Una disertación no deja de ser un trabajo escrito y es importante cuidar no solo el contenido, sino también la forma. Consejos:
- Márgenes en las hojas tanto por arriba y por abajo, como por la izquierda y la derecha.
- Separar los apartados, de modo que la introducción, desarrollo y conclusión se encuentren en párrafos distintos. Cada párrafo debe tener unidad de sentido y una diferencia clara con el contenido de los párrafos contiguos.
- Jose Ortega y Gasset decía que: «La claridad es la cortesía del filósofo». Esto quiere decir que, resulta útil repasar lo escrito y reescribir aquellas partes que nos parezcan complejas, de modo que finalmente posean una redacción más sencilla y directa.
- No hay que confundir una redacción sencilla y directa con el uso de un lenguaje coloquial o vulgar. Se trata de un texto formal y requiere esa formalidad en la redacción, así como la utilización del vocabulario específico de la materia (en el caso que se conozca).
- Imprescindible cuidar la ortografía y la puntuación. Un descuido ortográfico denota poco interés y perjudica notablemente la valoración que hará de nuestro escrito aquel que lo lea. Por otra parte, un texto mal puntuado puede resultar incomprensible.