Una disertación es una exposición ordenada de un tema en la que se defiende una posición personal que se apoya en argumento.
La realización de una disertación exige:
- Un esfuerzo de reflexión personal que conduzca a un posicionamiento claro en relación con el tema elegido.
- La elaboración de una defensa razonada de esa posición.
Debemos pensar que, al realizar una disertación, nos convertimos en protagonistas de nuestro pensamiento y no en meros testigos o narradores del pensamiento ajeno. Esto implica asumir la responsabilidad de elaborar nuestra posición cuidadosamente.
No es aceptable una disertación en la que su autor se limite a recurrir a lugares comunes y frases hechas para componer un texto con el que salir del paso. Quienes hacen esto suelen alegar en su defensa que esa es su posición personal y seguidamente invocan el derecho al respeto de todas las opiniones. Sin embargo, no todas las opiniones valen igual. El hecho de que en una disertación haya que exponer nuestro punto de vista personal no significa que no se deba realizar una ardua tarea de investigación para conocer con cierta profundidad otros puntos de vista. Es justamente ese conocimiento el que proporciona solidez a la posición defendida y crédito a quien la defiende.