Algo huele a estafa medieval

Llega, como todos los años el gran «esperado» Mercadillo Medieval a Elche, y con ello sus módicos precios adaptados al vulgo.

Sabiendo que iba a llegar el mercadillo medieval a Elche, tuve la decencia de prepararme, fui al banco más cercano a mi casa el jueves para pedir un crédito, y así comprar todo lo que se me antojaba.

Como en plena en Edad Media, vi a decenas de mercaderes exponer sus más preciados productos, hechos todos a mano, en la fragua, en sus talleres,… sus brujas, que a saber por la iglesia, podrían ser quemadas, pero aún así se muestra en este mercadillo con ganas de leer manos y decirte cosas que tu sabes (sobre ti misma), pero la curiosidad nos llama y nos dirigimos a ella, para comprobar que realmente lo acierta por un módico precio de 5€.

Un sábado al mediodía, con ganas de comer, carne, mucha carne, pues a ver a quién no le iba apetecer un buen chorizo, con su longaniza y su morcilla hecha a la brasa con sabor a medieval (no olvidemos este sabor, pues será lo interesante del precio), una buena lata de cerveza cruzcampo (pongo la marca por no poner matarratas), unos calamares recién pescados de la deriva de Santa Pola, todo esto por el módico precio de 80€, a dividir entre 4 y tocando a un trozo cada una.

Tras la comida decidí embarcarme en el mundo del dulce, vi unos trozos de bizcocho que decían «cómprame y cómeme», por lo que no pude resistirme, así fue. Compré un pequeño trozo de bizcocho por el módico precio de 18€/kg.

Aún sin quedarme satisfecha por el manjar medieval que estaba degustando, compré una patata a la brasa rellena de atún, bueno más bien minipatata, devoré como si no hubiera mañana, pues a pesar de la comida y del bizcocho no estaba saciada (vamos que lo que había comido y ná era lo mismo), se puede adquirir por el módico precio de 5€.

Un reloj, sí, es necesario tener un reloj para saber en qué momento del día nos encontramos, un reloj que a pesar de cientos de años que faltan para su descubrimiento (el hecho de que funcione a pila me refiero), lo podemos encontrar por un módico precio de 18€, sin señalar que este mismo reloj fue visto en un tienda por 5€ y en Aliexpress por 2,23€ (muy medieval todo)

En la Edad Media, a los ladrones se les hacían sucesivas mutilaciones, amputaban manos y pies, lo necesario para que a la hora de subir al caballo, para salir al galope fuera más difícil y no pudieras huir del robo (aunque esto sucedía una vez te “pillaban”, obviamente), para evitar robos futuros. Hoy he paseado por el mercadillo medieval, y no he visto a ningún mercader con manos o pies amputados o ser víctimas de una serie de mutilaciones.

Yo formo parte del vulgo, y menos mal que apareció La Banca (como se entiende hoy en día)  sino, yo no hubiera podido deleitarme de tales manjares, ni poseer tales productos, ni que una bruja me dijera lo que ya sabía sobre mí misma.

Me gustaría recalcar la ironía del artículo, pues no me dejé engañar por sus artimañas medievalistas. Los hechos son totalmente ficticios, lo que no es ficticio es el precio.

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