidad observable y, por eso, son directamente comprobables a través de la experiencia.
El concepto de ley científica ha variado con el paso de los siglos, por ejemplo: en los siglos XVII y XVIII, las leyes eran universales, no permitían excepción; en el siglo XX, con el desarrollo de la mecánica cuántica, las leyes pasaron a ser probables y estadísticas; y en la actualidad, se vincula con la noción de predicción, elaborada en el marco de una concepción pragmática de la ciencia.
Las leyes, construidas por la ciencia, expresan el orden que interconecta muchas variables abstractas, generalizadas a partir de los casos concretos. Un ley científica designa una relación constante y permanente entre fenómenos.
Por tanto, las leyes científicas son válidas para todos los fenómenos a los que se refieren situados en las mismas condiciones. Así permiten anticipar los acontecimientos que aún no han sucedido.
Teoría: Se trata de un cuerpo coherente de conocimientos conformados por un conjunto de leyes científicas relativas a una amplia clase de fenómenos observables. A medida que una ciencia avanza, aumenta también el número de leyes. estas se agrupan en función del tipo de fenómenos que explican.
Una vez que las leyes han quedado relacionadas entre sí, los científicos intentan formular explicaciones más generales sobre el tipo de fenómenos de los que se ocupan esas mismas leyes, de esta forma, nacen las teorías científicas.
Las teorías científicas presentan dos características:
- Incorporan términos teóricos y postulan, así, su existencia real.
- No pueden ser sometidas a contrastación experimental directa.
No predicen el futuro por adivinación, sino mediante la previsión basada en el conocimiento de las regularidades naturales.
La tarea esencial de la ciencia es la elaboración de teorías que expliquen el mayor número posible de fenómenos y formular, así, el mayor número de predicciones.
Ejemplos: teoría atómica y teoría de la relatividad.